Donde el rencor empezó

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Un día cualquiera, corriente fresca, cielo despejado y sol brillante, quien podría saber que este sería exactamente el inicio de todo. Una batalla empezaría antes del ocaso. ¿Pero quién ganaria? Los Uzumaki, una de las especies más numerosas y fuertes o los Uchiha, la que fue una vez la mas poderosa y lider de todas las demás manadas, mas ahora estan casi completamente extintos.

Sasuke Uchiha el último en sobrevivir a la masacre de su clan junto con su hermano, Itachi, lograron escapar de aquel infierno en llamas al que una vez llamaron hogar. ¿Los responsables? Solo tenian un objetivo, destruir completamente a las panteras negras al igual que sus ojos, al menos en su gran mayoría, que se creían las líderes de todo lo que pisaran. Los leones, con pieles doradas y ojos mayoritariamente azules, responsables de tal; catástrofe para unos y libertad para otros, los Uzumaki.

Desde aquella noche todo habia cambiado para los azabaches, jamás lograrían perdonar lo que le hicieron a su manada, a su raza, a su familia. Al menos para Sasuke perdonar o hablar no tendría resultados. Para él lo único que existía era la venganza, sin batalla no habría respuestas ni acuerdos. Todo sería a la fuerza, sin piedad y sin rencores hasta que uno al fin haya caído.

La exterminación había sido hace muchos años, años en los que el Uchiha menor entrenó, consumido por la rabia, hasta no poder más para logar vencer a su enemigo. Itachi por otro lado solo se preocupaba y cuidaba de él, a su parecer no eran necesarias otras luchas para lograr la paz. Solo esperaba que su hermano lo entendiera. Vivían ahora en una pequeña casa dentro de un gran árbol, como la gran mayoría. Cazaban, pescaban, recolectaban semillas y frutos, sembraban todo para comer, a pesar de transformarse en un animal carnívoro eran mitad humanos por lo que sabian como vivir de ambas maneras, aunque sentían un mayor apetito a la carne.

Este clan siempre fue reconocido y temido por el gran poder visual que poseían. Con solo una mirada podian dominar la voluntad de otro o crear ilusiones a través de su mente para escapar. Una de las razones por las que intentaron extinguir su raza. Lo que para algunos se transformó en el cielo llevo a otros al infierno.

Por otro lado, luego de haber logrado derrocar del poder a los Uchiha la manada de los leones declaró que cada especie podría vivir como se lo merece y seguir su curso normal como hace años era.

Una vez que el lider Minato llegó a su hogar se encontró con su familia. Su hijo mayor corrió a su encuentro mientras que su esposa, una tigresa de piel roja, cuidaba a su hijo menor dentro de su casa. Él pequeño aún no dominaba su cambio de forma, pronto lo lograría, ya estaba por cumplir los cuatro años así que lo haría a su tiempo. Ambos hermanos eran rubios como su padre, claro que a Kushina, su madre, no le agradaba la idea pero aun asi amaba a sus hijos.

Naruto, el menor, siempre entrenó duro con su hermano y padre, ya que algún día ellos serían los que liderarían a la manada después de algunos años. Con el tiempo se volvieron buenos en defensa propia y ataque en caso de que lo requirieran, pero al rubio menor no le interesaban las batallas por poder. Lo que él quería era llegar a la paz sin pérdidas ni heridas, solo palabras. Amaba la tranquilidad y cada vez que podía escapaba tras las montañas, que escondían entre sus grietas una hermosa cascada de aguas cristalinas rodeada de árboles frutales y flores silvestres. Ahí podía hacer lo que más le gustaba, nadar, algo extraño en felinos, pero era así, él lo disfrutaba.

Para si mismo no había nada mejor que el relajante roce del agua en su piel, humana claro. Le gustaba mucho estar solo, así podia ser él, simplemente él. Sin reglas, sin mandatos, sin peleas, sin discusiones, sin órdenes, sin enfrentamientos, solo silencio y paz.

El joven blondo escondía un gran secreto, la verdad casi ya no lo era, todos intentaban arrebatarle aquel inmenso poder que encerraba dentro. Hace un tiempo su padre tuvo que sellar en su pequeño y fragil cuerpo a un extraño espíritu que atacó el pacífico lugar donde habitaban. Era un alma llena de furia y cubierta de miseria y dolor. Esto lo hacia cambiar en ambas transformaciones, cuando era humano tres pequeñas marcas en sus mejillas aparecieron y al ser león en vez de tener una cola tenía nueve, y no eran delgadas como las comunes, si no asemejadas a las de un zorro.

Dos clanes unidos por el rencor de su pasado. Dos razas completamente diferentes viviendo en un mismo planeta, en un mismo lugar, en un mismo mundo.

Razas Distintas, Mundos Iguales  (Sasunaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora