Capítulo 6: La Sombra De Los Muertos

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Me encontraba caminando en medio de la ciudad junto a los demás. Era de noche y la oscuridad reinaba, cada tanto, había alguna luz que frenaba las sombras e iluminaba nuestro avance. Caminábamos tranquilamente a un destino, que, para mí, era incierto.

- ¿A dónde vamos? – les pregunte a los demás, pero solo se limitaron a avanzar

Entonces cuando iba a hablar devuelta se escuchó un sonido proveniente de atrás de un auto. Todos nos detuvimos y apuntamos en esa dirección. De atrás del auto, no salió uno de esos bichos, sino que se trataba de Agustín. Este camino tranquilamente hasta el medio de la calle y soltó aquel rugido de guerra y en ese mismo instante cayeron de los edificios, una cantidad de criaturas que no se podía contar con los dedos. Ante esta situación lo mejor hubiera sido escapar, pero al voltear pude ver, que esa, ya no era una opción, las criaturas nos habían rodeado.

Comenzamos a disparar, al principio estábamos venciendo, pero no paraban de llegar, empezamos a perder terreno entonces se escuchó un grito proveniente de atrás.

Al voltear pude ver que se trataba de Daniela, estaba tumbada en el suelo y encima se encontraba una de esas bestias, iba a disparar, pero entonces se escuchó un nuevo grito. Era Damián, tenía uno de ellos sobre su espalda, la bestia le arranco un pedazo de garganta con sus dientes y el cuerpo de este cayo sin vida. atrás mío se encontraba el cadáver de Daniela, al cual le faltaba un brazo. Una criatura se acercaba rápidamente contra mí, pero antes de lograrlo, dispare y su cuerpo cayo.

Seguimos con la pelea a duras penas, por ahora les manteníamos a raya. No había ningún escape más que luchar y aquel que llamo a estos traedores de muerte se encontraba parado, viéndonos como si no sucediera nada, no podía ver que presentara ninguna emoción ni cambio en sus facciones, solo está allí, mirando.

Entonces se escuchó un golpe seco, volteé y entonces vi que Javier y Sofía se encontraban en el suelo y sus cabezas estaban aplastadas a causa de un demonio con cuernos que había caído desde un edificio sobre ellos y que con sus garras había ejercido presión sobre sus cabezas. Milagros y yo disparamos contra el demonio, pero este no caía, poco a poco se acercó a nosotros y con su cola atravesó el pecho de Milagros.

El demonio tiro el cadáver contra Eliana y Paloma que se encontraban distraídas, ya que estaba peleando contra los bichos del frente, el impacto del cuerpo las empujo hacia donde se encontraban todas las criaturas, todas las bestias se abalanzaron hacia ellas y las estaban desmembrando.

De pronto, sentí un gran dolor en mi pecho y sentía que no podía pisar el piso con mis pies, miré a mi pecho y me encontré con los cuernos de la criatura,  manchados con mi sangre y lo siguiente que pude ver era a Silvina, a la cual la habían atravesado su pecho, pero no con una cola ni con un cuerno, sino que se trataba de un brazo con forma humana y lo último que pensé, antes de caer en la oscuridad fue en Agustín.

La oscuridad poco a poco se estaba transformando en luz y podía escuchar la vos de Silvina que me gritaba:

- ¡Despierta nos tenemos que ir!

Poco a poco, fui abriendo mis ojos y con lo primero que me encontré fue con la cara de Silvina, la cual tenía el ceño fruncido.

- Levántate de una vez acordarte que hoy es martes y el viaje hasta Washington dura un día – dijo ella – apúrate que los demás ya están despiertos.

- No rompas, que vos no sos la que va a manejar todo el día – le dije mientras le lanzaba una mirada asesina

- Mejor me voy abajo con los demás – dijo y lo siguiente que hizo fue salir de la habitación

Me levanté y lo único que pude pensar fue en aquel liquido negro de la ciudad. Porque mierda tenía que adoptar la forma de Agustín, pensé para acto seguido salir de la habitación y dirigirme con los demás.

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