CAPITULO II. parte cinco.

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Bianca salió del agua, y se acomodó en la reposera que estaba al lado de la de Micaela para tomar sol junto a ella. Las dos, cada tanto, cuchicheaban, a su vez que la castaña le mostraba lo que se escribía con Bruno.

Por su parte, Ramiro terminó de hacer las hamburguesas y le pidió a Gonzalo que las sacara de la parrilla y las llevase en un plato a la mesa que Mica había preparado momentos antes. Gonza obedeció y luego les avisó a todos que fueran a comer. Las chicas enseguida abandonaron las reposeras y fueron a sentarse a la mesa.

Los cinco almorzaron, en un ambiente ameno y animado. Con música de fondo que había puesto Nacho, todos conversaban y reían de lo que había ocurrido la noche anterior, y de la vida en general. El tiempo corrió, y se hicieron las 5 pm; momento en el que todos observaron dos figuras aparecer desde adentro de la casa.

-Che, podrían ser un poquito más cuidadosos eh. –Advirtió Paio.

-Dejaron abierta la puerta. –Explicó Pau, quién entro agarrada de la mano de Pablo. Sólo Mica, Bianca y Nacho lo notaron, y se quedaron estáticos.

-Esa fue Mica, cuando le abrió a Bianca. –La mandó al frente Gonzalo.

-Ah, ahora entiendo todo. –Asintió Paio. -Con la ebriedad que tenían encima anoche, seguro todavía les dura el efecto.

-Ehm... –Seguramente Micaela, en otras circunstancias, hubiese respondido de una manera más astuta, pero todavía seguía perturbada por la imagen de verlos así. -¿Qué onda? –Cuestionó, apuntando sus manos. Gonzalo y Ramiro siguieron la señal de Mica, y por fin advirtieron la situación.

-Estamos juntos. –Confirmó Paio, soltando la mano de Paula y abrazándola por detrás.

-¡Ay, no! ¡Me muero! –Se levantó Micaela se su silla, y corrió a abrazarlos. -¡Qué lindos!

-¡¡¡Sí!!! –Exclamó Bianca, imitando las acciones de su amiga, abrazándolos a los tres. -¡Qué emoción!

-Los felicito, chicos. –Sumó Nacho, sonriendo alegre desde su silla.

-¿En serio? ¡Felicidades! ¿En qué momento pasó todo esto? –Preguntó Ramiro, intercambiando miradas de confusión con Gonzalo.

-No entiendo nada. –Agregó Gonza, desconcertado. -Ustedes tres lo toman como si fuese algo que se veía venir. –Les recriminó a Micaela, Bianca y Nacho.

-Pasa que nosotros los vimos apretando a full en el boliche, así que la sorpresa ya nos la llevamos anoche. –Explicó Bianca. Paula sonrió un poco avergonzada, y Paio rió.

-¡No te la puedo creer! Los felicito. ¡Qué linda pareja! –Habló Gonzalo, ahora un poco más familiarizado con el asunto.

-En realidad... Nacho no los vio, pero yo le conté porque no me pude aguantar la emoción. –Confesó Mica. -Perdón. –Se dirigió a la nueva pareja.

-No pasa nada. –Rió Paio.

-Ah, ahora entiendo lo de hoy. –Cayó Rama en la realidad. -Por eso se hicieron los boludos cuando les preguntamos por Paio y Pau. –Le recordó a Gonza, quien asintió, hablando de Mica y Nacho.

Enseguida, Paio y Paula se sumaron a la conversación anterior que había entre los chicos. Pero sólo bastaron unos minutos para que decidieran meterse todos al agua, considerando que el radiante sol ya los hacía comenzar a transpirar. Las chicas sólo se metieron cinco minutos, para refrescarse, y luego salieron a tomar sol, ocupando tres reposeras diferentes, una al lado de la otra. Por su parte los chicos, armaron una red, bastante rústica, que atravesaba la piscina en la parte del medio, con el fin de jugar un partido de vóley en el agua.

La verdad es que al grupo en general, les gustaba el deporte y la gimnasia; iban todos al mismo gimnasio, donde practicaban cierto entrenamiento.

Los equipos se conformaron al azar, Nacho y Gonzalo contra Rama y Paio. Durante el partido, la pelota se salió varias veces, aterrizando sobre las chicas en reiteradas oportunidades, lo que provocó uno que otro insulto por parte de ellas. Ellos sólo reían y continuaban con el juego; el cual terminó con un resultado reñido, pero victorioso para el equipo del flamante nuevo novio de Paula, y su compañero.

Nacho salió de la piscina, y se paró frente al sol para secarse; ubicándose en frente de la reposera de Micaela. Ella abrió los ojos al notar la repentina sombra, y por sentir humedad en una de sus piernas.

-Nacho... –Habló ella. El giró para mirarla. -No sólo que me estás tapando el sol, sino que también me estás mojando. –Señaló cómo, de la malla de él, caían gotas que terminaban en una de sus pantorrillas.

-No es tan grave. –Se quedó en el mismo lugar, sólo para molestarla.

-Sí, es grave. –Le devolvió. -¡Correte! Tenés todo el jardín libre para elegir... cualquier lugar, menos ese.

-¿Elijo? –Le preguntó. Ella sólo lo miró, arqueando una ceja. -Entonces haceme lugar. –Advirtió y, antes de que ella pudiese reaccionar, se acostó con ella en la reposera, la cual no era tan amplia, por lo que más de la mitad de su cuerpo, terminó sobre el de ella.

-Ignacio, te voy a matar. –Dijo, ahora empapada.

-Mica, es agua, nada más. –Se acomodó en la reposera, ahora abrazándola. -Y esto no es nada que no hayamos vivido antes. –Recordándole al oído cómo se habían despertado hoy. Ella abrió los ojos como dos platos.

-¡Nacho! -Le reprochó en su susurro, sorprendida del tema que su amigo sacó a relucir y rogando que sus amigos no lo hayan escuchado.

-Tranquila. –Rió él. -Te estaba jodiendo... –Aclaró. -Y no te preocupes, no escucharon. –Habló en alusión a sus amigos.

-Qué gracioso. –Contestó, seria. -Ahora, salí de acá. –Ordenó.

-Chicos, ¿por qué no se consiguen un hotel?–Cuestionó Bianca, provocando una cara de fastidio por parte de Micaela, unasonrisa en el rostro de Nacho y risa abierta en los demás. 



Última parte del segundo capítulo, espero les guste! xx :)

Perks of being friends {Nachoela}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora