"El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan... demasiado rápido para aquellos que temen.... demasiado largo para aquellos que sufren.... demasiado corto para aquellos que celebran... pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno".
Ya eran las 7 con cuarenta minutos, una vez más se me había hecho tarde. La mañana era fría por lo que opte por una chamarra negra, un mallon deportivo y unos tenis. Hoy tenía práctica así que lleve un cambio de ropa casual en mi bolso. Cepille mi cabello y lo deje suelto, lave mis dientes y baje rápidamente las escaleras, tanto que casi muero.
– ____ no corras por las escaleras, ¿cuantas veces tengo que decírtelo?– me decía mi mamá un poco alterada.
– Es tarde ya, desayunare algo allá– Me acerque a ella y le di un beso– Te quiero
– Cuídate, que te vaya bien.
– Por cierto, hoy tengo práctica así que no me esperes para la comida– dije haciendo una mueca. Salí disparada hacia mi carro y salí de ahí.
Llegando, la escuela estaba un poco vacía a causa de que ya todos estaban en las aulas, solté un bufido y fui hasta mi clase. Un poco nerviosa toqué la puerta y el ruido que había cesó. La puerta se abrió dejándome ver a un profesor neutro, me removí incómoda al ver que no decía nada, sólo me veía esperando a que yo dijera mi excusa.
– Me quede sin gasolina– dije un poco apenada.
Se hizo a un lado dejándome pasar, mientras buscaba un lugar el profesor me hablo de nuevo.
– ¿Se quedo sin gasolina?–mientras fruncía el ceño– ¿es usted corredora de carreras ilegales?
Algunos rieron y yo sólo solté un bufido, busque con la mirada un asiento vacío, y encontré uno al fondo. Al parecer ninguna de las chicas se dignó a apartarme un lugar. Las 3 primeras clases pasaron rápidos, ya era la hora de el almuerzo y moría de hambre.
–____ apúrate, el almuerzo no es eterno– decía Kler mientras sonaba su tacón en el piso. Termine de guardar mis cosas y camine hasta ellas, llegando a la cafetería cada una lleno su plato con diferentes cosas, al irnos a sentar había una mesa completamente sola, y era la mesa de nosotras. Los demás alumnos ya le habían dejado esa mesa a Kler, ya que todos los días hacia berrinche al no sentirse cómoda con mas personas en su mesa.
Gire mi cabeza un poco hacia atrás, como siempre observando el lugar, hasta que mi vista topó con la de Logan.
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Me quede mirándole unos segundos y después volví a tomar mi posición. Me quede observando mi plato unos segundos más y luego comencé a guardar mis cosas en mi bolso, tome la bandeja, me pare de mi asiento y camine hasta el. Detrás de mi sólo escuchaba las voces de las chicas preguntándose que maldición estaba haciendo. Reí internamente por mi locura, seguro que Kler se desquitaría conmigo en la práctica. Llegando a su mesa, tome asiento y tratando de evitar todas las miradas me dispuse a seguí comiendo. Sentía la mirada de Logan en mi, preguntándose por que me había sentado con el.
– ¿Tengo algo en la cara? – dije metiendo una vez más un bocadillo a mi boca.
– Mm, no– movió su cabeza afirmando un no– sólo, me preguntaba que hacías aquí, tus amigas no dejan de verme como si fuera un pedazo de mierda.– reí ante esto, aún que sus palabras se escucharán un poco dolidas.
– Es porque no te conocen Logan, es decir, no es que yo te conozca mucho, pero al menos lo suficiente.
Sonrió, mientras con su tenedor movía la comida de un lado a otro. El silencio se hizo presente, y era un tanto incómodo. Carraspee para llamar su atención — ¿No eres parte de algún equipo? ¿soccer? ¿natación?– dije levantando las cejas esperando respuesta pero sólo se limitó a mover la cabeza de un lado a otro afirmando un no.
– ¿Ninguno te gusta?– Hasta mi pregunta se me hacía de lo mas rara, todos los chicos entraban a un equipo, aún que algunos lo hacían sólo para impresionar a las chicas, pero lo hacían.
Permaneció en silencio un momento y después se removió incómodo en sí asiento— Intente entrar a uno, pero... algo salió mal— Su mirada estaba en todos lados menos en mi, como si hubiera dicho algo demasiado vergonzoso. Trate de imaginarme que había salido mal, pero si con las chicas era difícil entrar a un equipo, con los chicos más. Los capitanes de los equipos siempre creían tener el poder en todo, antes de aceptar a alguien "nerd" como ellos decían, primero se matarían. Esa es la razón del pequeño problema de Logan.
– Hoy tengo un juego amistoso, puedes ir a verlo si quieres– dije sonriendo.
– Claro– dijo apenas mostrando una pequeña sonrisa.
El timbre sonó y era hora de el juego, camine al lado de Logan por el pasillo hasta llegar a las grandes canchas llenas de pasto. Logan se sentó en las gradas, le encargue mi maleta y le dije que disfrutara el juego.
Estábamos calentando antes de jugar, me encontraba trotando y saltando unas ligas en línea horizontal, que eran para calentar. Yena, una chica del equipo paso enseguida mío dando brincos hasta que cada una de sus rodillas tocara su pecho.— ¿Quien es ese amigo tuyo ____? – pregunto sonriendo ampliamente. Reí un poco ante su comentario coqueto.
– Créeme, no es para ti Yena.– Dije mientras aún reía y negaba con la cabeza. El pitido de la entrenadora sonó y todas fuimos directo al centro de la cancha. Cada una se acomodó en el lugar que le correspondía. Dirigí mi vista hacia el lugar donde se encontraba Logan, y lo encontré charlando con unos chicos, mi corazón palpito un poco mas fuerte al darme cuenta de que eran los de el equipo de americano. Cuando vi que lo empezaron a jalonear me puse derecha y corro hasta ellos, Kler grito mi nombre varias veces y todo el equipo también. Faltando unos metros para llegar a ellos, Logan trato de quitárselos de encima pero uno de ellos dirigió su puño a su mejilla derecha, corro lo más que pude y llegando empuje al tipo que acababa de hace esto, lo empuje tan fuerte que casi cae. Cuando me gire a verlo, quede atónita. Era Dave.
– ¿Qué carajos te pasa Dave?–dije empujandolo una vez más.
– H-hey, tranquila Rose– Mejor llévate a tu amiguito a enfermería, está por desangrarse. Soltaba humo por la nariz, estaba tan furiosa que no me aguante y le solté un puñetazo en el labio de Dave. Mi mano dolió pero no era nada que no pudiera aguantar. Tome mi bolso y lo colgué, y con la otra mano tome a Logan de la mano, llevándolo hasta enfermería.
