Capitulo cinco
La notificación en el celular me desconcentró en el medio de la clase. La Guerra Fría estaba en su apogeo, pero tuve que cortar. Los chicos se quedaron callados. Siempre interpreté su silencio como dos posibilidades: 1. Se hacían los sorprendidos de que un teléfono sonara en el aula, y aún más siendo el del profesor ya que en la institución no se puede usarlo en clase, 2. Se quedaban petrificados ante la terrible posibilidad de que fuera la notificación de alguno de ellos.
Me acerqué al escritorio, pálido, o así por lo menos me sentía, ¿en dónde tenía la cabeza olvidarme de dejar el teléfono en silencio? Rápidamente fui a desactivar el sonido y noté que eran unos mensajes de WhatsApp. Al parecer mi celular no había recibido Wi-Fi desde la noche y entonces se le ocurrió que era buena idea conectar justo en este momento, con la red de la escuela. Unos diez mensajes, todos de un grupo nuevo al que me habían agregado: Profesores 2015. La verdad es que no sé por qué le ponían ese tipo de nombres a los grupos "formales" pero la verdad es que daban bastante vergüenza ajena. No había pensado en un nombre mejor así que no iba a quejarme, pero al menos podrían haber puesto el nombre de la institución para que no nos confundiéramos... O quizás sospecharon que ningún otro establecimiento educativo tendría un grupo de WhatsApp con los profesores, tal vez era eso.
No iba a leer esos mensajes ahora, bloquee la pantalla y volví a la clase. Pedí disculpas y continué como pude, ya que había olvidado en qué había quedado.
Cuando la campana del módulo sonó, me alivié por dentro. Tenía la imperiosa necesidad, como todos creo, de saber quién mandaba el mensaje y qué decía, aunque fuera una aburrida conversación de trabajo por WhatsApp.
Me dirigí a la sala de maestros mientras observaba el celular, lo hacía disimuladamente, no quería parecer un viciado... Aunque, ¿para qué engañarnos? Estábamos todos iguales después de todo.
Llegué a la sala y me senté en una de las sillas. Solo encontré a tres de mis compañeros. No me importó saber por qué no estaban ahí los demás, solo quería sentarme y echarle un vistazo a las notificaciones. Los mensajes de WhatsApp eran simplemente un aviso de que había sido actualizado el grupo de Facebook –me pareció buena idea porque no solía tener mucho interés en esa red social últimamente-.
Resumiendo el asunto, se trataba de los contenidos coordinados. No me alegré mucho, sabía que eso involucraba trabajar con profesores, y creo que no hace falta que mencione cómo me suelo comportar en presencia de otros seres humanos. La tarea consiste básicamente en enseñar mis temas de Historia y que se correspondan con la época y el paradigma que está dando el de Economía, Ética, Literatura y hasta incluso el Arte, entre otros. Es una especie de coherencia interna que ayuda a los alumnos a establecer relaciones, y que vean a "el todo" a través de las partes... ¡Está bien! Soy pésimo para explicar estos conceptos, pero al menos me resulta sencillo aplicarlo.
La verdad es que no creo que esta gente tenga muchas ganas de hacerlo, la verdad. Estas cosas son meramente sugerencias, y la mayoría de las veces no se llevaban a la práctica, o tal vez sí y yo era un poco novato para hablar del tema.
A lo largo de las semanas no se acercaron ni los de Economía, ni Ética. Quizás este año tendría suerte y tal vez me tocaba la Literatura, me agradaba un poco más porque siempre era menos trabajo para mí: yo proporcionaba los datos históricos y ellos se encargaban de armar la obra de teatro, hacer el casting, preparar la escenografía. La verdad es que me gustaba mucho ser espectador de la vida.
Esa misma tarde mientras observaba mi celular, una mano se posó cerca del espacio de mesa que estaba ocupando. Cuando levanté la vista vi su sonrisa, la correspondí. Se sentó a mi lado y me dijo que este año se vio obligado a participar en la coordinación, y que le interesaba que trabajemos juntos. Supe que me habían dado un papel importante en esta obra, mi obra, y fue una de esas veces en las que sentí pánico escénico de actuar en mi propia obra. Por alguna razón me importaba mucho agradarle al público, él. Supongo que no se podía ser espectador toda la vida.
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Con Ojos De Artista
FanfictionUn profesor de Historia recién recibido, comienza a ejercer su profesión en el momento exacto en el que su vida empieza a derrumbarse. Él le enseñará que hasta las peores emociones tienen un color, y que hay belleza en absolutamente todo... Incluso...