Capítulo cuatro

106 20 5
                                    


Capitulo cuatro

¿Para qué mentir? Me quedé dormido unas dos horitas. Tuve que salir corriendo para llegar a clase. Me sentía peor que antes cuando no había dormido ni cinco minutos. ¡Me molesta demasiado! Me desespera saber que llegará la noche y otra vez no podré dormir aunque lo intente... y es aún peor cuando tenés muy en claro lo que hay en lista para mañana... Es mucho lo que hay para hacer.

¿Alguna vez me paré a pensar cuando era niño que esto sería ser adulto? No tener nadie para hablar, nadie que te defienda, no tener tiempo para descansar, no pensar, no tener absolutamente nada más que la inminente necesidad de sobrevivir todos los días: ir a trabajar para tener dinero y poder comer. Lo único en lo que se ha convertido mi vida, y la razón por la que no mando a todos a la puta madre que los parió... Bueno, no es la única razón... Quizás también es porque soy muy imbécil. Ni siquiera Carlos, el portero, con esa sonrisa y cara de bonachón podría hacerme ganar una discusión... y ¿quién me mandó a estudiar y trabajar de esto?

Estoy harto...

Me levanté a duras penas y me fui para la escuela, después de todo, los chicos tenían que saber algo sobre la Segunda Guerra Mundial... Puros viejos ambiciosos, egoístas y asesinos... Todos escondidos bajo máscaras... ¡Qué puta mierda la historia! En el profesorado siempre estaba quien nos pedía que hiciéramos la clase más llevadera... Cada uno de nosotros sabe que cuando te paras en frente... Ni ellos, ni vos querés. Tal vez es una mirada bastante pesimista del futuro de la educación... pero... no tengo ganas de pararme a reconsiderar lo que pensé.

Los pensamientos eso son... Recuerdo una clase de Filosofía, cuando hablábamos sobre las ideas y la realidad. Aunque parezca que las ideas son más importantes, más acabadas, más perfectas... te daré el siguiente ejemplo: ¿Qué es mejor? ¿Ser millonario en tu imaginación o ser de clase media en la realidad? Pensarlo no lo hace real, y después de todo, yo me quedaría con mi clase media que solo con la imaginación de ser millonario.

No todo fue tan malo el día de hoy... Acepté la solicitud de amistad al chico de las acuarelas. De alguna manera me sentí bien conmigo mismo.

----

¿Opiniones?

Con Ojos De ArtistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora