VI

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Golpeo la taquilla con rabia. ¿Un cuatro? ¿Desde cuándo el profesor de historia me tiene tanta manía? Suspirando me masajeo las sienes con los dedos y cuento de diez hacia atrás, intentando calmarme.

Pero, como invocado por el diablo, Miller aparece para terminar de hundirme la mañana.

 —La taquilla no tiene la culpa de tu estupidez, Ally.

Crispo los dedos entorno a un matojo de pelo castaño y pruebo a ignorarlo. Sin embargo, me es imposible cuando me roza con el pulgar la piel descubierta del antebrazo.

 —No puedes culparla de que no tuvieses ni idea de la Segunda Guerra Mundial.

Es la gota que colma el vaso, me doy la vuelta súbitamente y lo encaro. Un par de ojos de un azul intenso me contemplan conforme las comisuras le tiran hacia arriba.

Sigue con los dedos perdidos en la piel de mi brazo izquierdo así que extendiendo el derecho y le cruzo la mejilla con la palma extendida.

 —¡Miller, Stewart! 

Los Dientes De Miller #PLaurel2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora