- Esto es inaceptable - dijo el director al ver que estaba el comedor lleno de comida - Y vosotras ¿como aveis consentido que monten este desastre? - dijo refiriéndose a las cocineras que poco antes habían estado en la guerra de comida.
- Bueno....nosotras....es que...y entonces...
- Calla - la interrumpió el director muy enfadado - todos vosotros vais a recoger este desastre, y mañana ya os daré un castigo más severo - y después de decir eso se fue dando un portazo.
Todo el mundo se quedó callado mirando a la puerta como si así les fuesen a quitar el castigo.
- ¡A recoger! ¿o es que vais a estar todo el día mirando a la puerta? - dije poniéndome las manos en las caderas.
Al decir eso reaccionaron y empezaron a hacer lo que les había dicho.
Después de una hora terminamos y yo...yo tenía mucha sed. Me puse a buscar por toda la habitación una botella de agua, ya que no se podía beber del grifo porque no era el agua potable, pero parece que la barbie esa, que por cierto todavía no había llegado, colecciona las botellas de agua que bebe porque al abrir un armario se me cayeron un montón de ellas encima, tantas que ni siquiera podía moverme.
- ¡Ayuda! - empecé a gritar a todo pulmón.
Escuché como se abría la puerta.
- Aaaaaa - gritó mi compañera de habitación - ¿que has hecho? eres un desastre ¿como se te ocurre tirarte todas las botellas encima?
Más tonta y no nace.
- Mira rubia, no me habría pasado esto si no coleccionases botellas ¿pero quien guarda todas las botellas vacías en un armario? Asi, tu.
- Yo no las colecciono.
- ¿Y porque tienes el armario lleno de ellas?
- Es que se ma a olvidado tirarlas ¿y que hacías tú mirando en el armario?
- Estaba buscando botellas de agua.
- No tenemos
No se como puede haber nacido.
(...)
- ¿porque no llamamos a otra puerta? - dije después de que la barbie llamase a la puerta de al lado por tercera vez para pedir una botella de agua.
- Porque el tío que vive aquí está muy bueno, y es uno de los pocos con los que no me he acostado.
Que puta es.
Me crucé de brazos y la miré con cara de aburrimiento hasta que porfin se abrió la puerta.
- ¿que quereis? - dijo una voz que me sonaba mucho.
Miré a donde procedía esa voz y me lo encontré a el. Con el pelo despeinado y una camiseta negra junto a unos pantalones de chándal grises. Supongo que ese es su pijama.- Queremos una botella de agua - dijo la rubia coqueta.
Yo bufé y el dirigió su mirada hacia mi. Me puse nerviosa y las mejillas me empezaron a arder.
Yo no soy así ¿porque me pongo tan nerviosa cuando me mira? ¿me habrá puesto alguna especie de maleficio? Sabía que es un brujo.
Se metió en su habitación, sacó de ella una botella de agua y se la dio a mi compañera de habitación que se llamaba Vanesa.
Cuando Vanesa se iba a acercar a el para coquetear, la cerró la puerta en las narices. No puede evitar que me saliese una "pequeña" carcajada que retumbó por todo el pasillo haciendo que algunas personas saliesen de sus habitaciones para ver de dónde procedía aquel ruido, que en vez de una carcajada, parecía el maullido de un perro asustado...muriéndose.
(...)
- Holap me llamo....Emily, pero me podéis llamar Em, vengo de Madrid pero gracias a mis queridísimos padres he tenido que ir a este infier...dijo..internado - dije delante de todo la clase debido a que el director me había obligado a presentarme así - y por si alguien no lo a pillado lo de queridísimos padres es sarcasmos.
- Bien señorita Parks, una presentación...peculiar. Ya se puede sentar - dijo el director.
Me senté en el único pupitre vacio que había y empecé a hacer lo que más me gusta en las clases de mates, historia, geografía, lengua...bueno vale, en todas las clases: hablar con la pared.
Hola pared ¿que tal te ha ido el día? Uy, me parece que tienes un chicle pegado...
- Señorita Parks - dijo la profesora de mates.
- ¿que quieres? digo ¿que deseas?
- ¿Podrías prestar atención en clase y dejar de mirar a la pared?
- Es que es más entretenido mirar a la pared que mirar te a ti - se escucharon algunas risas en clase y la profesora amargada me miró enfadada.
- A dirección.
- ¿Que? Pero si solo he dicho la verdad.
- He dicho que a dirección, y a ver si cambias esa actitud.
- No soy un semáforo - se volvieron a escuchar unas risas - ¿Y vosotros de que os reís? ¿Os estáis mirando al espejo y viendo la cara de mongoles que tenéis?
Y después de dar una "buena" primera impresión a mis compañeros me fui a dirección.
Llamé a la puerta como buena alumna que soy y cuando el director me dio permiso entré.
- Hola - dije al director con un tono poco formal - ¿que tal estas?
- No me hagas la pelota, date prisa que tengo que atender unos asuntos muy importantes - dijo mirando al chico que estaba sentado delante de él.
Dirigí la mirad al chico del que el director se refería y me di cuenta que era el roba sitios de ayer.
- Anda mira, si es mi querido amigo robasitios y dejabotellas ¿que tal te va la vida chavalote?
- Emily di ya lo que tengas que decir - dijo el director.
- Pues..estaba pensando yo, que, mejor te lo digo cuando termines de resolver tus problemillas, que yo te quiero demasiado como para interrumpir tu trabajo - dije mientras caminaba hacia la puerta.
- No, no te preocupes tengo tiempo - dijo cruzando se de brazos.
- Esta bien..te voy a ser directa..la profesora me tiene manía. Si fuese tu la echaría. Pero yo no te he dicho nada ehhh - dije poniendo las manos en alto.
- ¿Que has hecho? - preguntó el director ya más cansado.
- Me ha echado de clase, sólo por decir que mirar a la pared es más divertido que mirarla a ella. Tiene más cara que espalda - dije dándome pequeños golpes en la cara he inclinándose hacia el director.
- Tus padres te mandaron aquí para mejorar tu comportamiento no para que vayas contestando a los profesores.
- Ya los se pero es que tiene una cara más aburrida, más sosa, mas amargada. ¿Come comida del comedor? porque si es así no me extraña que tenga cara de asco.
- Como te manden otra vez a dirección se lo digo a tus padres - dijo después de suspirar.
Cada uno con su tema.
- Esta bien - dije - oye..por cierto alguno de los dos tiene diez euros comprarme comida rica.
- Emily sal ya de aquí que tengo que hablar con tu amigo.
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Mi Misterioso Boxeador
Любовные романыY ahí estaba yo haciendo las maletas para irme al infierno, o como la gente lo llama, internado. Nunca pensé que al lado de la habitación donde iba a residir durante un año estuviera el chico que volvería mi vida patas arriba. Frío, indescifrable y...