ESTACIONES

0.5 - DESPUÉS DEL CUMPLEAÑOS

Disclaimer on. Estos personajes no me pertenecen a mí, pertenecen a sus creadores y yo sólo los tomo prestados para diversión y sin fines de lucro.

Nota1: El capitulo esta situado antes del capitulo 1, este capitulo revelara algunas cosas de los siguientes capítulos.

Nota2: Las frases en cursiva son pensamientos.

DISFRUTEN~

CAP 0.5

DESPUÉS DEL CUMPLEAÑOS

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Los vicios que había adquirido no eran con el alcohol o el tabaco. Para lo que estaba haciendo, esos eran cosas muy naturales. El vicio que yo tenía era algo que muchos considerarían egoísta, de esos que aunque uno pretenda explicarlo, simplemente no hay como justificarse y que da la razón al porque es un tabú. Pero no tenía por qué dar explicaciones a nadie más que a mí, después de todo así era como desfogaba mis frustraciones.

Noche tras noche desde aquel día, tenía sexo con él. Lo hacíamos hasta que uno de los dos no podía más, no importaba si la mañana siguiente había un compromiso en puerta, el deseo era lo que nos tenía ahí siempre, teniendo sexo desenfrenadamente. Por supuesto, las citas no tenían un lugar específico, podían ser en su casa, en la mía o en algún pequeño hotel de la ciudad.

Hasta ahora, había disfrutado cada acto. Quizá mis motivos para hacerlo con él no fueron los más puros, ni mucho menos existieron sentimientos románticos en ello. No, nada de cursilerías. Sólo fue la necesidad de quitarme de encima la ansiedad que me causaba el estar varado, del saber que él no me había elegido a mí una vez más.

Esa noche, habíamos decidido no hacer nada. Se había pronosticado una lluvia de estrellas que no queríamos desaprovechar, y de hecho, fue idea mía. Así que decidimos ir a un parque cercano y casualmente nos sentamos a mitad de una cancha de baloncesto. Ambos mirábamos el cielo con desesperación, buscando alguna estrella que iniciara todo aquel espectáculo.

—Sera una noche larga —mencionó Kisumi con su típica sonrisa—, aún no sé por qué tu afán de traerme a ver las estrellas.

Y ahí estaba, la primera que vislumbramos y que inició todo. Podía ver en su rostro una gran sonrisa, estaba maravillado, hipnotizado por la infinidad de luces y colores que brillaban sobre nosotros.

Nunca lo había visto así, en todo el tiempo que había estado con él sólo lo había hecho llorar, enojar o gemir de placer. No deseaba que tomara esto como un avance a donde no había nada, ni un pequeño camino trazado.

—Feliz cumpleaños —agregué al momento—. No sabía que regalarte y pensé que esto sería perfecto.

Estaba siendo un idiota, estaba abriendo una puerta que no podía ni debía ser atravesada por él.

Y fue en ese momento en el que me di cuenta que no quería lastimarlo, que no me gustaba lo que hacía con mi vida y mucho menos con la vida de él. Pero no podía dejar de lado el sexo, con Kisumi no había que trabajar en llevármelo a la cama, él simplemente me llevaba sin más y yo le permitía que me provocara.

Sus ojos se abrieron aún más al escucharme, tal vez no se esperaba eso. Soltó una risilla, de esas que soltaba habitualmente, como burlándose de la gente

—Tú en verdad eres un tonto, mi cumpleaños fue ayer.

—Lo sé, pero la lluvia de estrellas no se adelantaría sólo porque tú cumplieras años antes —eché un pesado suspiro después de responderle. ¿Qué más podía decirle? Éramos extremadamente sinceros entre los dos.

—Gracias Sousuke.

Sus palabras las dejé escapar; fingí como naturalmente hacía, que no las habías escuchado. Lo sentí acercarse y ponerse sobre mí. No le importó en lo más mínimo el que estuviéramos en medio de un lugar público. Se acomodó con las piernas abiertas, y sentado sobre mis caderas, bajó hasta toparse con mis labios y besó como no lo había hecho nunca. Sus movimientos eran totalmente provocadores, y sus roces en mi intimidad comenzaban a excitarme, estaba estimulándose.

—¿No crees qué es arriesgado hacerlo aquí? —mi pregunta era obvia. Aquella situación me había tomado totalmente por sorpresa, y no el hecho de que el iniciara, más bien me sorprendió que fuera ese lugar y que todo parecía tornarse un tanto romántico. Y eso me asustaba. Me descolocaba totalmente. Rogaba estar equivocado, que sólo fuera cosa mía y del sueño que ya comenzaba a llegar a esas horas de la noche. Tragué saliva esperando que mi corazón no se acelerara. No, no podía yo estar pensando en amor, esto era evidente deseo sexual.

Lo hice a un lado de manera brusca y me puse en pie. Un tanto nervioso me revolví el cabello y no le volteé a ver. Me mordí el labio para no decir nada. Kisumi comenzaba a tomar actitudes que yo detestaba.

Esto debía de ser solo sexo, éramos amigos después de todo. Y teníamos esta aventura para satisfacer los deseos más bajos de cada uno.

Fue entonces que comprendí que prefería verlo llorar de dolor cuando teníamos sexo, que verlo sonreír por tonterías como el amor. Y no era porque no creía en tal sentimiento, yo mismo estaba negado a olvidar a quien amaba. No podía distraerme en nadie más, y menos en un chico como Kisumi.

—Estoy totalmente seguro que si hubiera sido Rin el que estuviera en esta situación le hubieras hecho el amor sin importar que fuera un espacio público —volteé a verlo con una expresión de molestia y de asombro. Lo había dicho, ese maldito chico pelirosado lo había dicho—. No sé cómo aún permito que me sigas follando.

Si no fuera porque él estaba frente a mí, habría jurado que aquellas palabras eran en broma. Sin embargo, su rostro mostraba al igual que el mío, molestia; pero además, sarcasmo. La manera en que chasqueó su lengua y sus párpados bajaron como tratando de ver algo que no estaba precisamente frente a él, fue lo que me hizo comprender todo: celos.

Suspiré pesado para que él notara mi inconformidad con sus palabras.

—Simple, es porque eres un pervertido y un masoquista —le respondí con voz apagada, la magia del día se había perdido. Todo el momento había sido arruinado por completo gracias a los celos.

No le permití decir más. Me encaminé hasta la calle, entré la oscuridad que la reinaba y me perdí bajo aquel cielo oscuro con líneas resplandecientes. Me cansé de escucharlo.

Las estrellas eran para pedir deseos, y sé exactamente lo que él pidió. Yo por mi parte, deseé tanto poder olvidar a Rin y ¿Por qué no? Permitir que Kisumi entre por esa puerta que esta noche había creado para él o quizá para alguien más. 

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Muchas gracias por llegar hasta aquí y haberme dado tiempo para leer este pequeño drabble del fanfic. Espero haya sido de su agrado y si es lo contrario, igualmente espero sus comentarios, opiniones y críticas, que me ayudaran a mejorar en el próximo capítulo.

Quiero disculparme igualmente por tardar tanto en sacar los siguientes capítulos. Tengan paciencia, estoy trabajando para entregarles una linda y hermosa historia donde cada sentimiento este plasmado de la manera correcta.

Nuevamente les digo que cada comentario que me han dejado lo he leído y me da gusto saber que hay quienes siguen aquí.

Muchisimas gracias a todos mis lectores.