Capítulo 21

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Columbia, Nueva York.

Los sueños son agradables, pero los de Skyler no. Estos son espeluznantes y tenebrosos, lo más llamativo es que parecen parte de la realidad. Desde encontrar a su madre tirada en un monte llena de insectos hasta matar a uno de sus compañeros. Aquella pesadilla en donde la joven asesinaba a sangre fría, llena de odio y maldad a Lucy, era la peor de todas. La más verídica.

El despertar era un alivio gigante, y más aun ver a su compañera descansando pacíficamente en la cama próxima. Últimamente se estaba manteniendo alerta y alejada de Lucy, todo comenzó cuando los sentimientos que se hacían presentes en sus pesadillas, esos de odio e impulso, se trasladaron a la realidad de todos los días. Una noche sintió ganas de lastimarla y, cuando se esfumaron esas sensaciones, se desplomo y se vio como la peor persona del mundo. Tenía el corazón vacío en esos ataques.

Recurrir a Gryphon era la única solución, o bueno eso parecía. Tenia tantas ganas de llamar a Dalton, una extraña sensación se apoderaba de ella cada vez que se sentía sola, y en la única persona que pensaba era en el, pero ¿Que le diría? ¿Qué excusa se inventaría para hablar con el? El doctor era lo más cercano al comandante.

-No entiendo. Creí que estaba bien- Dice la joven encerrada en el baño de su habitación en la universidad. El doctor por su parte buscaba respuestas en las paredes, en el blanco del techo, en sus manos, en cualquier cosa. La situación la rompía. Ejercer el mal, la desvanecía.

-Tranquila Sky, son solo ataques... no lastimaras a... nadie- Le contesta inseguro.

-Esta bien doctor- Se rinde la joven, la respuesta no la tranquilizo para nada pero si el doctor decía que eran solo ataques y ella no lastimaría a nadie, entonces así iba a ser- Ah... ya no tengo pastillas- Le recuerda, con una voz mas suave y menos agitada que la de hace unos segundos. La respiración de Paul se paralizo, pero recordó que tenía que respirar. Era la tercera vez que le mandaría un frasco lleno de píldoras a la inocente Skyler. Ya no quería hacer daño, no solo a Skyler sino a Lucy, quien se sumaba a sus preocupaciones. Por que, tarde o temprano, la mentira se revelará, y Skyler terminara matando a su compañera, gracias a las famosas pastillas del científico Nick Portland.

-¿Cómo esta el comandante?- Pregunta luego de un rato con voz suave y silenciosa, como con un poco de vergüenza. Pero las ganas de saber de Dalton, ganaron.

-El esta bien, querida- Le responde frotando su cabeza para enfriarla un poco.

Sede Central de SAT, Nueva York.

-Ten, llévaselo- Le entrego el frasco a Drake, quien, como la ultima vez, lo miraba sospechoso. Pero a diferencia de esa vez, el joven solo acepto llevárselo a Skyler sin mencionar ninguna de sus incógnitas.

Caminaba de aquí para haya, la oficina era grande y espaciosa. Tenía calor, sudaba y respiraba agitadamente. Esperaba con ansias al joven que le avisaría que su vuelo esta preparado. Mintió diciendo que iría a visitar a su adorable hija Wendy, la cual se encontraba en un internado cerca de Hannover. Ay Wendy, era lo único real en su vida, su pequeña hija. Cuantas ganas tenía de viajar a verla, pero lo complicaría todo. Chris lo esperaba y el no iba a defraudarlo.

Luego de una tortura de minutos, uno de los chicos de Edward golpeo la puerta del despacho y le confirmo que su vuelo lo estaba esperando, sin rodeos tomo el portafolios y una caja forrada con flores, era solo para reforzar la idea de que visitaría a la adorable Wendy.

Al fin esta en el aire, al fin esta lejos de Edward.

Londres, Inglaterra.

-Es imposible- Dice para si misma Cassidy luego de escuchar a la niña revelar su verdadera identidad

Esto era lo mas loco que había escuchado nunca, ¿Cómo es posible? ¿En que estaba metida? ¿Cómo se lo dice a los demás? Nadie le creerá, pensaran que esta demente, que esta alucinando.

Cuando la joven revelo la bomba, llamas llegaron a ella, golpeándola y sacándola de si. No entendía nada.

-¿Tu madre sabe que estas aquí?- Le pregunta volviendo a ser la soldado Helman.

-Si- Larga la niña llorando, se desparramo en el piso cubriéndose la cara con las manos.

-Yo... creo que la conozco- Dice ella sin querer confirmar quien era.

-Claro que la conoces, si ustedes idearon todo esto. Como no ibas a saberlo- Le reta la joven, dejando de llorar un momento para gritárselo en la cara, llena de furia y odio.

-¿Idear que?- Ahora si que Cassidy no estaba en sintonía, no entendía nada. "¿Ustedes idearon todo?" "¿Qué ideamos?" Ella y sus compañeros estaban aquí para protegerlos, no para otra cosa. Tenía tantas preguntas para esta joven, tantas cosas por aclarar. Ella no era la mala, Cassi no quiere que la joven la vea así. Helman también es solo otra victima de este enigma.

-Cassi, debes salir de la habitación ya- Le susurra Alex abriendo la puerta repentinamente. Al notar que la joven no piensa moverse de la habitación, decide entrar- Cassi, vamos- La toma por los brazos y la levanta, sacándola de la recamara totalmente paralizada.

Alex hace que ella se enderece como se debe, ya que Clayton pasaba por allí para corroborar que todos estuvieran haciendo su trabajo. La joven vuelve a la realidad cuando su entrenador aplaude en su cara, ella finge una sonrisa y lo saluda de forma militar. Cuando este se va, Cassi se resbala por la pared en shock, respirando lentamente para recomponer su compostura.

-¿Qué sucede, Cassi?- Pregunta Alex sentándose junto a ella.

Helman tarda unos segundos interminables antes de responderle, quería buscar las palabras correctas para que su compañero no crea que se volvió una demente- Algo esta muy mal aquí Alex-

-Ya lo se- Dice el suspirando pesadamente, recostando su cabeza por la pared.

-No, no lo sabes- Dice desesperada Cassi, el despega su cabeza de la pared y la mira, esperando a que continúe explicando que es lo que ella sabe- La niña que esta aquí... no es... no es hija de David- Apenas logra encontrar su voz.

-¿Qué? Es una locura Cassi, ella es Anni David ¿Recuerdas?- Le pregunta Alex. La estaba tratando como una loca, y ella se daba cuenta.

-No, no es una locura Alex, ella es Florencia Capobianco- Le grita en la cara- ¿No te suena el apellido?- Le pregunta después, el asiente- Es hija de Sofía-

-Imposible- Dijo lo mismo que ella cuando la niña se lo confesó.

  ¿ Por qué la hija de Sofía Capobianco esta aquí? Dios, esto es una enredadera.

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Millones de perdones, acabe de recuperar mi computadora. Por semanas crei que se me perderia todo lo que escribi. Espero que les guste y me gustaria que voten y comenten. Gracias 

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