1|I used to be normal.

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CAPÍTULO 1


"No puedes encontrarte, perdida en tu mente"

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"No puedes encontrarte,
perdida en tu mente"

Las habitaciones de aquel lugar estaban llenas de un frío y una oscuridad tormentosa que siempre eran acompañadas por los incesantes llantos y gritos que resonaban a lo largo de sus paredes. Muchos de esos gritos eran súplicas, pedidas de auxilio que son completamente ignorados con toda la intención del mundo, que como ecos fantasmales se perdían en lo grueso de los muros. Aquellos gritos eran un contraste para las amenazas latentes que también eran soltadas con fuertes descargas de gargantas irritadas por sus años de perpetuo usó.

Aquel lugar era una compleja, y aveces, fácil tortura.

La soledad para el que no quería estar solo, cuatro paredes oscuras he insonoras que te dejaban caer mucho más en el precipicio oscuro de tu mente. La incapacidad de hablar para el que quería ser escuchado, una mordaza en tu boca era una simple opción para callar los lamentos. Todo aquel que no habitara dentro de una de las celdas de la institución mental Olimpus tenía la certeza de que toda tortura llevada dentro era una simple caricia comparado con todo el mal que habían hecho muchos de sus reclusos. Por mucho aquel triste y caótico lugar lleno de humanos desesperados que ya hace mucho habían perdido la cordura, era un lugar donde no ibas a recuperarla, solo a perderla por completo.

Aquel manicomio era sin duda, el peor lugar en el cual iban a parar los peores psicópatas del mundo. Y Ellionor Andreotti era una de ello, y no una cualquiera, ella podría considerarse como la peor de los internos.

—Andreotti sígame al... ¡Por Dios, que está haciendo! — Simons, un Doctor de veintisiete años, el más joven de todos los trabajadores de la institución, colocó la libreta que llevaba entre sus manos delante de su rostro para así no seguir viendo el cuerpo desnudo de la chica delante de él. Aquel sujeto era demasiado pudoroso para presenciar aquella escena. —¡¿Dónde está su ropa?!

La persona a la que iban dirigidos aquellos gritos de inconformidad, no podía estar menos interesada en contentar la pregunta que creía, era, la más idiota que le habían hecho en todo lo que iba de día. Sin embargo, luego de rodar los ojos y apartar con fastidio mechones rebeldes de su platinado cabello que le molestaban en la cara, se permitió contestar, ¿Qué más le quedaba? El berrinche en aquel momento no le era útil ni llamativo.

—No lo sé, ¿Por ahí? Eso no es importante — su voz se escuchó cargada de un tono monótono y aburrido que expresaba sus escasas ganas de responder. Ese era el usual tono que empleaba para dirigirse a él, a aquel joven doctor en particular.

Sí, hacia frío en aquel lugar y ningún loco se animaría a hacer lo que la rubia apoyada de brazos cruzados en la pared estaba haciendo, pero ella era difícil y le gustaba llevarle la contraria a todo lo vivo - y lo no vivo también - mandando las reglas al carajo y haciendo lo que se le viniera en gana. Y sí, eso incluía pasearse desnuda por todo el lugar.

Crazy ➸Steve Rogers  (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora