"El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan... demasiado rápido para aquellos que temen.... demasiado largo para aquellos que sufren.... demasiado corto para aquellos que celebran... pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno".
Era viernes, y lo único que me hacía recordarlo era que Michelle iba a dar una fiesta. Aliste mis cosas tranquilamente mientras le platicaba a mi madre sobre las fechas de el próximo torneo. Termine de desayunar y me fui directo a el colegio.
El día estaba lluvioso y frío, por mi me hubiera quedado en mi casa, pero el colegio importa más que nada. (Tristemente) Saludé a algunos compañeros y fui hacia mi primera clase, Literatura. Logan estaba justo ahí en nuestra mesa, escuchando música y haciendo garabatos en una libreta, justo como el primer día que hable con el. Solté una leve risa y fui hacia el.
- ¿Qué dibujas? -pregunté asomandome a su libreta.
Titubeo un poco antes de responder mientras no dejaba de verme, y luego sólo cerró su libreta.
- Nada en especial, sólo bocetos -me regaló una sonrisa tímida.
- Lo supuse -le devolví la sonrisa.
Me quedé unos segundos seria, pensando en Kler y la fiesta, luego me vino una idea a la mente.
- ¿Qué harás hoy por la noche? -dije mientras lo veía muy fijamente, divertida.
- Ah.. yo creo que nada. Tendré que revisar en mi agenda señorita _____ - Dijo en un tono muy intelectual mientras reía.
Reí un poco ante su comentario y le di un suave golpecito en su hombro. - Debe tener mi nombre al último de la lista, de eso estoy segura.
- Yo diría que estas muy al principio - Dijo sonriendo tímidamente.
Le sonreí mientras mordia mi labio, con un poco de emoción por pasar la tarde con el. El día paso muy lento, a pesar de que era viernes, cada hora se me hacía eterna, tal vez porque dedicaba más a mirar las gotitas de lluvia en la ventana que en la clase.
Ya eran las dos de la tarde e iba llegando a mi casa. Saludé a mis papás de beso y me acomode para comer con ellos. Platicamos sobre como nos había ido a cada uno de nosotros en nuestro día y nuestros planes para más delante. Subí a mi habitación y me puse cómoda a ver televisión, pero mi celular interrumpió mi concentración en ese canal de comida;
- Ya hice un espacio en mi agenda, señorita _____.
- Me parece perfecto señor Lerman. Mande el mensaje mientras sonreía.
Escribiendo...
Escribiendo...
Parecía dudoso de ese mensaje.
- ¿No había una fiesta hoy, _____?
Frunci el ceño cuando recibí ese mensaje, ¿Por que preguntaba?. Es decir, esta dudando sobre si dé verdad quiero pasar tiempo con el.
- La hay. - Pero creo que me gustaría más pasar mi viernes más tranquilo. Así que... ¿Pizza o Sushi?
- Yo diría que sushi, te agrada?
- Buena elección, te veo a las 8?
- Esta bien si ... pasara por ti?
Reí ante su mensaje. De verdad era tierno.
- Está bien Logan :)
Eran las 7:30 y yo seguía decidiendo que usar. Era lo mismo de siempre y eso que no iría a una fiesta. Decidí por un skinny jean de color claro, un sweater color rosa y unos tennis blancos. Deje mi cabello suelto y puse un poco de rimel. Me sente en la cama a esperar, y luego de estar unos minutos soñando despierta, me puse a pensar sobre Dave, como había pasado todo y si de verdad lo extrañaba un poco. Pasamos muy malos ratos pero también buenos, hicimos las cosas mal.
Respire profundo y me dediqué tranquilamente a esperar por Logan. Luego de 20 minutos recibí un mensaje de el avisando que se encontraba abajo. Baje apresuradamente las escaleras que casi me caigo -como siempre-.
- Hija ten más cuidado, Logan no se irá - Dijo mientras soltaba una pequeña carcajada, y yo sólo me dediqué a ladear mi cabeza como un cachorro queriendo comprender lo que decía.
Seguí a mi mamá hasta la sala y me sorprendí al ver que Logan estaba sentado mientras veía los retratos.
Hice un ruido con mi garganta para que se diera cuenta que me encontraba ahí, y rápidamente se levantó del sillón y fue hacia mi.
- Mm... nos vamos ya? - Dijo sin mirarme
- Claro, vamos -le hice una ademán con la mano para que me siguera- Adiós mamá.
De camino a el restaurant platicabamos sobre el trabajo que habíamos hecho días atrás juntos. Al llegar fue muy amable al abrirme la puerta y mover la silla para que yo me sentará. Ordenamos nuestra cena y nos dedicabamos a platicar sobre nosotros y otras cosas.
Mientras pasaban los minutos y mas me dolia el estomago de tanto reirme, me di cuenta de cuanto disfrutaba pasar el tiempo con el, de que tan valioso es escuchar a alguien que tal vez lo necesitaba, o tal vez yo lo necesitaba más que el.
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