Cuatro Clanes, un destino

Capítulo 02

                

Bigotes Negros se acercó lentamente mientras una pregunta no dejaba de atormentarlo: <¿Qué hace Lucy aquí?> se preguntaba <¿Cuándo se unió a los Clanes? La última vez que la vi, era una minina casera hecha y derecha...>. Entonces se dio cuenta: ¡sus ojos no eran los de ella! Los de su querida Lucy eran de color amarillo, como los suyos, y por la noche aún eran más bonitos que por el día. No obstante, los de esa gata con el mismo pelaje eran de color verde profundo, nada parecidos a los de Lucy.

-Tú no eres Lucy, ¿verdad?- preguntó. Cola Manchada dudó, pero un par de segundos después respondió:

-No, no soy Lucy. Soy Cola Manchada, del Clan del Trueno. Creo que me confundes con mi madre.

Un murmullo de exclamación recorrió entre los espectadores: ¡¿Cola Manchada era hija de una minina casera?! La tensión se podía cortar con un cuchillo, así que Estrella Soleada decidió intervenir:

-Silencio. ¿De dónde vienes, viajero? ¿Qué te ha conducido a interrumpir nuestra asamblea?

-Para empezar, tengo nombre: me llamo Bigotes Negros. Vengo de más allá del territorio de los Dos Patas, de un mundo que no conocéis- todos quedaron sorprendidos: ¡aquel extraño visitante había conseguido atravesar el territorio de los Dos Patas y llegar hasta allí sin ser visto! Eso era imposible a no ser...

- ¿Formabas parte de algún Clan antes de marcharte?- preguntó Corazón de Manzana. Cola Manchada se extrañó mucho, ya que pensaba que su nueva amiga era tímida, pero por lo visto, era más valiente de lo que parecía. Eso le gustó. A Bigotes Negros se le oscureció la vista, un recuerdo volvió a su cabeza pero, antes de poder ver la imagen que lo incitó a ir por un camino muy diferente al que tenía planeado, sacudió su cabeza y el recuerdo se desvaneció. Entonces, levantó la cabeza y dijo:

-Eso ahora no es importante- miró amenazadoramente a Corazón de Manzana. Ésta se encogió, sintiéndose intimidada-. Sólo vengo a advertiros: debéis vigilar si no queréis acabar destruidos. Creo que alguno de los curanderos ya está al corriente de eso- Bigotes Negros dirigió su mirada a Corazón de Abeto. Luego añadió-. Tened cuidado, cualquiera puede hacer lo que sea para ganar- una vez terminó de hablar, pasó su mirada por todos los presentes, deteniéndose en Cola Manchada. Después de eso, se dirigió hacia las sombras y desapareció. Todos los Clanes se quedaron callados hasta que Estrella Borrascosa, el líder del Clan de la Sombra exclamó:

- ¡¿Qué ha querido decir con eso?!- empezaba a desprender un fuerte olor de ansiedad- ¡¿Qué habéis hecho, Clan del Trueno!? Por algo será que conoce a una de vuestras reinas y a vuestra curandera, ¿no?

- Nosotros...- empezó Estrella Soleada, pero fue interrumpida.

-¡Nosotros no hemos hecho nada!- saltó Cola Manchada- Además, mi madre no es una reina, ¡era una minina casera!

-¿Y cómo puedes probarlo?- replicó Estrella Borrascosa. Cola Manchada se quedó callada. No tenía pruebas, pues sabía muy poco sobre sus padres- Lo que yo decía...- continuó Estrella Borrascosa- Os estaremos vigilando, Clan del Trueno- dicho esto, con un movimiento de cola indicó a sus guerreros y aprendices que debían marcharse. Todos se quedaron en silencio.

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Ya había pasado casi una luna desde esa asamblea y las cosas habían estado muy tensas entre los Clanes. Habían tenido lugar muchas disputas, sobre todo entre el Clan de la Sombra y el Clan del Trueno. El Clan del Río se puso de parte del Clan de la Sombra y el Clan del Viento a favor del Clan del Trueno. Cola Manchada había intentado descubrir más sobre su procedencia y la de sus padres. Sobre su padre, Pelaje Manchado, lo sabía todo. En cambio, nadie había visto nunca a su madre. Solo sabía una pequeña parte que le había aportado su Clan y el Clan del Río. Esperaba con impaciencia la llegada del día de la asamblea, ya que sería un momento de paz, por muy tensa que fuera.