"Cumplir un deseo."

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-Quiero que la familia crezca. - eso había dicho Sousuke Yamazaki antes de comer una de sus doce uvas, que representaban los deseos y propósitos de los doce meses del nuevo año que iniciaba.

Se la había comido, casi tragado y eso no había sido todo, ya que él mismo había colocado una de esas uvas en la boca de su esposo, Makoto Yamazaki.

El castaño se la comió sin dudar y eso, en otras palabras, significaba que ese deseo de que se cumplía ese año, ¡se cumplía!

Dos personas se esforzarían en que así fuera.

Por ello, casi tres meses después de aquella "promesa", el de mirada esmeralda fruncía el ceño, gesto raro en él pero la duda que lo embargaba lo amerita, ¿a que se refería Sousuke?

No era ingenuo, al menos no tanto como cuando adolecente, sabía que el deseo de su esposo podía ser una petición para que se volvieran padres ese año.

Podía ser ya que apenas seis meses atrás, un muy sonrojado Rei, después de unos exámenes médicos, le había dado la noticia a su antiguo senpai que de hecho podía quedar embarazado.

Había sido una enorme sorpresa para Makoto, y para el azabache que sintió latir su corazón de forma acelerada pero, a pesar de toda esa alegría, sus encuentros íntimos pasaron a estar acompañados del preservativo, por ello es que Makoto ahora dudaba.

-¿A eso se refería? - le hablo a la nada, mientras se dejaba caer en el sofá de la estancia de su hogar.

Su turno en la estación de bomberos había concluido hace una hora y aunque quería visitar a Haru-chan en la cafetería que este tenía, sus dudas lo llevaron directo a casa, en la que tristemente no se encontraba su pareja.

Sousuke terminaría su turno en la jefatura a eso de las de las ocho de la noche y todavía eran las tres de la tarde. Suspiro de nuevo captando la atención de quien dormía y nunca era ignorado por el castaño ya que siempre lo mimaba al llegar a casa.

El gato blanco de ojos verdes salto de mueble en mueble, hasta posicionarse en el regazo de su humano.

-¡Oh, lo siento! No te salude amiguito. - acarició al minino con cariño.

Ahí observando esa mirada igual a la suya como si de un espejo se tratara, recordó que los ojos aqua de Sousuke los compartía con otro ser importante para él.

-Creo que tendrás un hermanito, sabes. - le sonrió a su mascota con el rostro sonrojado. -Tengo que salir pero no tardaré, ¿vale?

.

Por fin, su turno había acabado sin contratiempos y ahora podía regresar donde su esposo. Instintivamente una sonrisa nació en su rostro, Makoto era él único que causaba esa reacción.

Y cómo si el ángel de mirada esmeralda supiera que estaba pensando en él, su teléfono anunció un mensaje suyo.

De: Mako.

Hoy cumpliré uno de tus deseos de año nuevo.

No tarde mucho en llegar Oficial Yamazaki. Te amo. :'3

Sin darse cuenta ya se encontraba en estacionamiento de la jefatura, al parecer su cuerpo pensaba lo mismo que su mente. Llegar a casa y agrandar su familia de inmediato, ya que a eso se refería Makoto sin duda.

.

Apenas y había ingresado a su hogar cuando ya se preguntaba que hacía el pequeño pastor alemán que entrenaba, ahí en la estancia con todo y su pertenencia más querida, su peluche de cerdo.

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