44

2.3K 193 38
                                    

Cuando le dije a mi madre lo que hoy quería hacer, ella se emocionó y me prometió cocinar la mejor de sus recetas para ese momento.

Y cuando la hora por fin llegó, yo estaba muy nervioso, sabía que Kai no haría nada para contradecirme, pero yo pensaba en otra cosa, un pensamiento bastante normal por así decirlo.

¿Qué diría la familia de Kai sobre esto?

Sentía que me dolía el estomago, creo que este es el sentimiento que tienen las personas al conocer finalmente a sus suegros.

Después de unos minutos y verificar que todo estaba listo, escuché como el timbre de la casa sonó.

La familia de Kai había llegado.

Mi madre fue a abrirles la puerta y al reconocer quien era la otra mujer, la abrazó al momento de verla.

"¡Ryoba-Chan!" Gritó la madre de Kai, que era una mujer de mediana estatura, ojos cafes oscuros y cabello azabache.

"¡Keiko-Chan!" Gritó mi madre en respuesta con mucha alegría.

Ambas parecian ser muy buenas amigas...

Es curioso saber que soy el único enterado de que todo era una mentira.

"Hola viejo amigo" saludó el hombre de (ahora que lo miro bien) rasgos europeos a mi padre.

"Damian, un gusto verte" contestó mi padre con una pequeña sonrisa.

"¿Para qué es todo este misterio? Mis hijos me dijeron que querían vernos hoy, pero no sabían para que".

"Oh...eso no lo sé, fue mi esposa quien lo decidió" contestó mi padre un poco cohibido.

"¿En serió?" preguntó el señor Damian. "Ahora que lo pienso, siempre haces lo que dice tu esposa ¿acaso eres un mandilon?"    el señor se rió de su propio chiste.

"No me hace gracia" contestó mi padre con el ceño fruncido.

"Jajaja lo siento, pero me parece gracioso que te controle una mujer tan dulce como Ryoba"

Ví a mi padre hacer una mueca, pero no le contestó nada.

En ese momento mi madre nos dijo que fuéramos a la mesa para comer.

Todos ya estábamos sentados, y antes de comer me armé de valor y me levanté de mi asiento.

"Quiero decirles algo importante" dije un poco fuerte para llamar la atención.

Y lo logré, porque todos dejaron de hablar para escucharme.

"Kai y yo somos pareja". Decidí soltar la noticia de golpe, nunca se me ha dado bien el irme con rodeos. Pero cuando dije eso posé mis manos sobre los hombros de Kai, quien aún permanecía sentado.

Puede sentir sobre nosotros las miradas incrédulas de los padres de Kai, la de felicidad de mi madre, y la triste y decepcionada de mi padre.

"¿U-ustedes dos son pareja?¿quieren decir... novios?" le preguntó la señora Keiko a Kai, quien estaba sentado a un lado suyo.

"¿Estas en contra, madre?"  le preguntó Kai a la señora en voz baja.

"Bu-bueno n-no estoy en contra, cielo, pero me sorprende..." tartamudeó ella "¡Es solo que yo quería tener muchos nietos!" gritó ella con unas exageradas lagrimitas.

"Oh, vamos querida, no es para tanto, si ellos son felices así, pues ¿que importa? Además, todavía tienes a Akira y a Natsuki para eso" la trató de consolar su esposo.

"¡Pero no es lo mismo!" gritó la señora derramando más lágrimas, parecía una niña haciendo berrinche.

Mi padre en cambio, bajó la cabeza, lucía muy decepcionado.

"¿Qué ocurre? ¿Tú también estas preocupado por no tener nietos?" le preguntó el señor Damian a mi padre mientras seguia abrazando a su esposa  "No te preocupes, en estos tiempos existen muchas formas de tener desendencia, podrían adoptar, y existe la opción de alquilar un vientre". También trataba de consolar el señor Damian a mi padre.

"Oh Cariño ¡estoy tan feliz por ustedes" me felicitó mi madre, ignorando la condición de mi padre. "¡Sabía que algún día acabarían juntos!"

Por dios! ¡es un simple noviazgo y ustedes ya actúan como si los fueran a casar!" gritó muy molesto Akira, pero nadie le hizo caso.

Yo solo los miraba serio, al final no fue tan difícil como me imaginé,  pero pude escuchar una ligera risita a un lado mío.

Era Kai que miraba la escena que hacían nuestras familias mientras se tapaba la boca, parecía que encontraba muy graciosa esta situación.

Me alegra escucharlo reír después de tanto tiempo.

El diario de Yandere-kunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora