XXI

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—No tengo tiempo, Marcus.

El chico se rasca una ceja, pero no me deja escabullirme.

—¿Quedamos mañana en la biblioteca?

Todo por salir de ahí. Asiento con rapidez y comienzo a deslizarme entre la gente, sin darle tiempo a reaccionar.

Pero tal vez fuese demasiado atropellada, porque por trigésima vez en mi vida me como a una mole humana.

Me sobo la nariz maldiciendo.

Ahí está, igual de guapo, con una camisa de cuadros arremangada y el cabello despeinado, sonriendo literalmente.

—Hola, Ally.

Los Dientes De Miller #PLaurel2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora