Desde antes que ella cambiara mi vida yo era normal, tenía una vida completamente normal. Nunca antes había probado el dulce sabor del amor verdadero, era feliz en mi pequeño mundo donde solo importaba estar rodeada de buenos amigos y tener siempre una sonrisa dibujada en el rostro sin importar el clima, horario o situación presente. Yo solo quería vivir, me importaba poco y nada mi situación amorosa, yo estaba bien creía que todo llegaría a su tiempo, no me interesaba forzar mi destino de ninguna manera.
Pero había algo que siempre me impedía tener una vida radiante, un problema que solo yo podía cambiarlo, un problema que afectaba mi autoestima y mi forma de interpretación hacia todo lo que me rodeaba, estoy hablando de un problema usual que todos pudimos tener alguna vez en nuestra vida, hablo del sobrepeso.
Sobrepeso, algo completamente normal pero algo sumamente importante para un adolescente, la etapa en la cual solo importa encajar sin importar tu verdadera escensia, lo que solo importa es estar en un grupo sin ningún límite.
Yo era la típica niña tímida del fondo, la que no habla por miedo a demostrar quién es, simplemente por ser juzgada por condición física.
Entonces hice algo que jamás me lo perdonare.
