Conflictos

2.4K 248 32
                                    

Dos semanas pasaron volando, con la misma rutina, nos veíamos algunos días, otros sólo nos escribíamos.
Recordé la llamada que recibió Jongin cuando lo vi el día de ayer, nuevamente recibió una llamada y se puso en extremo pálido, su humor cambió y repentinamente se marchó aludiendo a que habían entrado a robar a su casa, sin embargo no me dejó acompañarlo a ver.


Viernes.
Fuimos al centro de la ciudad, a una gran catedral, a JongIn le gustaban las iglesias y las antigüedades. Una vez dentro comentamos sobre las pinturas, estatuas talladas, material con el cual fue construido, y el elevado precio que esta misma tendría.
Luego comimos y nos sentamos, era de noche y decidimos volver a casa en tren, no era adecuado ir en vehículo hasta tal lugar si uno va a "pasear".
Llegué a casa y conversamos. Quedamos de salir el día sábado y me dormí.

Sábado.

Fuimos a ver una película, nos divertimos, pasamos al súper mercado, compramos snacks y bebida. Ahí estuvimos hasta que se hizo tarde y nos fuimos, esta vez el no fue en su vehículo por lo cual me fue a dejar a pié hasta donde yo esperaba la locomoción que me llevaría hasta casa.
Nos fuimos conversando y le dije que lo quería ver pronto y aprovechar nuestro día juntos a lo cual dijo que si, que salieramos el día domingo.
Llegue a casa y me lancé a la cama, no pasó demasiado tiempo para que me quedara dormido, pero antes puse una alarma para levantarme bastante temprano.

Domingo.

Me desperté tarde, por lo cual pensé que no podría ver a Jongin, mientras iba caminando pensando en qué decirle para vernos recibí un mensaje de su parte.
-Supongo que me cancelaste. -me dijo, y yo respondí a la brevedad que quería verlo.
—Ven a casa.
me dijo.
—Está lloviendo
y acepté.

30 minutos en un tren, tenia frío. La gente pasaba, salía y nueva gente entraba. El aire se renovaba y yo ahí sentado mirando por la ventana que daba a los túneles, luces se encendían y apagaban, enfoque mi mirada a mi celular, »Un mensaje nuevo« era JongIn preguntando en que estación iba, que cuanto me faltaba y yo respondí que no lo sabía bien, tal vez 2 o 3 estaciones y dijo que me iría a buscar, estaba lloviendo y el sabia que yo no traía un paraguas.

Cuando llegué lo encontré en la entrada del metro, me estaba mirando y traía sólo un paraguas, como pudimos nos acomodamos dentro del mismo, caminamos por las calles mojadas, cruzamos y caminamos en dirección a su casa.
-¿por qué no me viniste s buscar en tu automóvil?
-¿no crees que es más romántico caminar juntos con un sólo paraguas?

Y Callé, no supe que responder ante su comentario. Pude verlo sonreír mientras volteava hacia el lado contrario de donde yo me encontraba.
Entramos a casa, me beso y me dio del almuerzo que ya tenía preparado.
Comimos y vimos televisión, hacia frío por lo cual con su brazo me acercó a su pecho y así nos mantuvimos.
Repentinamente Jongin apagó la televisión, me miró y dijo que mejor fuéramos a su habitación ya que ahí hacia menos frío.
»Está bien.« respondí y se dirigió hasta allí, yo también fui, entré y me senté en su cama. Efectivamente estaba más tibio el ambiente y me dejé llevar por el aroma de Jongin, reaccioné cuando lo sentí a mi lado tan inocente como un niño con sus pestañas largas mirándome con curiosidad.
-Kyungsoo...
-Dime.
-¿Quieres ver una película?
Y no pude evitar soltar una pequeña risa, después de todo Jongin acostumbraba a ser más rudo y ese tipo de actitud se contraponía a todo aquello.
-Está bien.

Vi como se levantó de la cama y buscó por cada rincón el control de la televisión. Tras no encontrarlo volvió a tumbarse en la cama junto a mi, pero esta vez con su boca hacia abajo.
Muchas veces Jongin podía llegar a ser dulce y tierno, amable y considerado, pero nadie lo sabía, sólo yo.

Dormí por un corto periodo de tiempo y cuando desperté el también dormía, el cielo estaba en el crepúsculo por lo cual decidí despertarlo, el cielo lentamente se tornaba azul, con tonos violetas anticipando la llegada del anochecer.
Cuando iba a poner mi mano en su hombro vi como la luz se reflejaba en su tostada piel, sus largas pestañas se movían por impulsos repentinos e incontrolables. Y su respiración, me hacía sentir tan aliviado. »JongIn« susurré suavemente sobre su oído y observé cada movimiento, cada pestañeo hasta que abrió sus ojos intentando enfocar, me miró y sonrió.
-¿Cuanto tiempo dormí?

-Casi lo mismo que yo.

-¿Cuanto seria eso?

-Unas cuantas horas.

-Está anocheciendo.

-Lo sé.

El cielo melancólico decoraba la ventana y su tenue luz entraba a través de la misma, situándose en todo el espacio posible, había sido tan rápido. En un abrir y cerrar de ojos había pasado de ser un cielo dorado a uno frío y posteriormente oscuro. Como amaba ese cielo, pero a la vez me traía un extraño sentimiento de tristeza, como si ese mismo cielo me arrebatara un trozo de felicidad, uno que tal vez volvería luego o se perdería entre las las nubes y rayos de sol. Quizás esa misma felicidad arrebatada sería enviada a alguien más, alguien que anhelaba recuperar un trozo de felicidad despojado en tiempos pasados, una felicidad que tardó en volver, la felicidad de alguien más. Tal como una ruleta de la suerte, sin embargo sentía que siempre aquel cielo extraía de mi aquella felicidad y muchas veces no la traía de vuelta.
Aunque teniéndolo junto a mi, parecía que el efecto que ejercía el frío color pintado en nuestras caras se hacia nada.

Jongin se acercó, me besó y lo besé lanzando mis brazos sobre su cuello, bajé por su mejilla hasta llegar a su cuello. Besé a lo largo de este llegando a sus clavículas.

»Te amo.« susurré en su cuello, suspirando, aspirando el olor que emanaba de su cuerpo y se unía con su perfume. »Yo también te amo.« recibí como respuesta y mi pecho se llenó de alegría que se desbordó por mis ojos y cayó por mis mejillas, lo había esperado, no quería obligarlo a decirlo y aunque habían pasado días desde que lo había dicho y aún no le creía en esta ocasión lo hice, porque sus ojos eran tan sinceros.

Nuestras bocas se unieron, también nuestros cuerpos. De manera frenética comenzó a desnudarme y a decir verdad no me negué, después de todo también lo deseaba, deseaba sentirlo más cerca.
Paró, no me pareció bien y me acerqué, lo besé y toqué.

Cuando me puse sobre él se descontroló, yo estaba teniendo el control, eso nunca le gustó. Yo no le tenia miedo, no tenia miedo a arriesgarme y perder.
En reiteradas ocasiones él me indico que no realizara ciertas cosas, cosas que le molestaban.
Sólo lo quería molestar y simule ahorcarlo.

Grave error.

(...)

Los roles se invirtieron, yo estaba abajo, ahora solo era la luz de la televisión la que se mantenía encendida, sin embargo JongIn la apagó, no es que le tuviera demasiado miedo a la oscuridad, pero encontrarme en una situación así incrementaba mi miedo, sentí un escalofrío en mis piernas cuando Jongin las separó y se puso entre éstas, simulando embestirme.
»Jongin deja de jugar.« le dije intentando tomar eso como una broma, pero me sorprendió escucharlo hacerme callar a mordidas.
-por favor detente.

-¿Por qué debería?

-porque... -no pude terminar por los débiles temblores en mi cuerpo.

-Lo veo en tus ojos, me tienes miedo.

-No lo hago.

-Si lo haces y me encanta esa mirada de miedo. Aunque podrías tenerme aún más miedo.

De todas las veces que había visto a Jongin actuar de maneras extrañas fue bajo el efecto de drogas, pero esta vez era diferente. No estaba bajo efecto de algo, me tomaba con fuerza. No me golpeaba, sin embargo me asustaba su mirada, era diferente aún más vacía, ¿era acaso eso posible?

Se había perdido así mismo.

// Bueno, sé que me demoré en publicar el capítulo, sin embargo en mi defensa tuve muchas evaluaciones. Por lo cual me enfoqué únicamente en eso.
Gracias a todos por leer mi fic, gracias por sus mensajes <3 y también por seguirme.
Con comentarios y estrellitas subo el próximo capítulo💫//

Ultraviolence.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora