Jorge y Lupe son mis padres; ambos vivieron en tiempos de precariedades, pero con una crianza excelente hasta un punto, pues mi abuela Magdalena era, y sigue siendo, muy estricta. Según me cuentan, cada vez que mi padre iba a visitar a mi madre él entraba por una puerta y por la otra salía ella; muy cruel la doña. Pero la amo.
La historia de ellos no me la sé al 100 %, pero sí sé lo suficiente con respecto a su vida de casados. En el noviazgo todo era perfecto: flores, chocolates, un que otro te amo, y eres mi vida... Todas esas cursilerías. Ya de casados, todo cambió.
El 2 de julio del 1992 unen sus vidas en Santo matrimonio. Invitaciones previamente entregadas a quienes serían, previamente, los invitados. Todo el menú listo para el día más anhelado: ¿para ambos? No lo sé, pero sí creo que para ella.
Llegado el día, ella se encuentra en su cuarto, estaba muy bella vestida de blanco. Como tradición, en aquel entonces, las madres eran las que ayudaban a las hijas a vestirse: mi abuela le ayuda en todo, desde el labial color rosa, hasta su velo, su hermoso velo.
En el patio de la casa la espera el fotógrafo para hacerle las tomas de la familia de la novia: mi abuelo (que en paz descanse) Alberto, mi abuela Magdalena, mi tía Leticia y mi tío Pablo.
Es hora de marchar. La misa fue ofrecida a las 6 de la tarde. Todo mundo allí se encontraba reunido, amigos y familiares de los novios, camarógrafos y demás.
Xx: ¡Ahí viene la novia!
Mi madre sale del automóvil, los pajes y la dama de honor se ubican en sus lugares, para minutos después entrar en compañía de la novia.
Xx: El novio aún no ha llegado.
En la iglesia empezaron los rumores de que a la pobre la habían dejado plantada en el altar. Pasan 10, 20, media hora y el novio no aparecía. Le llevaron una silla para que pudiera descansar. Cuando ya todos habían dado como plante aquella boda, llega él muy sonriente. Todo vuelve a la normalidad y el Sacerdote César Castañeda, invita a las personas a tomar asiento para que empiece la ceremonia.
***
La vida matrimonial no va excelente, pero tampoco va tan mal. Los días para ella son perfectos, para él aburridos. Ella hace todo para consentir a su marido, él no lo agradece.
Todo se va complicando a medida que los años van pasando. Él ya no ha vuelto a cenar en casa y ella se desvela esperándolo. Él le inventa mil excusas, y la muy inocente, se las cree. Ella en verdad lo ama, ella en verdad quiere que su matrimonio prospere.
La esposa se ilusiona en cuanto piensa en tener un bebé. Hace indirectas a ver qué dice, él sólo la mira y no hace intensiones de posibilidades.
L: Amor, hace tiempo que quería tener esta conversación contigo.
J: A ver, no me vengas con que te dio por ser madre. La situación ahora mismo está difícil y lo sabes, ¿no?
La esposa se desilusiona, se marcha y se encierra en su cuarto.
Él no era tan cruel como se imaginaba Lupe. Entra al cuarto y habla con ella. Calmada le dice que lo intenten y para luego era tarde. Hicieron el amor como nunca, mejor que la luna de miel.
***
El tiempo no se detiene y Lupe cada día que pasa, se entristece más y más.L: Tenemos que ir al médico a ver qué pasa que no me puedo embarazar.
J: ¡Bueno! Esto está difícil.
L: ¿Por qué? ¿Qué pasa?
J: No hay dinero para eso, eso es lo que pasa.
L: No me deberías de contestar así, tener un hijo sería lo más hermoso que nos haya pasado. Ya es hora de ser padres.
Fue tanto lo que Lupe insistió, que Jorge al final accedió. Fueron al médico y éste les indicó unos exámenes.
Al cabo de unos cuantos meses descubren que uno de los dos no puede tener hijos. Jorge se burla y culpa a Lupe de la situación, puesto que él decía que ella era la que no podía concebir. Lupe no era de pleitos y dejaba pasar por alto cualquier cosa.
La ginecóloga que les atendía, Dra. Mercedes Gómez, les solicita de inmediato que unos exámenes.
Dra: Ya me llegaron los resultados de sus estudios. Temo que mis sospechas se hicieron realidad.
L: ¿A qué se refiere doctora? ¿Qué es lo que sospecha?
Dra: Pues bien, iniciaré a dar lectura a los estudios.
En ese momento había una tensión atroz en aquel consultorio. Jorge no estaba a gusto, estaba incómodo, y la pobre Lupe, moría segundo a segundo tras observar las reacciones de la doctora mientras leía.
Dra: No son buenas noticias, pero tiene solución.
L: ¿Qué pasa? ¡Por favor doctora, estoy angustiada!
J: ¡Deja que hable, si la empiezas a cuestionar saldremos mañana de aquí! - dice Jorge enojado.
Dra: Señores por favor, mantengan la calma. Dado los resultados obtenidos de las pruebas genéticas que les mandé a hacer, los resultados son: señora Julia Montero de Saldivar, se encuentra en perfectas condiciones de concebir, mientras que el señor Jorge Saldivar Aybar, presenta un cuadro estéril. En otras palabras, se le imposibilita concebir.
Lupe toma la noticia como si hubiera sido a ella que le hayan diagnosticado la esterilidad. Toma a su esposo de la mano y le dice lo mucho que lo siente. Llora desesperadamente. La doctora intenta calmarla, pero no lo consigue.
Jorge al darse cuenta de su impotencia para concebir, no sabe qué hacer o qué decir. Él es un hombre duro de sentimientos y es un experto en la insensibilidad.
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Inocencia
Historia CortaDesde antes de mi concepción, ya daba problemas. La mayoría del tiempo me pregunto si fui planeada, si fui deseada, si anhelaban mi llegada al saber de mi existencia. Con el tiempo todas mis preguntas se fueron contestando y hoy por hoy, aún siguen...