Limpia esas lagrimas Doc

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-Por qué? ... Zafiro... ¿Por qué me haces esto? - lloraba Black Jack, no era algo que hiciera seguido, incluso muchas veces él creyó que pocos eran las situaciones que lo harían llorar. Seguía tirado en el piso del baño, pero escuchó que alguien llamaba a la puerta.
(Toc, toc, toc,)
-Doctor, deje de llorar. Sus sollozos se oyen hasta mi habitación, cállese.
El médico abrió la puerta y se abalanzó sobre Pinoko, dándole un gran abrazo. La niña estaba confundida, sin embargo, abrazó a su querido doctor.
-Ya, ya pasó, usted está muy grande como para estar llorando... Límpiese esas lagrimas, usted es hombrecito, no debe llorar-le decía Pinoko mientras acariciaba el cabello bicolor.
-Gracias, Pinoko...
-Tranquilícese y luego hablamos, ok doc ?
El médico se sentía mejor, se había dado cuenta de que gracias a Pinoko, tenía más motivos para ser feliz. Una vez tranquilo, regresó a la sala de estar, donde se encontraba Zafiro.
-Hazama, yo... Siento mucho lo que pasó, no fue mi intención hacerlo. Pero es que yo... Tú me gustas demasiado, siempre me has gustado, a veces imagino cómo sería si fuéramos pareja, quiero besarte, abrazarte y ...
-Lo sé, también siento lo mismo, pero aún me duele lo de Megumi... Podrías esperar un poco?
-Por ti yo esperaría hasta una eternidad.-se puso muy roja.
Black Jack se acercó a ella, tomándola de la cintura y pegándola a su cuerpo. La besó, fue un beso tierno y cálido que pronto se convirtió en un beso muy apasionado.
-Eso me hizo muy feliz, doctor BlackJack .
-Shhh Pinoko te atacarán de nuevo si se entera.-dijo bromeando el médico.
Black Jack condujo a Zafiro a la que sería su habitación por unos días, era el cuarto más grande de la casa y estaba destinado a las visitas o a los pacientes que necesitaran quedarse por largos periodos de recuperación.
-Es este el lugar, dejaré que te instales... Ammm ya es muy tarde así que iré a dormir. Descansa y si necesitas algo, solo llama a mi puerta.-Black Jack se dio la vuelta para salir de la habitación.
-Gracias, doctor.
El médico se dirigió a su habitación, pero también sintió que tenía que explicarle la situación a su pequeña ayudante. Entonces fue hacia el cuarto de Pinoko y abrió la puerta, a pesar de que era tarde la niña se encontraba dibujando.
-Pinoko...
-Doctor... ¿Se siente mejor?
-Si, Pinoko ...
-¿Por qué lloraba entonces?-dijo Pinoko preocupada.
-No es nada... Ummm mira, vengo a hablar contigo, es sobre la mujer que vino hoy.
-¿No me estarás poniendo los cuernos con ella, verdad?
-Khè?! Pero tú no eres mi esposa, Pinoko.
-Si lo soy, soy tu esposa y solo debes besarme y abrazarme a mi-se pudo roja.
-Ehh... Claro... Bueno a lo que venía es que Zafiro es una buena amiga mía de hace mucho mucho mucho tiempo, crecimos juntos y compartimos muchas cosas, ella sin embargo esta enferma.
-¿Qué tiene?- dijo preocupada la pequeña.
-No lo sé aún, ella tampoco lo sabe, así que mañana le realizaré una revisión para ver qué es lo que tiene. Y bueno, la operare y se quedara aquí por un tiempo hasta que se recupere.
-¿Quiere decir que esa se va a quedar?
-Si, "Esa" se va a quedar y quiero que la trates bien, no toleraré que la vuelvas a morder o le hagas daño, ok?
-Si doctor, no... Está bien, la tratare bien, es solo que estoy celosa.
-Jeje, entiendo, pero con el tiempo te llevarás bien con ella, le gustaste mucho.
-Que bien...
-Pinoko, recuerda que siempre tendrás un lugar especial en mi corazón, jamás te reemplazará nadie.
El doctor salió de la habitación y cerró con cuidado la puerta. Pinoko se cambio el pijama y se acostó en su cama, se sentía mejor pues ella era importante para su querido médico, eso hizo que sus celos se calmaran y pudo dormir tranquila.

CONTINUARÁ...

Sólo quiero ser adulto||b.j.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora