Capítulo 2: Caídas.

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Al comenzar secundaria todo fué un ámbito completamente diferente, compañeros nuevos, profesores que no tan solo se dedicaban a la enseñanza, se dedicaban a ser amigos.
Yo era una niña bastante dedicada en sus obligaciones como alumna, con el tiempo mis gustos sobre las áreas escolares comenzaron a ser mas visibles, hasta puedo decir que la materia en si no me atraía, me atraía la forma en la cual el profesor interactuaba con sus alumnos, cabe decir que este profesor fue mi primer mejor amigo, era la persona con la cual podía hablar de cualquier problema que tuviera sin ninguna excusa.
Cuando comencé el segundo año de secundaria comenzaron mis intereses por el sexo opuesto, me fijé en un chico de mi clase que había cursado conmigo desde el primario. Yo tenía dudas de hablarle de mis sentimientos a este muchacho, así que acudí a mi profesor y me dijo que tenía que expresar todo lo que sentía, que me libere de la pesadez que me torturaba día tras día ocultando mis sentimientos.

Un lunes, para ser precisa, me decidí a dar a conocer mis sentimientos que yo misma me encargué de ocultarlos. Tenía muchas esperanzas de que el me diera una señal de que también quería tener una relación mas allá de la amistad, aquel día entre las tres o cuatro de la tarde me decidí a hablarle.
Cuando le conf ese mis sentimientos me dijo que yo le parecía atractiva y que podíamos ir conociéndonos cada día un poco más. Al transcurrir unos meses preciosos, días soleados de primavera, lo vi de la mano con otra chica, para mi sorpresa no era mas ni menos que su ex, aunque aparentaban seguir su noviazgo el me había dicho que no eran nada, simplemente pasado.

Esos días fueron terriblemente bajos y entonces cometí mi gran error...

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