Capítulo 14/ Me rindo.

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Había vuelto a despertar...Pero está vez en una cruda realidad, seguía allí adentro, seguía atrapado en esa habitación tan cerrada me faltaba el aire a veces, no podía respirar. ¿Será por la soledad que siento en este momento?, o puede ser que esté mal, realmente no estoy tan solo como suelo decir..Tengo a alguien más que está como yo, atrapado, pero no en una habitación, lo que lo atrapa a él, es su corazón.

-Aquí tienes tu desayuno. Sonrió y me posó la bandeja en mis piernas, yo lo miré, nuevamente tenía su rostro marcado.

-¿Otra vez sucedió?. Empecé a tomar mi sumo de durazno que me había traído.

-Aaah, algo así Hakyeon. Me dio un pequeño pique en la frente.

-Idiota. Le di una mordida a aquella manzana.

Después de terminar mi desayuno me quede sentado mirando hacía el techo, él se encontraba a mi lado, me sentía raro, el ambiente se encontraba raro. La tensión se rompió cuando él hablo.

-¿Cómo has estado?. Preguntó. Llevaba aquí unos 4 días.

-Pues, he estado atrapado en una habitación comiendo solo manzanas y tomando sumo de durazno, ¿tú?. Respondí mientras dejaba caer mi cabeza para mirarle.

-Sirviéndote a ti. Su mirada parecía penetrarme profundamente.

-Uh, que vida. Me recosté en la cama mientras apreciaba aquel techo, pareces tener más libertad que yo, ¿no es así techo?.

Taekwoon se levantó, se dirigió hasta la puerta y allí fue como escuchaba cerrar está, se había llevado mi bandeja. Así es como volvía a estar encerrado entre 4 aburridas paredes, solitario, con un peluche medio roto que me acompañaba, el cual acomodaba en medio de aquella dos almohadas. Siendo sincero, no sé que buscan de mi, ¿acaso creen que valgo algo?. Crecí en un puto prostíbulo basura, con un viejo que me traicionó y un dueño que es prácticamente empresario y mafioso, si valgo 10$ serviría para devolverle el otro ojo que le falta al peluche.

Bufé y me levanté para hacer el recorrido matutino que le hacía a la habitación todos los días, del baño a la cama, de la cama al baño del baño a la cama y ¡Oh, de la cama al baño!. Sentí como abrían la puerta y yo me encontraba delante de ella, volvía a ser Taekwoon.

-¿Quieres llamar a Ravi?. Traía un teléfono en sus manos.

-Mmh..Tentable oferta. Me paré en una pose pensativa y él rió por lo bajo. -Lo llamaré. Sonreí y tomé el teléfono.

-¿Ravi?. Pregunté, y si, era él.

-¿Dónde mierda estás?, tú madre está desesperada y no he podido encontrarte, me estoy empezando a preocupar..Maldición. Dictaba Ravi por el teléfono, diría yo bastante molesto.

-Lo siento Ravi..No puedo decirte donde estoy, podrían matarme por eso. Miraba a Leo quien se encontraba frente a mi para que no dijera nada de más.

-N, te mataré yo mismo cuando te encuentre si no me dices donde estás. Me sentí triste..Ravi estaba preocupado, es entendible, volvió a aquella casa que no quería solo para ayudarme a mi y a mi madre y de un día para otro desaparezco.

Taekwoon al ver que la conversación se estaba tornando un poco tensa me obligó a cortar, y me arrebató el teléfono de las manos.

-Creo que será mejor que no hables con él por unos días más. Veía como él tomaba la manija de la puerta y se dedicaba a irse.

-¿Por qué?. Mis ojos estaban aguados, quería soltarlo. ¿Por qué me tienen aquí?, ¿acaso he echo algo malo para que me hicieran esto?. Sollozaba mientras que Taekwoon se daba vuelta y me miraba con un tanto de pena y desprecio.

Tengo prohibido enamorarme. (Neo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora