Me levanto cuando mi despertador suena y me pongo de pie rápidamente, voy al baño del pasillo y sin poder evitarlo, observo mis moretones en mi rostro y brazos, y las marcas que aún se alcanzan a ver en mi cuello, que aunque no se notan tanto como antes, permite tener idea que me ha sucedido. Espero que se vayan rápido y así dejar ir ese horrible episodio para seguir adelante con mi vida.
Lavo mi rostro y me aseo antes de salir. Sé que Sarah y los niños hoy demorarán en bajar. Hoy es domingo y espero se levante un poco más tarde ya que John ha dormido en casa. Realmente les hace falta compartir tiempo entre ellos como pareja. Todo lo hacen en familia.
Hoy he decidido prepararles un desayuno en señal de agradecimiento. Espero me salga bien, no soy tan buena cocinera como mi madre.
Reviso la alacena, algo que debí haber hecho ayer. Sarah tiene todo lo que necesito, pero no en las cantidades necesarias. Así que me toca salir para conseguir todo en el establecimiento 24/7 que está a dos calles. El sol ya ha salido, solo espero que no se hayan levantado para cuando regrese. Dejo la masa lista con la levadura para que crezca mientras regreso.
Tomo una bufanda floreada y salgo en completo silencio aferrándome a mi sudadera para que el frío nocturno que aún se siente, no congele mis huesos. Camino las dos calles de distancia hacia el establecimiento y observo mejor la tranquila calle, parece que nunca pasara nada. Por fortuna encuentro lo necesario para rellenar la donas. Espero que a Amy le gusten.
Cuando estoy llegando, como en una típica historia de terror, volteo cuando escucho el sonido de un auto acercarse a mí por la solitaria calle. Me tenso y las bolsas caen de mis manos al ver el Cadillac negro. Mi respiración se vuelve pesada y entrecortada, toco mi cuello cubierto con la mano temblorosa e intento retroceder, pero mis pies no reaccionan.
El auto se detiene y la puerta se abre rápidamente. Suelto el aire contenido cuando veo al ocupante, pero mis manos no dejan temblar. Me siento estúpida al pensar que podría ser él. Chase tiene un taller mecánico y suele utilizar cualquier auto de sus clientes para lo que sea que sale a hacer con sus amigos. Toda esta semana había salido con Sarah o con sus hijos, eso me hacía sentir segura.
Mark camina hacia mí con el ceño fruncido mientras respiro profundo para calmar mis nervios. Nunca creí que llegaría a sentirme de esta manera. Estúpida de mí al pensar que ya podría haber superado lo que pasó, luego de una semana. Solo deseo que se haya olvidado de mí.
—¿Estás bien? —pregunta él.
Toma mi rostro sin dejarme contestar y me aparto inmediatamente.
—¿Qué haces? —le pregunto, pero mi voz sale más alta de lo que debería.
Levanto mi rostro para mirarlo a los ojos y casi tengo que echar la cabeza hacia atrás. Es muy incómodo.
—Déjame —dice con voz tan dura que me hiela los huesos.
Vuelve a tomar mi rostro, su tacto es firme bajo esas manos callosas, pero no me hace daño. Limpia mis lágrimas mientras resopla y recorre con su pulgar mi pómulos, donde aún se nota un poco el color por los golpes. Baja lentamente sus dedos sin dejar de observar mi piel morena. Cuando sus dedos llegan a mi cuello intento separarme, pero me sujeta del brazo dándome una dura mirada que me hace agachar la cabeza.
—Nunca bajes la cabeza.
Me hace mirarlo a los ojos y me esfuerzo por contener mis lágrimas. Creo que ya me había acostumbrado a hacerlo, a estar por debajo de los demás y a no aceptar cosas buenas de nadie.
Sigue con su inspección y yo solo se lo permito. Examina mi cuello y lo escucho maldecir duramente, sube las mangas de mi ancha camisa y niega con pesar, me vuelvo a tensar cuando se agacha y levanta mi camisa hasta por debajo de mis pechos. Toca mis costillas y me quejo cuando hace más presión de la necesaria.
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Aventura De Una Chica Obstinada #1
ChickLitLuisiana Earhart es una mujer alegre que le gusta ver a las personas a su alrededor sonreír, pero su vida no es de color de rosa, ya que al llegar a casa, todo se vuelve un infierno. Su infierno personal gracias a él. Sólo sus nuevas amigas, Sarah...