CAPITULO VI. parte seis.

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-Perdón. –Pronunció Micaela, con los ojos cerrados y su cara contra el pecho de él.

-No me tenés que pedir perdón. –Devolvió Nacho, con el mentón apoyado en la cabeza de ella ubicada en su pecho. -Me parece que el que tiene que pedir perdón soy yo…

Micaela no respondió, y Nacho sintió humedad nuevamente en su remera. Ante la falta de respuesta y aquel silencioso llanto por parte de ella, él cerró fuertemente los ojos al corroborar que efectivamente el que debía disculparse era él. Aquello lo hizo sentirse la peor persona del mundo en ese momento.

-¿Estás así de triste por mí? –Finalmente se animó Nacho a preguntar.

-Bruno y yo discutimos. –Micaela respondió, ignorando su pregunta.

-¿Entonces era cierto que había pasado algo con Bruno? –Retribuyó él con una mezcla de alivio por no ser el responsable, junto con angustia y enojo.

-Sí, pero eso no es lo que me puso mal. –Explicó ella, manteniendo este dialogo abrazados y en la misma posición, ella recostada sobre él.

-No entiendo. –Se desconcertó un poco él.

-Discutimos por vos. –Esclareció ella brevemente.

-¿Qué? –Se tensionó, sabiendo que ella lo notaría, pero no pudiendo evitarlo.

-Sí. –Ratificó ella, sintiendo la tensión en el cuerpo de su amigo. El tener más de la mitad del cuerpo sobre el de él hacía que sintiese cada reacción fisiológica que él tenía. Eso le gustaba, por lo que se encimó aún más a él.

-¿Por qué? –Intentó parecer firme cuando preguntó.

-Él me veía mal y supo que era por vos. –Simplificó, siempre respondiendo sin mirarlo, con la cabeza en el pecho de él pero nunca levantando la vista.

-¿Entonces la razón por la que estás así soy yo? –Cuestionó temeroso él, no quería que la respuesta fuera afirmativa. Micaela sólo asintió y él sintió el movimiento en su pecho como si fuera una estaca atravesándolo. -¿Sabías que esto es lo peor que me puede pasar en la vida?

-¿Qué cosa? –Preguntó ella, ahora torciendo su cuello hacia atrás para apoyar su mentón en el pecho de él y así poder ubicar su mirada en los ojos de su amigo.

-Saber que yo soy el motivo de tus lágrimas, que soy el culpable de tu tristeza. –Le explicó Nacho mirándola a los ojos. -Porque sos una de las personas más importantes en mi vida, si por mí fuera no quisiera verte sufrir nunca en la vida, quisiera verte siempre feliz, con esa sonrisa hermosa que tenés. Saber que soy yo el responsable de que esa sonrisa no estuviera presente es el dolor más grande. –Contuvo una lágrima que quería escapar de uno de sus ojos. -Perdoname. –Suplicó. -Perdón por ser tan boludo con vos, mientras que vos siempre fuiste la mejor conmigo. –Sacó su brazo derecho de la espalda de ella, por donde la abrazaba, para acariciarle la mejilla. -Te quiero un montón.

-Nacho… esto me da más ganas de llorar. –Hundió su cabeza nuevamente en el pecho de él, y lo apretó aún más fuerte si es que eso era posible, sintiendo ganas de quedarse así para toda la vida. Aquellas palabras aceleraron su ritmo cardíaco, y así como ella lo notó antes en él, ahora él seguro se dio cuenta de los fuertes latidos de su corazón.

-¿Me perdonás? –Preguntó, luego de sonreír por la reacción de ella, y esa lágrima que había luchado por contener, finalmente rodó en su mejilla. Volvió a colocar su brazo derecho junto con el izquierdo, que ya estaba allí, en la espalda de ella.

-Sí. –Respondió. -Obvio. –Cerró los ojos, casi sin creer lo que pasaba.

Nacho depositó un suave beso en el todavía húmedo cabello de ella, y se quedó con la cabeza así, apoyada sobre la de ella, sintiendo el delicioso perfume de su shampoo. Ambos quedaron unos cuantos minutos abrazados en el sillón, hasta que finalmente Mica propuso que miraran una película ya que no pudieron terminar de mirar la que fueron a ver al cine.
Mientras ella se levantó para buscar una frazada de su cuarto, Nacho prendió el televisor y empezó a buscar una película en Netflix para que pudiesen mirar.

-¿Qué querés mirar? –Interrogó Nacho cuando la vio venir con la frazada colocada sobre sus hombros, como si fuera una capa. -¿Comedia, Romance, Drama…? –Ofreció.

-Terror. –Propuso Micaela.

-¿Para qué querés mirar una de terror si después te da miedo? –Le recriminó él.

-No me da miedo. –Se defendió ella.

-Sí, claro. –Retrucó irónico. -Después soy yo el que se tiene que aguantar tus llamadas a la mitad de la noche porque no podés dormir.

-¡Mentira! –Volvió a escudarse. Nacho sólo la miró. -Ay, está bien. –Cedió. -Igual no sabía que mis llamadas eran una molestia para vos. –Se hizo la ofendida, parada al lado del sillón de dos cuerpos donde él ahora estaba acostado.

-Sh. –La calló, porque por supuesto que sus llamadas no le molestaban, y ella lo sabía. -¡Vení acá! –La agarró de la muñeca y la tironeó para que se acostase en el sillón con él.

Micaela cayó con la mayoría de su cuerpo sobre el de él, ya que el sillón no era tan amplio. Pensó en acomodarse mejor para que cada uno se acueste al lado del otro, pero la realidad es que no quería. Y según el lenguaje corporal de Nacho, él tampoco quería que ella se moviera porque apenas ella cayó encima de él, la abrazó para que se quedara. Mica acomodó la frazada para cubrirlos bien a los dos, y luego lo rodeó también con sus brazos.
Luego de buscar por unos segundos alguna película con el control remoto en su mano derecha, ya que el izquierdo lo tenía sobre los hombros de Micaela, Nacho le dio play a una película de terror.

-¿Puedo saber por qué? –Cuestionó Micaela, luego de pasar diez minutos desde que empezó la película.

-¿Por qué…? –Devolvió Nacho para que ella desarrollara su pregunta, sin despegar la mirada del televisor.

-¿Por qué te alejaste de mí? –Agregó un poco vergonzosa.

-Yo… –Tragó saliva, algo nervioso. -No sé. –Suspiró. -Yo no me quería meter, o estar en el medio porque vos empezabas a pasar mucho tiempo con Bruno. –Expuso, en parte diciendo la verdad.

-Y vos con Francheska. –Adicionó ella.

-Puede ser. –Mintió él.

-Igual, sos un tonto si te alejaste por eso. –Lo regañó. -Porque salga o no con alguien, yo siempre quiero estar con vos. Con todos mis amigos en general. –Corrigió enseguida su pequeño acto fallido.

-Ya sé. –Sonrió.

-Me hiciste llorar mucho, ¿sabés? –Comentó Micaela. -Ni siquiera podía escuchar tu nombre porque ya me daban ganas de llorar.

-No me digas eso porque me matás. –Le rogó Nacho, sintiendo verdadero dolor ante aquellas palabras de su amiga. -No quiero verte nunca más llorando o triste por mí, ¿me escuchás?

-Y yo no quiero que me vuelvas a hacer una cosa así nunca más. –Devolvió ella.

Buenas! Que momento para ser nachoela shipper no? Jajaja. Les dejo algo lindo para que lo disfruten 😋💞 muchas pero muchas gracias por sus votos&comentarios. Porfi no se olviden de hacer lo mismo con este 🙏, lxs quiero 😘😘😘

Perks of being friends {Nachoela}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora