Lupe ayuda a Jorge a quitarse el chaleco. Prepara la mesa para que él pase mientras ella va por la sorpresa.
J: ¿Qué es eso?
L: Ya lo sabrás. Dime, ¿qué tal tu día?
J: ¿Y a ti desde cuándo te importa cómo me valla?
L: No empecemos, ¿si? Dejame y te sirvo.
Mientras Jorge comía, Lupe se pone de pie, va por las fotos y se las muestra.
J: ¿Qué eso?
L: ¡Estoy embarazada!
J: ¿Desde cuándo?
L: 4 meses.
J: Ahora bien, ¿me dirás si o no?
L: Esta es la foto de una nena.
Jorge le toma las fotos de la mano, se levanta y se las tira como si no le hubiera importado. Lupe se entristeció y lloró desconsoladamente.
***
Nace la niña y ya es tiempo de ponerle un nombre. Nunca pensó en uno mientras el embarazo. Su familia estuvo con ella en todo momento: su madre la ayuda a elegir un nombre, y de repente Lupe dice: Mía, su nombre será Mía, porque me pertenece y es sólo mía. Mi niña, mi tesoro.L: Lucharé insaciablemente por ti, mi amor.
Jorge avergonzado se acerca a Lupe y a su recién nacida, Mía.
***
Mía ya tiene sus 2 años. Lupe no aguantaba más el comportamiento de Jorge, y decide separarse; pone la pensión para que así él tenga "responsabilidad", según Lupe.En aquel entonces, el ganado porcino estaba dejando mucho dinero. Jorge siempre tuvo mucha suerte para conseguir empleo y como su padre trabajaba las tierras del señor Agramonte, su hijo, Octavio Agramonte, lo contrata como camionero: su función sería transportar cabezas del ganado porcino; y así lo hizo por mucho tiempo. Pasaba por la casa de Lupe y no le dejaba nada de dinero para la leche y pañales.
Lupe estaba muy triste y consigue consuelo en casa de sus padres. Ella tenía muchas ganas de salir adelante por su hija para darle un futuro mejor.
El padre de Lupe es quien mantiene a Lupe y a Mía: desde una lata de leche, hasta una ropa interior para ambas.
Lupe no quiere odiar al padre de su hija, porque piensa que ella fue la culpable de que él se alejara.
***
Ya la niña está creciendo y hoy cumple sus 8 años. Todos en casa colaboran para el festejo. Lupe invita a su hermana, Leticia, con sus hijos: Carlos y Abigail, seguido de una nueva niña que visita la comunidad y quien sería muy amiga de Mía.A pesar de todas las cosas que pasaron entre Jorge y Lupe, él nunca dejó de visitar su casa: insistía en volver con ella, pero ella no accedía. Jorge merendaba, almorzaba y cenaba en casa de Lupe; ella le hacía la manicura y la pedicura, era muy buena en eso, ¿cómo lo aprendió? La verdad no lo sé. También ejerció el oficio de peluquera: todos los viejos amigos de Jorge iban a casa de Lupe para que les recortara el pelo y emparejara la barba.
Un día como otro cualquiera, Jorge va a casa de Lupe, y...
L:.. la niña está creciendo, ¿por qué no le abres una cuenta en el banco? Así para cuando ya pueda manejar dinero, pueda ir a la universidad y para que se compre sus cosas, como todas las adolescentes.
J: Ella está pequeña. No es necesario abrir ninguna cuenta.
Lupe, aunque sólo había terminado su bachiller, sabía mucho, era una mujer muy inteligente y siempre vivía llenando de consejos a Jorge, aún no estuvieran juntos.
Mía era muy enferma: apenas con 8 meses de nacida, tenía neumonía. Lupe cargaba con ella para todos lados, y Jorge en sus andadas. Había comprado una camioneta con todo el dinero que ganaba. Y Lupe pasando las mil y una con la niña. Luego Mía, desde los 6 y hasta ahora sus 8 años, sufría del páncreas. Anualmente, hasta los 11 años, caía interna de emergencia y la pobre Lupe siempre desvelada, pero tenía paciencia y pedía a Dios para que su Mía, su tesoro, mejorara.
***
Mía desde siempre fue una niña muy obediente, muy estudiosa. Era la envidia de muchas otras niñas por su inteligencia, pero la admiración de otros, como sus profesores. Era una niña muy feliz. En la escuela se burlaban de ella por ser gordita. Ella se entristecía cada vez que aquello pasaba; tenía a Abigail, su prima-hermana quien era muy delgadita, y quien la defendía de tantas ofensas que le hacían. Mía vivió con eso todo el tiempo. Lupe la animaba diciéndole que no hiciera caso a lo que dijeran de ella, porque para Lupe y toda la familia, Mía era perfecta.***
L: ¡Wow mi amor! Ya pasaste a 5to grado. ¡Muchas felicidades mi niña!Lupe nunca pudo premiarla por sus logros, pero aunque Mía fuera pequeña y no entendiera muchas cosas, sabía que el amor de su madre era el regalo más grande. Jorge la llevaba a comer pizza cada año.
En la escuela los niños cuando se juntan con otros niños, suelen ser algo insoportables porque el maestro trata de poner control, pero no sabe cómo. En el salón de Mía, había un armario con muchos objetos que ya no se usaban, y dentro de ellos había un teléfono inservible. Todos los niños lo toman y empiezan a jugar. La maestra, Rosaura, estaba con otros niños quienes habían empezado un pleito por un lápiz. Ve hacia el armario y ve que Mía tiene el teléfono jugando. La toma por sus brasitos y la sienta de golpe, proveyéndole un pellizco en uno de ellos y con el lapicero le daba en su cabecita. Abigail fue testigo de todo aquello.
Mía llega a casa, saluda a todos como de costumbre y se mete a su cuarto. Lupe no la ve igual de siempre y va hacia ella.
L: ¿Qué pasa amor? ¿Cómo te fue hoy?
M: Bien ma'.
L: Que bueno, pero ¿por que esa carita?
M: No pasa nada, mami.
Lupe en ese instante la ayuda a desvestirse para meterla a bañar y nota que Mía se queja. Levanta su brazo izquierdo y ve unos cuantos moretones. Lupe angustiada le pregunta cómo se había hecho aquello.
M: No le quiero traer problemas ma'.
L: ¡¿De qué hablas?! ¡¿Qué te pasó?
M: La maestra me lo hizo.
Lupe no demoró en vestir a Mía otra vez y se dirigió con ella hasta la escuela para enfrentar a la maestra y hacer la pagar por lo que le había hecho a Mía.
L: ¡Solicito inmediatamente que la maestra Rosaura me dé una explicación de esto!
La directora, Licda. Norma Caamaño, no entiende el sucedido y le dice a Lupe que se calme para que le explique lo que pasa.
L: ¡Pasa que mi hija fue a casa muy extraña esta tarde, ella no es así, es muy contenta. Le pregunté qué tenía y no me quiso decir, hasta que habló y me dijo que la maestra le había hecho esto (dice mientras le enseña a la directora los moretones de Mía).
Está sorprendida y hasta un poco asustada, envía a llamar a la maestra.
N: Licenciada Rosaura, ¿qué me puede decir de esto?
R: La verdad no sé.
L: ¡A mi hija nadie la toca, y menos tú! ¡Demandaré la escuela si no cancelan a esta inhumana!
N: No puedo creer esto Rosaura. Me decepciona. Recoja sus cosas y márchese.
Lupe es capaz de dar su vida por defender a su hija.
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Inocencia
Short StoryDesde antes de mi concepción, ya daba problemas. La mayoría del tiempo me pregunto si fui planeada, si fui deseada, si anhelaban mi llegada al saber de mi existencia. Con el tiempo todas mis preguntas se fueron contestando y hoy por hoy, aún siguen...