I
4 de marzo, 2034, internado de investigación sobrenatural (IdIS)
—Identificación del paciente—la voz, saliente del parlante, resonó en toda la habitación, mientras se escuchaban papeles de fondo—. Sector: A. Número: 51. Habilidad: manipular fuego.
La habitación era demasiado angosta, sentía como si me estuviera sofocando, sobre todo al encontrarme atado de pies y manos.
—Procedan— se abrieron las dos puertas de un golpe, di un pequeño saltito, me tomó por sorpresa.
Aparecieron dos hombres, parecidos a dos gorilas. Uno de ellos me sujetó la cabeza, ladeandola un poco; mientras el otro, inyectó con precaución un líquido calipso en la vena que recorría mi cuello.
Solté un pequeño gemido del dolor. Los dos "gorilas" salieron de la habitación apresurados. No soportaba el daño que me estaba realizando no solo físicamente, si no psicológicamente.
No era un dolor totalmente imposible de soportar, pero sentí una lágrima caer por mi mejilla. Han pasado años, en los que no lloro de tristeza, solo de dolor.
Apretaba la mandíbula intentando contener el ardor que recorría mi vena. Me agarré con fuerza en los bordes de la silla apretando los puños también.
Me vista empezó a perder el horizonte, hasta que sentí mi cuerpo empezando a convulsionar y perdí totalmente el conocimiento, quedándome inconsciente.
(IdIS), 13:41 PM, habitación número 51, planta 3, sector 8.
Escuché el agudo sonido de un timbre. Me levanté apresurado y miré a mi alrededor. Estaba sentado en mi cama, aparentemente en mi habitación. Una gota de sudor caía por mi rostro, me sentía bastante agitado.
Agité mi cabeza para suspirar y levantarme. Caminé hacia la silla que se encontraba al lado de un pequeño escritorio de metal. Saqué una polera negra que se encontraba colgada allí.
El timbre volvió a sonar mientras me colocaba la camisa. Esperé a que la puerta, de metal, se abriera y dejara entrar a un guardia.
—Kollins, es tu horario de almuerzo. Deberías estar allí hace media hora. Además, a las 2:15 tienes una programación en la planta 2—sentí su mirada en mi, aunque yo estaba dándole la espalda y sentándome al borde de la cama para colocarme los zapatos—. No tardes.
Se dió media vuelta y cerró la compuerta detrás de él.
Me levanté y me dirige a un pequeño espejo ubicado encima del escritorio. Miré mi cuello, aún sentía un pequeño ardor y cuando intenté tocar la parte afectada, sentí un dolor lo que hizo retorcerme y dar un instintivo golpe en el espejo, rompiéndolo.
Mi puño empezó a sangrar débilmente. Le di una mínima importancia y caminé hacia la compuerta, miré hacia la cámara en una esquina de la habitación e hice un ademán indicando de que me abrieran. Eso hicieron, para que yo comenzara a caminar por los blancos pasillos, llenos de compuertas con números arriba de ellas.
Vi que la herida en mi puño no paraba de sangrar, por lo que con mi dedo índice de la mano izquierda, quemé un poco la herida y así se cicatrizó.
Una vez en la cafetería, me dirige hacia la zona donde servían la comida, miré la gran fila que había para esperar el almuerzo. Chasqueé la lengua.
Pasé por al lado de la fila y caminé directo hacia los postres para sacar una simple manzana.
Luego, mientras caminaba hacia una mesa vacía al lado de el gran ventanal. Una bandeja con comida cayó al lado mío. Miré hacia la mesa de donde había caído. Algunos les llamaban "los rebeldes", unos decían que ellos planeaban escapar. Pero de los años que llevo aquí, nunca han hecho nada.
Le quité importancia a la bandeja caída y caminé hacia mi destino, la mesa solitaria.
No tenía amigos aquí. Algunos al pasar al lado mío me miran con miedo, ya que se corre el rumor de que yo maté a mis padres. Sin embargo, hubo una persona que no le importó los rumores sobre mi y fue mi amigo hace unos 2 años, su poder era el arte musical. Lo malo fue que un día lo llevaron a una especie de "investigación en terreno", pero de ahí que no sé nada de él.
Miré hacia mi izquierda, donde estaba el ventanal. Dirige mi mirada hacia la gran cancha de deportes, en donde habían algunos jóvenes ejercitando.
—Disculpe—dejé de lado la manzana, con la cual estaba jugando a girarla sobre su eje. Miré hacia donde provenía la voz—. ¿Me podría sentar aquí? ¿o está ocupado?
—Adelante—sonreí y corrí hacia atrás una silla que estaba en mi lado derecho a lo que ella se sentó.
—Gracias—amarró su largo pelo rubio en una cola luego me miró a los ojos, cosa que yo ya estaba haciendo previamente—. Oh, es cierto. Me llamo Shawn, ¿y tú?
Estiró su mano en mi dirección como un saludo, asentí sonriendo y recibí su saludo sujetando su delgada mano.
—Daniel.
—Bonito nombre Daniel—empezó a comer, mientras yo volví a jugar con la manzana—. ¿Qué poder tienes?
—Xenoglosia—mentí—. ¿Tú?
(N/a: por mas dudas, la Xenoglosia es la capacidad de hablar en muchos idiomas)
—Electricidad—sonrió y volvió a tomar atención en su plato para seguir comiendo. Yo dirige nuevamente mi mirada hacia el exterior.
Un timbre sonó, indicando de que la hora de almuerzo había llegado a su fin.
Recordé que yo debía ir a la planta 2. La cuál era de investigaciones, como en la que estuve hace unas horas atrás. Pero ahora debía ir a un gran salón controlada completamente por computadoras. El cuál manipulan para crear enemigos computarizados y así ejercitarte.
Shawn se levantó haciendo que mi mirada se fijara en ella. Tomó su bandeja, pero la dejó caer, a lo que reaccioné levantándome también.
—¿Estás bien?—apoyé mi mano en su espalda, pero ella no respondió, solo miró hacia el suelo quedando completamente inmóvil.
Las luces del lugar comenzaron a apagarse y empezar a titilar. Los pocos jóvenes que habían quedado en la cafetería estaban mirando hacia nosotros.
Unas luces estallaron y Shawn se desmayó, pero alcancé a sujetarla con mis brazos antes de que impactara con el suelo.
Uno de los jóvenes llamó a un guardia. Cuando éste se aproximó hacia mi, me apuntó con un arma.
—Por el reglamento número 541, le ordeno que deje cuidadosamente a la señorita en suelo y prosiga a retirarse.
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Blue Eyes | PAUSADA.
General FictionDaniel Kollins, desde pequeño tuvo problemas por sus llamativos ojos y reacciones violentas antes sus compañeros. En su sexto cumpleaños tuvo una mezcla de sentimientos lo cuál realizó que su poder hiciera aparición. Lo peor de esto fue que, hay una...