Marinette estaba muy nerviosa de camino a la casa de Adrien. No podía dejar de mover las piernas y le sudaban las manos. Él se percató de eso y sintió que debía hacer algo, por un momento quizo abrazarla o tomarle las manos para que se calmara pero sentía que no era lo que ella necesitaba para calmarse, sabía que estaba nerviosa o asustada y eso en parte lo extrañaba, no sabía la razón, creyó simplemente que era tímida asi que contuvo sus impulsos y decidió tranquilizarla solo con sus palabras.
—Tranquila Marinette, sé que mi padre es poco amable pero eres mi amiga y si te llega a decir algo ofensivo no dudaré en defenderte—ella se sonrojó por un momento pero luego sus manos dejaron de sudar y sus piernas de templar, Adrien era como un remedio para ella y cada minuto que pasaba se sentía más y más enamorada de él . Cuando llegaron y entraron a su casa Marinette se quedó asombrada por lo grande y lujosa que esta era. Entraron al comedor y para alegría de ambos chicos Gabriel Agreste no se encontraba.
—Nathalie por favor dile al chef que ya deseo comer y que tengo una invitada especial conmigo—ante aquel comentario Marinette se sonrojo levemente. Nathalie, sin expresión alguna, obedeció a lo que Adrien pidió
—Por supuesto Adrien—dijo ella asintiendo y se retiró
—La mesa es muy grande como para que coman solamente tu padre y tú— dijo Marinette sin pensar. Luego notó que Adrien agachó la cabeza y bajó la mirada y se sintió culpable
—En realidad como solo—dijo el rubio intentando mostrarse fuerte
—Pu...pues ahora estoy yo—le dijo Marinette con una sonrisa tan encantadora que Adrien sintió mariposas en el estómago.
—Con eso me basta—ambos quedaron mirandose a los ojos. Adrien se dio cuenta que los ojos de Marinette eran realmente hermosos, pero una vez más le recordaron a esos ojos azul cielo de los que estaba enamorado. Estaba realmente confundido, el amaba con locura a Ladybug, pero si era asi ¿Por qué se sentía tan atraído por Marinette? Por otro lado, Marinette no podía pronunciar una palabra más, se había perdido en la mirada del chico, esos ojos verdes intensos la hacían suspirar y olvidarse de todo a su alrededor. Adrien no sabía lo que hacía pero fué acercando su rostro lentamente hacia el de ella, sentía la necesidad de ver esos ojos de más cerca y tocar sus labios. Ella se quedó tan quieta como una estatua y cerro los ojos adivinando lo que se avecinaba, pero antes de que sus narices llegaran a chocar alguien tosió al proposito interrumpiendo el momento y ellos se separaron inmediatamente.
—Disculpenme por haberles interrumpido pero la comida ya está lista—dijo el chef de la casa que se hallaba parado junto a ellos
—Puede poner la mesa—le dijo Adrien aún pensando en lo que podía haber pasado si no hubiera llegado el chef. Este puso los platos en la mesa muy elegantemente, era comida que Marinette jamás había probado en su vida.
—Muchas gracias señor chef, esto se ve realmente delicioso—le dijo Marinette muy contenta y asombrada, él le sonrió y bajó la cabeza en forma de respuesta y agradecimiento. Adrien también le agradeció pero la sonrisa desapareció del rostro del cocinero, era normal en él que estuviera asi de serio.
—Has logrado algo que nadie ha podido en esta casa—le dijo Adrien a Marinette una vez que se fué el chef.
—¿Ah si?¿qué?—preguntó ella intrigada y aún con las mejillas ruborizadas por lo que había pasado minutos antes.
-Que el chef sonría
—E..en serio, pero se veía tan contento, no parecía alguien serio
—Yo creo que no se ha podido resistir a tu encanto—Marinette no pudo evitar que sus mejillas se hicieran aún más rojas y Adrien apenas segundos después se dio cuenta de lo que había dicho.
—Gra...gracias—respondió ella y ambos se quedaron en silencio esperando a que se les quitara el rubor de las mejillas—¿Y...como se llama esto?— preguntó Marinette rompiendo el silencio y señalando la comida, hasta ahora era desconocida para ella— Adrien le sonrió encantado.
—Se llama comida—le respondió sacando, sin querer, ese lado bromista que poseía. Ella no pudo evitar reír
—Adrien si sigues bromeando así me voy a poner como el señor chef—dijo Marinette frunciendo el ceño e imitando al cocinero—Adrien no puedo evitar soltar una carcajada que hizo que ella se pusiera más que contenta y se sintiera más confiada. Ambos rieron juntos un buen rato
—Aparte de linda también eres graciosa —soltó aquello sin darse cuenta, de nuevo. El rubio se estaba dando cuenta que cuando tenía a Marinette cerca solo decía lo que le venia a la cabeza sin pensarlo demasiado —La verdad es que me han hecho memorizar tantos nombres de platos que ya no se ni lo que me sirven—dijo tratando de disimular sus anteriores palabras
—Esta bien, no importa, lo llamaremos..mmm...—trató de buscarle un nombre creativo a aquel platillo-..."chef sourire".
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Holisss!!!, bien nunca me voy a cansar de agradecerles. Merci para todos ustedes mis hermosos lectores❤. Espero que les haya gustado este capítulo y no se olviden de darle a la estrellita y comentar. Nos leemos pronto...
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ME ESTOY RIENDO MUCHO EDITANDO ESTO, LA VERDAD ERA UNA NIÑA CUANDO LO ESCRIBÍ Y ALGUNAS COSAS ME PARECEN MUY RARAS JAJAJA LO SIENTOOO
