Recuerdo

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II

Dejé cuidadosamente a Shawn en el suelo, para después colocar mis manos detrás de mi nuca.

-Se lo juro que es un malentendido
Miré hacia mi alrededor, estaba rodeado por jóvenes, uno de ellos me miraba con furia. Hasta que se marchó, con el puño apretado.

Me levanté, aún con las manos detrás de la nuca. El guardia seguía apuntandome con el arma. Empecé a caminar hacia el ascensor, dándole la espalda al guardia.

-Lo lamento-escuché su voz, seguido de un disparo.

No alcancé a darme vuelta, cuando sentí el ardor de la bala en mi torso. Me dejé caer al suelo.

Mi vista de apoco se empezó a volver oscura, cuando los demás "alumnos" se acercaron.

-Daniel-me tomó el hombro el guardia, para darme vuelta y así "mirar" al techo-. Se supone que ya deberías estar inconsciente.

-¿"se supone"?-dije entre dientes.

Mi vista perdió el horizonte y cerré los ojos, cayendo inconsciente.

Desperté en una sala totalmente blanca. Apenas podía abrir los ojos bien. Estaba nuevamente atado de pies y manos.

Miré hacia el frente, había un señor el cuál no dejaba de gritar, no le entendía. Aún seguía un poco inconsciente.

Sentí una fuerte patada en el abdomen, lo que hizo que botara sangre por la boca.

-Daniel, mírame cuando te hablo.

No pude levantar la vista. Empecé a mirar mi cuerpo, tenía los brazos ensangrentados, con cortes recientes. Miré hacia mi costado, había una mesita con una bandeja y muchas herramientas de torturas encima.

-Temo que volveré a utilizar una de ellas, ¿qué prefieres? ¿perder una uña o un diente?-el señor delante mío, sujetó mi mentón y lo levantó, obligandome a mirarle a los ojos.

Mis párpados me pesaban, y el dolor que sentía en todo el cuerpo era insoportable.

No era la primera vez que me torturaban, pero esta vez no sé por qué lo están haciendo.

-Para-susurré-. Por favor...

-Oh, ¿quieres que pare?

Tomó un cuchillo de la bandeja y la acercó a mi ojo.

Me agarré de la silla con fuerza y apreté los dientes.

-¿sabes.. qué.. quiero?-junté toda la fuerza que tenía para poder hablar y sonreí desafiante-. Que te vayas a la mierda.

Lo último que sentí, fue el cuchillo atravesar mi ojo. Grité de dolor, hasta que caí nuevamente inconsciente.

Cuando volví a despertar, me encontraba en mi habitación. Dirige mi mirada hacia el reloj que se encontraba en la pared.

Extrañamente, era otro día. Eso quiere decir que fue ayer cuando me torturaron.

La tortura, es cierto. Recordaba haber perdido un ojo.

Me levanté apresurado a mirarme en el espejo.

-Aún tengo mi ojo-susurré para mi.

Se supone que ayer lo había perdido. Miré mis brazos, no tenía ni cortes ni cicatrices.

Lo más probable es que.. hayan utilizado un nuevo producto de curación y regeneración. Lo cuál sería demasiado extraño.

Giré sobre mis talones hacia la puerta y me sorprendí de ver un guardia dentro de mi habitación.

Blue Eyes | PAUSADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora