Capítulo 4: La anorexia.

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"Falta anormal de ganas de comer."

La anorexia cambio mi vida por completo, nadie notaba mis cambios y ese era mi instintivo. Poco a poco comenzaron a verse mis costillas, mi cadera comenzó a anotarse más, mi cuerpo se comía a sí mismo literalmente.
Esos días de no comer fueron realmente duros, sentía como se iban deteriorando mis ganas de vivir, llegué a no sentir nada, era como si todo, absolutamente todo me diera igual, las personas me daban igual, sentía que lo único que hacia era respirar y dormir.
Los días pasaban uno igual que el interior, yo solo me decía a mi misma "Ana, tu vida no vale, todo es igual con o sin ti."
Pasaron alrededor dos meses desde el comienzo de mi "no dieta", mi condición física era notablemente lamentable. Cuando comencé el instituto de nuevo, todos elogiaron mi cuerpo, tuve una visita con la doctora por un chequeo y me dijo que todo estaba muy bien, que era normal que baje de peso en muy poco tiempo, ella solo me miró y me dijo
-Todos tus estudios están perfectos Ana, no te preocupes por tu rotundo cambio físico- Yo solo sonreía sarcásticamente hasta que di por finalizada la consulta.

Llegue a casa a eso de las dos de la tarde, era demasiado tarde como para ir al instituto así que me quedé en casa. Cuando mamá llegó me preguntó como me había ido, le dije que todo estaba en orden la convencí de que solo estaba creciendo y solo ignore el tema.

Pude engañar a todos con ese pretexto de "pegué el estirón", pero no, no fue así. Al día siguiente me costó mucho subir las escaleras del instituto y Jann, una compañera, se dio cuenta de lo que me pasaba, de alguna forma estaba convencida de que algo pasaba, insistió durante varios días hasta que le dije que era anoréxica. Intentó ayudarme pero no quise, estúpida decisión mía.

Mis padres se dieron cuenta poco tiempo después.

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