Prólogo.

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             Un accidente, que marcaría el resto de mi vida.

6 de Enero, año 2024, California, 2:23 pm.

              Yo era el líder del equipo ganador, el equipo rojo. Mientras en el otro bando estaba Rick, el niño adinerado del barrio, liderando al equipo azul.

               Me sentía un dios, ninguna bola de nieve lograba impactar contra mi. Hasta que una lo logró, y adivinen de quién, sí, de Rick. Me sentí molesto, ¿Cómo era posible que ese gordo me gane? No lo era y se lo iba a demostrar. La rabia empezó a surgir por entre mis venas.

      —¡Monstruo!—gritó un niño.

       —¡Miren sus ojos!—me señaló otro.

             ¿mis ojos?

         —¡Es anormal!—se empezaron a alejar todos, dando pequeños pasos hacia atrás.

            Me quedé en silencio por un instante. ¿Qué pasa? según mis padres, me habían hecho con amor y yo había nacido lindo...

            Me habían llamado "monstruo" en mi  propio cumpleaños, en el primero en que había invitado amigos, el primero en el cuál tenía mi primera piñata, a mis cortos 6 años, ya me habían llamado así bastantes veces, pero no lo pensé viniendo de ellos, mis... mis amigos.

               Corrí hacia las escaleras, esquivando a toda la gente que se encontraba en el interior de la casa, mi madre fijó su vista hacia mi y a pesar de ver mis ojos con lágrimas acechando por aparecer, se dignó por sonreír.

              Al llegar a las escaleras, me giré mirando hacia el salón, repleto de globos. Preparé mi garganta y grité:

        —¡Nadie me quiere! ¡Los odio!

        Antes de entrar a mi cuarto me dirigí hacia el baño. Que se encontraba en frente de las escaleras. Y entré.

            Empecé a levantar la mirada lentamente hacia el espejo. Quería saber por qué me habían llamado monstruo, y además, por qué señalaron a mis ojos. Al realzar mi vista hacia mi reflejo, me dije:

         —Mis ojos— pasé mi dedo rodeándolo—. Están brillando, se ven más azules de lo común..

           Parecía como si les hubieran prendido fuego. Las lágrimas comenzaron a desbordarse .

         —¡Son feos!—grité finalmente—. ¡SOY UN MONSTRUO!

           Al gritar, de mis palmas salieron grandes llamas azules.

           Mientras más maldecía y me enrabiaba, más crecían, hasta consumir lo primero que se encontró, la cortina de la ducha.

        Grité hasta quedar sin aliento.

6 de enero, California, 6:14 pm.

Noticias en vivo.

   —Nos encontramos frente la casa de la familia Kollins—dijo la periodista señalando la casa que se encontraba detrás suya—. Lamentamos las 2 pérdidas, de la señora y señor Kollins. Hubieron 12 heridos, familiares en general. Se estima que lo que produjo el fuego, fueron unas fallas eléctricas que pudieron estar presentes hace unos meses y que hasta hoy no habían surgido efecto—miró la nota que llevaba en mano y dirigió su mirada de vuelta a la cámara— Daniel Kollins, permanece extrañamente vivo y sin ningún rasguño.

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Hola, tuve que editar este capítulo, ya que no me había quedado satisfecha con el antiguo resultado.

-nxm.y

Blue Eyes | PAUSADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora