Primer Día De clases

Capítulo 5

—¡Drew...A desayunar!

Era el llamado característico de mi madre.

La tercera llamada era la más peligrosa, tenía que bajar corriendo de las escaleras.

Sino ella... me iría a buscar.

—¡Ya voy mamá!

—¡Apresúrate que se enfría!

Exclamaba teniendo el desayuno servido.

Hoy era... otra vez, mi primer día de clases. ¡Adiós inseguridades y temores!

Necesitaba estar sereno... No podía desmayarme otra vez.

Hoy debía ser un inicio perfecto.

Con un beso en la mejilla mi madre me dio los buenos días.

Distraje la mirada por el deliciosidad que tenía frente a mi.

No pude esperar más y me dispuse a comer.

—Mamá estuvo... -era evidente que me gustaba el omelet y sentía que ella amaba complacer mis gustos gastronomicos—¿Quién te enseñó a cocinar?. Cuestionaba sorprendido.

—Haha, la vida lo hizo, los años no pasan en vano. Pero... ¿Sabes qué?

—¿Qué? Pregunté elevando una ceja.

—Te daré un par de clases. Veo un chefsito en ti. Me guiñó un ojo.

—Bueno, uno debe saber de todo, ¿verdad?

—Bueno, niño, debes saber que en 1 minuto pasará el autobús.

Oh no, y me faltaba peinarme. Corrí al baño y me bastaron 10 segundos.

El autobús estaba aquí...  Tome mi mochila y me despedí con un bye mamá.

Al subir, me tope con muchas miradas... Habían grupos de todo tipo, pero cabizbajo pasé a un asiento al fondo,  no había nadie al costado mio.

Así que miré por la ventanilla todo el camino.

Mi celular vibró y era un mensaje de mi mamá.

Que tengas un buen día bb, dejaré tu almuerzo en el microondas. Cuídate y sé amable con todos ;)

Sonreí un poco y puse una canción.
En mi playlist que llamé "Chili" encontré: walk — foo fighters.

Me gustaba tanto esa canción y qué mejor letra para comenzar este día.

Siempre me encariñaba con canciones que aprendía a tocar.

Existe una gran satisfacción cuando te sale una canción que te gusta. No hay mayor felicidad.

Llegamos por fin al colegio, y al principio buscar mi aula fue algo confuso pero logré encontrarla.

Había muchos chicos y chicas, menos mal.
Salté dentro de mi... contento de no ser el único hombre en el salón.

Tomé asiento adelante; a mi lado se encontraba una chica pequeña, sus pies colgaban del asiento.

Ella, muy risueña, con una gran sonrisa en su rostro me dijo:

— ¡¡Holaaa!! Soy Liz ¿Cómo te llamas?

—Eh...Drew —Respondí algo tímido.

Me sentía algo avergonzado por esta chica.

Era bonita, me gustaba su naricita y esas pequeñas pecas que la cubrían.
Sus ojos eran cafés claros y tenía una mirada muy tierna.

—¿Drew? — su semblante cambió de alegre y risueño a sorprendido y triste.