Tuya, otra Vez | Bubbline

Capítulo 1 - Un largo despertar

La cosa estaba así, Bonnibel está preparada para abrir su nueva empresa de caramelos, pero descubre que gracias a que siempre se la pasaba metida entre los apuntes de química y la biblioteca de la escuela, nunca resulto ser realmente una chica muy popular, por lo cual necesitara de la ayuda de su ex Marceline quien ahora es una estrella del rock, para poder hacer un buena campaña de publicidad.

-Debemos hacerlo señorita Bubblegum...- Mencionaba asertivamente un joven de cabello rubio.

-¡Ni en sueños, es mi ex! No puedo volverle a hablar.- Reafirma Bonnibel.

-Como tu publicista te sugiero que lo hagas, es una buena conexión y nos daría un ¡boom! total a la campaña.-

-¡No! Y además, si lo hiciera, que no digo que lo hare, que me asegura que ella quiera hablarme siquiera.-

-Vamos, seguro que sigue loca por ti...-

-Eso no lo sé Finn....- Menciona dudosa.

-¡No! ¡No puedo hacerlo! ¡Me sentiré como una idiota!-

-Tranquila, todo a su debido tiempo, primero debes comenzar por hablarle.- menciona el chico despreocupadamente.

-Está bien, puedo hablarle, pero te aseguro que no querrá saber nada de mí.-

-Oh mi dulce Bonni, no agobies tu cabecita con eso, mira, yo arreglare la cita y por la mañana te llamare para confirmarte, ¿de acuerdo?-

-Vale...- menciona desganada las chica pelirosa a sabiendas de que esa era su última opción.

La noche transcurrió con normalidad, Bonnibel se encontraba a meses de lanzar su nueva campaña para darle una gran explosión a su reciente fábrica de caramelos, no es que no fuera popular, pero su publicista Finn aseguraba que si no llamaba más la atención, prontamente se irían a la ruina.

El hablar con Marceline no le era de mucho agrado pero era la primera conexión fija con un medio internacional, si conseguían que la joven rockera anunciara su producto, estaban seguros del éxito que esto causaría, pero ¿cómo? Como volver a hablar a la chica que había roto su corazón hace años, la herida estaba ahí, cubierta por el tiempo pero no sanada totalmente.

Bonni se sentó al borde de su cama, con el estómago hecho un lio mientras esperaba la llamada de su publicista estrella, el joven de cabello rubio, un viejo amigo de la infancia, el conocía de sobra también su pasada relación con la hoy llamada "Nueva reina del rock", sin más se dispuso a dormir esperando buenas noticias por la mañana.