—Drew... ¿Estas bien?
—Sí, mira... te lo mereces.
Levanté la mirada y su expresión lo decía todo.
Sus cejas ligeramente inclinadas hacia sus orejas formando un semi arco y las manos... juntas y boca abajo.
¿Qué pasaba con ella?
— Tu también lo mereces- a continuación puso un mechón de cabello detrás de su oreja y agregó:
—¿Que te parece si... lo compartimos?
Tenía una sensación rara en la garganta, quería responder pero aquella me retenía... era como un nudo.
Pasé saliba y levantando las cejas respondí— ¿de verdad?
— Mmm bueno si tu deseas. Bajó la mirada hacia el suelo.
¿Qué debía hacer? ¡Estaba recibiendo una invitación de una chica!
Y esta vez no era para que haga un favor o algún mandado como: "ve a traerme una galleta porfavor Dreeeew".
Pedidos con los que tuve que lidiar el año pasado en mi salon de puras mujeres.
Vamos Drew, ¡di que si! - pedía a gritos mi conciencia.
Entonses...
—Bueno, eh... Pues si me gustaría
Estas últimas palabras cambiaron su expresión completamente. Levantó la mirada y asentó con una sonrisa.
—Vamos, te enseño la cafetería.—Dijo en tono alegre.
Caminamos por los pasillos cruzando miradas de vez en cuando.
Aveces miraba a sus zapatos y cuando levantaba la mirada ella volteaba el rostro rápidamente.
¿Tenía algo en la cara? Me limpié porsiacaso con la mano.
Todo era silencio entre nosotros, solo escuchábamos el bullicio de tantos alumnos.
Cuando ella rompió el silencio.
— ¿Cuál es tu color favorito? Preguntó sonriente e inclinando un poco la cabeza.
—El azul — cogí con la punta de mis dedos parte de mi camiseta.
Ella la miró y dijo.
—Ohh, el azul, lindo color, me gusta un poquis. ¿Me preguntarás cual es mi color favorito?
Sonreí un poco ante esa pregunta, pues... ¿Quién las hace? O será que...
—¿Cuál es tu color favorito? Pregunté.
—¡Ohhh me alegro que me lo preguntes!, me encanta el negro.
Pero que irónica, tenía que ser rubia, hahaha. Reí levemente.
— A mi me gusta el negro también, pero en zapatillas o casacas, tengo una que posiblemente traeré cuando empieze el invierno.
—¿Es de cuero o impermeable? Preguntó.
—Mmm bueno, tengo de las dos, pero la que traeré es impermeable.
—Shi porque hará frioo, lo presiento, el año pasado mis padres lucharon mucho por sacarme de la cama.
—Hahaha, ¿enserio?, bueno estoy de acuerdo con eso de estar tapado y disfrutar del calor de las colchas. Aunque... Ahora no pueda decir lo mismo.
—Siii, ¡ahora hace un calor exhasperante! Me estresa que no pueda mantenerse fría mi almohada.
—Eso es seguro, con todo el cabello que se cargan las mujeres — la miré de reojo.
Al decir esto se miró el cabello y se lo peinó con las puntas de sus dedos.
— Porque eres asii— dijo haciendo un berrinche clásico de niña — no tenemos mucho, ya? Ni que fuéramos mujeres lobas.
Tenía el ceño fruncido, y lo siguiente me lo dijo con los ojos cerrados y el mentón alzado.
—Jump, ya llegamos... jovencito
Nos encontrábamos ya en la cafetería, y había mermado el volumen gente.
— Mmmm, gracias por conducirme, señorita... Collins, ahora, ¿cambiamos el ticket?
—Aun estoy dolida por la magnitud de tu ofensa ... Pideme disculpas o no lo cambio. Insolente! — miró de reojo tratando de no parecer graciosa con todo este show que armó.
—Jajaja porfavor, muero de hambre.
—Yo también muero de hambree, la verdad hoy pensaba comer una hamburguesa... yoo solita!
La señora que despachaba las hamburguesa la oyó decir esto y expresó:
—Otra vez... —dijo en un susurro, Mary no la escuchó pero con lo poco que rescaté con mis oídos y siguiendo el movimiento de sus labios era lo que había dicho— Que bueno verte otra vez por aquí Mary, no me digas que hoy te ganó este jovencito — elevó las cejas y una punta de su boca.
—Haha, sabes que eso es imposible- me miró de reojo y golpeó mi abdomen con su codo, levemente— Soy invencible.
Nos miramos la señora y yo con los ojos entreabiertos. Ella movió un poco la cabeza de lado a lado.
—La única e incomparable Mary, la misma de siempre...— suspiró— aquí tiene su hamburguesa señorita Collins, que la disfrute.
—Gracias Sra. Marta, hasta luego. Dijo con un sonrisa.
Nos retiramos de la fila en la que estábamos y con la miraba buscábamos una mesa libre.
Cuando encontré una le señalé para ubicarnos ahí pero a ella al parecer no le agradó la idea
— Mmm ¿sabes que Drew?
—Dime— miré su perfil.
— No me gusta comer aquí, hay demasiado ruido, chicas escandalosas, chicos del equipo escolar. Es un caos.
Estaba de acuerdo con eso, los chicos del equipo habían derramado un refresco en algunas mesas, solo para "celebrar" y algunas chicas con sus chillosas voces discutían como si estuviesen comprando en la bolsa de valores. Quería ir a otro lugar, por alguna razón esta chica me hacía sonreír con su natural sonrisa y su jovialidad.
—¿Ah si?, entonces vamos a otro lugar. Respondí.
—Conozco el lugar perfecto para disfrutar tranquilos de la hamburguesa. Respondió en un contento susurro.
—Mmm... ¿Tienes un lugar secreto? Pregunté inclinando un poco la cabeza.
—Solo un poco más... Callado y pacífico. Tranquilo, no te raptaré niño.
Jalándome de un brazo me hizo correr nuevamente por los pasillos hacia las escaleras.
¿A donde me llevaría esta mini rubia?
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Primer Día De clases
Roman pour AdolescentsDrew es un adolescente de 14 años que entra a un nuevo colegio, y con temor hará amigos, congeniara con nuevos profesores y con el nivel más alto de enseñanza. Sus padres esperan mucho de él y siempre lo presionan a sacar buenas notas, sin embargo...