Capitulo 4: Reencuentro.

37 4 0
                                    



En ese momento, de un lado del pasillo salió corriendo un hombre con chaqueta militar, por un momento lo confundí con el idiota que me clavó el cuchillo, pero este no tenía cabello largo, sino que era calvo. Venia corriendo hacia mí, con un machete en mano, pero en vez de cortarme, me golpeó fuertemente con el mango en la cabeza, como si tratara de que me desmayara. Por un momento mi vista se vio nublada y quede un poco tonto por el golpe.

****IDIOTA, VAS A HACER QUE NOS MATEN****

Escuche esa voz retumbando fuertemente en mi cabeza y, en ese momento, volví a sentir esa mezcla de sentimientos de ira, rabia y sed de sangre. Mi vista se volvió totalmente clara y mi estupefacto se esfumo. El hombre calvo me miro con rareza, al ver que no me desmayé y seguía en pie. Aproveché esa oportunidad en la que el calvo estaba distraído y lo golpee en el estómago, esto produjo que se agachara, entonces tome su cabeza de la nuca y la golpee repetidas veces su frente contra la cerradura, hasta que se abrió. Me asuste, porque no quería hacer eso, pero era como si mi cuerpo lo hubiera disfrutado. Cuando volví a mi estado totalmente consciente, deje caer la cabeza de ese hombre, y abrí aquella puerta llena de sangre con miedo. Tenía miedo de lo que pudiera llegar a haber. La habitación era como en la que estaba yo, tenía una mesa a un lado de la puerta, donde estaban mis cosas y las de Altaír, y había mala iluminación, esta era tan mala que en las esquinas de aquel cuarto parecían vacías, por lo oscuras que estaban y eso creía, hasta que esa voz dijo:

-¿Le...Levi...?

-¡Altaír! ¡¿Dónde estás!?

-Levi... estoy acá...

La voz provenía de la esquina derecha del cuarto, me acerqué y la pude verla, estaba llena de cortes y moretones. Salte sobre ella para abrazarla y le pregunté mientras empezaba a llorar

-¿Qué... qué te paso...? ¿Quién te hizo esto?

-Tr...tranquilo, estoy bien... fueron ellos eran muchos...

Las lágrimas seguían cayendo, pero mi voz se tono seria y pregunté- Por favor....Dime que no te... te...- La pregunta era tan fuerte que no podía terminar la frase...

-No... No llegaron a hacerlo- me interrumpió, con tono de llanto- iban a hacerlo hoy, pero recibieron una llamada urgente de otro grupo y tuvieron que salir, solo se quedaron unas 5 personas en esta base, los escuche decir eso.

El tono serio mi voz se tornó a una voz solloza- Perdón... lo lamento tanto, todo esto no hubiera pasado si no me hubiera desmayado.... ¡SOY UN IDIOTA!

-no... no es tu culpa... es toda mía... yo te pedí salir de la casa, ahí estábamos seguro y sanos... y... tu... tú me salvaste Levi... Lamento mucho todo... enserio...

Decidí que mi cuerpo respondiera a eso y le di un abrazo que contendría todo el dolor. Para terminar con esto le pregunte-¿Estas lista para salir..?

Ella asintió la cabeza, entonces extendí la mano para que se parara, pero en vez de eso me miro y dijo -Levi... no puedo levantarme-. Eso sería un problema, me puse en cuclillas de pie y deje que se subiera a mi espalda, como pudo, se posicionó sobre mí y pasó sus manos por alrededor mi cuello, la sostuve de las piernas y me puse de pie, esta vez apareció solo la ira en mí, me sentía confiado pero no con sed de sangre. Solo quería hacer justicia por lo de Altaír. Salí por la puerta a un paso apurado, tome nuestras cosas y saque la Red nuevamente, me quedaban 9 balas. Salí del pasillo y me encontré con otro pasillo más del lado derecho, donde había una puerta al final de este. Abrí la puerta y me encontré con una escalera, la subí y entre en una habitación que parecía ser un living, donde estaban 2 hombres, uno en un sillón y el otro sentado en un escritorio. Apunté primero hacia mi izquierda donde estaba el del escritorio, y le volé la cabeza de un solo disparo, mientras que para el que estaba en el sillón, le pegue un el mango del pistola, dejándolo inconsciente. En ese momento, dos hombres más salieron de un puerta que conectaba con otra habitación, ambos tenían machetes, sabía que si tenía a Altaír en la espalda nos iban a matar, así que rápidamente la deje en uno de los 3 sillones que habían en la habitación. Uno de esos tipos vino corriendo hacia mí, con la mano extendida tratando de rebanarme la cabeza, sus movimientos eran obvios. Así frené con la mano izquierda su ataque y con la mano derecha le disloqué el brazo. Acto seguido su compañero hizo la misma serie de movimientos, pero a este no le fracture el brazo, sino que, con la mano derecha, le di un gancho en el mentón, mientras que con la izquierda frenaba su ataque. Luego de golpearlo, cuando aún seguía aturdido por el golpe, saque nuevamente la red 9, apoye el cañón en su entrecejo y le volé la cabeza.

Aún quedaban 2 vivos. Tomé uno de los machetes que había en el suelo, me dirigí al tipo calvo que gemía de dolor por lo que le había hecho en el brazo y mientras el se sostenía el brazo, le clavé el machete en la cabeza. Luego tome otro e hice lo mismo con el tipo inconsciente que estaba en el sillón. Durante toda la pelea no me había percatado que Altaír me miraba de forma rara, como si estuviera viendo a un monstruo.

-Levi... tu cara... está llena de...- no pudo terminar la frase por miedo.

Me toqué la cara y note que tenía un poco de sangre- Lo siento...- dije angustiado.

-No pasa nada... vámonos, antes de que lleguen más- Acotó en voz baja.

Asentí la cabeza e hice que se subiera a mi espalda una vez más a mi espalda, una vez listos para irnos salimos por la puerta de donde habían entrado los hombres y nos encontramos con la entrada de la casa. Cuando salimos notamos que no estábamos cerca de casa estábamos bastante lejos. No sabía qué hacer ni cómo actuar ante esa circunstancia

-¿Qué deberías hacer?- cuestione.

-Sinceramente... no sé... pero ahí hay una camioneta- comentó mientras señalaba una camioneta 4x4- podríamos tomarla y tratar de ir a casa-.

Me quede un minuto callado pensando las alternativas y me di cuenta que esa era la mejor que podíamos tomar. Hice un sonido de afirmación para Altaír y me dirigí hacia la camioneta. Me dirigí hacia la cabina del copiloto e hice que Altaír se sentara, acto seguido me dirigí a la cabina del conductor y pregunté

-¿Sabes encender esta cosa sin llaves?-

Ella tratando de animar las penas dijo.- No... pero si se encender esta cosa con las llaves- y señaló las llaves del auto que estaban sujetas al retrovisor-.

La miré y le sonreí, encendí el vehículo y comenzamos a viajar sin rumbo fijo hasta que anocheció.


Dear NotesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora