4. Seamos infinitos.

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Se encontraban en el segundo período de clases, el sueño ya había abandonado casi por completo el cuerpo de Sol, por lo que empezó a observar a el banco de su derecha -En el cual estaba claramente el-. Soltó una risa discreta e ignorando la 'entretenida' clase que emitía la profesora de lenguaje -Que para su 'buena suerte' era su profesora jefe - arrancó con cuidado un pequeño pedazo de hoja y en aquella escribió.

"Seamos infinitos"

Sin antes agregar múltiples corazones de diversos colores, para luego lanzar aquel trozo doblado a el banco de su querido amigo y esperar expectante su reacción.

Si, quizás ya estaba grande para ese tipo de cosas y ella lo sabia pero ¡Hey!, todavía era temprano, su mente aun no creaba los mil y un poemas que dedicaría hoy.

Porque Sol en el fondo era una romántica empedernida que necesitaba dar amor, de una u otra forma.

• he doesn't believe it•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora