Capítulo 6.
Día 6: La caja en el armario.
Al día siguiente, Sapphire se levantó y Joel ya se había ido a trabajar. Volvió a preguntarse en qué trabajaría, y se dijo a sí misma que ese día, cuando volviera, no olvidaría preguntarle de nuevo.
Era cierto que Sapphire no debía seguir investigando la casa –según lo moral y éticamente correcto–, pero su instinto contradecía lo correcto, pues necesita aprender sobre él, algo que la ayudara a cumplir con su misión.
Sapphire empezó a caminar por la habitación de las pinturas, algo le decía que debía haber algo ahí que la ayudara. Miró el armario pausadamente, estudiando los nudos de la madera, cuando finalmente se decidió por abrirlo. Era bastante grande, Sapphire no tendría dificultad en meterse en él –vale recordar que el armario era, prácticamente, la pared entera–.
Había, como en un armario común, ropa y zapatos, estos con una obvia falta de uso, al parecer hasta por años. Pero, curiosa, Sapphire se adentró más en el armario, intentando encontrar algo que valiera la pena, algo con lo que pudiera aprender algo de Joel, pues hablar no era una de sus cualidades, exactamente. Halló, en el suelo, en una de las esquinas una pequeña caja que llamó la atención de Sapphire.
Ella sabía que Joel no la vería. Que nadie la vería realmente, pero eso no quitaba su sentimiento de culpa ni le daba seguridad para dejar de mirar furtivamente a los lados. Se agachó, sentándose en el suelo y cogió la caja con cuidado, temía que pudiera dañar lo que sea que estuviera adentro o hasta la misma caja.
El armario era bastante profundo, pero donde estaba, metida entre la ropa, todavía llegaba la luz de afuera. Sapphire se sentía cómoda ahí, con las piernas estiradas y la espalda apoyada en el muro, por lo cual no quiso salir. Se puso la caja sobre las piernas y notó que era algo vieja. Se notaba que nadie la había tocado por años, y estaba llena de polvo. Apartó el polvo con la mano, no sin hacer que este, mientras volara, le hiciera toser y arrugar la cara.
Abrió la caja, y lo único que encontró fueron dos pedazos de papeles. Cogió uno de ellos y tenía dibujado a una mujer, que tenía un considerable parecido con Sapphire, pero lucía mayor.
El otro trozo, en cambio, tenía algo escrito. Era una carta. Sapphire la leyó lentamente, impresionada por la asombrosa y pulcra caligrafía. La leyó y releyó una y otra vez.
Era la carta de la sirena de la que se enamoró el padre de Joel.
Se había quedado sin palabras. Cada letra, cada símbolo traía una historia a su cabeza. La historia de Joel apareció en su cabeza como una película, muy rápida. Olas y olas de imágenes que iban y venían vertiginosamente y nublaban su vista la aturdieron, hasta que pudo salir del armario, exhausta.
Ya en el suelo de la habitación, pudo calmarse. Quizás habría sido el montón de telas que impedían su respiración.
De repente, escuchó a Joel entrando a la casa. Sapphire, miró a la ventana, asustada. Ya estaba anocheciendo. ¿Realmente se había quedado ahí tanto tiempo?
Cogió desesperadamente la caja, ya sin cuidado ni preocupación por si se dañaba algo, pues su juicio ya estaba exasperado por devolver todo como estaba. Metió todo en la caja, pero de repente se detuvo, asaltada por una duda: Era el sexto día, ¿qué probabilidad había de poder volver a ver esa carta? A Sapphire le tomó pequeños instantes decidir. Agarró los papeles, tiró la caja al fondo del armario y corrió a su cuarto antes de que Joel fuera. Se lanzó en su cama y, fingiendo estar dormida, esperó a que Joel saliera para sentarse en la ventana y leer y releer una vez más la carta.
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La Sirena que se Enamoró de un Sueño
Fantasy¿Es fácil romper un corazón? Sapphire es una joven sirena que, en busca de aceptación, emprende una misión en la cual tendrá que romper el corazón más noble del mundo, pero se volverá algo más difícil si se llega a enamorar de él. #EscribeloYa #Habi...