Capitulo 2: Una Noche Muy Larga

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El ambiente en el auto era muy pesado y sombrío luego de haber escapado de esas cosas, Milagros y Silvina empezaron a llorar a causa de la perdida que habíamos sufrido. Quien hubiera pensado que esta noche iba a pasar de una de risas, chistes y felicidad para convertirse en una de llantos, muerte y tristeza. Para volver a la ciudad, había que atravesar por unas cuantas calles de tierra y para nada iluminadas, como nos faltaba poco para volver a la ciudad decidí romper el ambiente avisándoles a los demás.

- Chicos, estamos por llegar a la ciudad - dije en vos baja a pesar de no haber razón alguna para hacer esto

- ¿Cómo estará la ciudad? - pregunto con notable miedo Javier

- Espero que esas cosas no hayan llegado a la ciudad - dijo Eliana

- Mierda, ¡¿Por qué tiene que pasarnos esto?! - grito Sofía

- Sofí cálmate, todo va a estar bien - le dijo Daniela tratando de calmarla

- ¡No! Nada está bien, vos misma lo viste ¡Agustín murió! - contesto esta ante el intento de calmarla entre lagrimas

- Shh, Sofí calma, calma, no te preocupes - le dijo Damián

- Chicos estamos llegando - comente al poder empezar distinguir a lo lejos las luces de la ciudad.

Al ingresar a esta lo único que podíamos ver no era nada más que edificios en llamas o derrumbados, con sus puertas derribadas mientras que en otros habían destruido sus vitrinas o ventanas. En las calles se podían encontrar autos abandonados con alguna puerta abierta o vidrio roto. Mientras avanzábamos pude ver como en un auto se encontraba el cadáver de un hombre con su cabeza reposando en el volante, solo que le faltaba un brazo. Al verlo me vino a la mente cuando aquella criatura se había girado hacia nosotros con el brazo de esa pobre mujer que ahora se debe encontrar en un mejor lugar.

- Oigan mire allí - dijo Silvina mientras señalaba un patrullero del policía abandonado

- Puede haber algo que nos sirva en el auto, vayamos a ver - dijo Javier

- Tiene razón Javier puede que encontremos algo - comento Milagros apoyando la idea de Javier

- Está bien. Eliana, Sofía, Daniela y Damián quédense en el auto y manténganlo encendido que no nos vaya a pasar lo de la otra ves - dije - los demás vamos a revisar - los nombrados anteriormente asintieron afirmativamente y bajamos del auto

- Dios esos bichos como es que llegaron tan pronto hasta la ciudad - preguntaba Silvina

- Es que no vinieron desde la costanera - respondí mientras señalaba hacia una gran roca que como a dos cuadras a la derecha - deben haber llegado en eso

- Así que también cayeron en la ciudad, estén atentos pueden andar cerca - comento Milagros mientras se acercaba a la puerta del piloto a cuál se encontraba abierta - ¡Mierda!

- ¿Qué pasa? - pregunté mientras me acercaba a su lado y entonces pude ver la razón, en el suelo al lado de la puerta había un cadáver de un policía con un gran agujero en su pecho

- Mili mira todavía tiene su arma enfundad tómala - dije - yo me encargo de revisar el auto

- Ok - fue lo único que dijo

- Silvi, Javier ustedes revisen la parte de atrás - les dije mientras que los dos asintieron

En la parte de adentro del auto podía ver pedazos de vidrio y mucha sangre en los asientos, no había nada en el suelo del auto, así que decidí fijarme en la guantera. Bingo, dentro había una pistola y una caja con munición.

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