Capítulo 09

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A la mañana siguiente, poco después de que el Sol se alzara sobre los árboles, Cola Manchada despertó aún envuelta en el dulce sueño de la noche anterior. No obstante, pronto volvió a la realidad: tenían que rescatar a los cachorros y a Pelaje Tormentoso si no querían ver como su hogar se destruía por sí solo. Aún medio dormida, Cola Manchada se levantó de su lecho y empezó a estirar las patas una por una, ya que las tenía entumecidas. <Esto no es como en la guarida de los guerreros, hace mucho más frío y viento... No me imagino cómo duermen los del Clan del Viento...> pensó Cola Manchada. Sumida en sus pensamientos, no reparó en que Corazón de Manzana no estaba en su lecho. Ésta apareció al poco rato de entre un montón de paja. Llevaba dos jugosos ratones entre sus fauces mientras se dirigía hacia Cola Manchada. Una vez llegó hasta ella, dejó los dos ratones en el suelo.

-Toma, –dijo mientras le acercaba un ratón con la pata- he pensado que tal vez tendrías hambre.

Cola Manchada miró con aprecio a Corazón de Manzana. Por mucho que fueran de distintos clanes, las dos gatas compartían un vínculo que las unía por encima de la rivalidad entre clanes.

-Muchas gracias –dijo Cola Manchada mientras le daba un suave lametón sobre la oreja. Dicho esto, empezó a engullir vorazmente al rechoncho ratón. Una vez hubo terminado, levantó la cabeza y dijo:-. ¿Por dónde crees que deberíamos ir?

-No lo sé –respondió Corazón de Manzana-, según lo que he escuchado, por allí hay muchos senderos atronadores y es muy peligroso...

Cola Manchada dejó de acicalarse un momento para reflexionar: <Si volvemos por donde hemos venido, sería muy fácil que nos descubrieran y todo se iría al garete...>

-Aunque sea muy peligroso, no creo que tengamos ninguna otra opción –repuso, aún pensativa-, tendremos que arriesgarnos: o todo o nada.

Entonces Garra Negra apareció de entre las sombras, en dirección a las dos guerreras.

-He decidido que no puedo dejaros ir solas, ya que no sabéis nada de lo que hay fuera de vuestros bosques. Os acompañaré.

Dicho esto, Garra Negra se giró y volvió por donde había venido. Cola Manchada y Corazón de Manzana intercambiaron una mirada y, sin necesidad de decir a dónde iba, Cola Manchada se adentró en la parte desconocida del hogar de Garra Negra. Una vez sus ojos se acostumbraron a la oscuridad que reinaba la estancia, pudo distinguir un lecho de apariencia confortable. No muy lejos de él, había un agujero que daba al exterior. Por el rabillo del ojo, Cola Manchada captó un leve movimiento fuera. La curiosidad pudo con ella y atravesó el agujero. A tres colas de distancia, sobresalía un pequeño montón de tierra. Junto a él, Garra Negra estaba en una postura... ¿triste? ¿Melancólica? Cola Manchada pensó que no era un buen momento para darle las gracias, pero quería saber qué estaba pasando. Entonces vio un arbusto donde podía esconderse. Silenciosamente, fue desplazándose hasta colocarse tras el arbusto. Desde allí podía ver a Garra Negra a través de las ramas. Entonces, éste se levantó, con la cabeza aún agachada, y empezó a murmurar algo:

-Oh, Lucy... Siento tanto no haber podido llegar a tiempo... Y aún siento más que no fuera a buscarte, que llegarás tu a mi... Tú, que me cuidaste y defendiste en todo momento sin importar las veces que hiciera algo mal o me equivocara... -Cola Manchada escuchó un maullido de dolor, un dolor tan profundo que hasta Cola Manchada pudo sentirlo. Garra Negra levantó la cabeza, con el rostro lleno de lágrimas, y mirando al cielo dijo:- Te prometo que te lo compensaré. Te prometo que no le pasará nada a tu hija, la defenderé con mi vida y así te devolveré todo lo que tú me diste.

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⏰ Última actualización: Aug 14, 2016 ⏰

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