☑ Capítulo 2.

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Nos dirigimos a su oficina, era un asunto delicado por lo que podía ver, no podíamos hablarlo públicamente –aunque prácticamente no había nadie a estas horas- supongo que debe ser algo relacionado a los torneos y festivales que se acercan para el próximo mes.

— ¿Puedo preguntar de que va la cosa? Me estoy preocupando...— Decía mientras subíamos las escaleras que dirigían a la "Dirección General" estaba detrás de ella, siguiendo sus pasos, ella estaba calmada o eso reflejaba.

—No seas impaciente, pronto lo sabrás...—Dijo mientras seguía subiendo a su oficina, abrazando los portafolios contra su pecho.

— ¿Solo estamos tú y yo, verdad?-—

Claro, no te preocupes, no es nada malo. — Siguió con su camino, ya no pregunte nada, apenas llegaba y los problemas empezaban a caer como lluvia, o eso me hacía creer...

Tenía otros pendientes, quería visitar a Eliot, él era la razón por la que estoy aquí a estas horas.

Eliot es un pequeño Dragón de tan solo 5 años de edad, de raza pura; lo encontramos muy herido en un día de exploración a tierras lejanas, al estar explorando el lugar varios metros del suelo; en una pequeña cueva que se encontraba escondida entre las montañas, al momento en que lo vi, sabía que necesitaba ayuda; estaba indefenso; no le quedaban fuerzas como para seguir respirando. Sabía que había peleado para ser libres, pues las cadenas que tenía en todo su cuerpo, algunas estaban rotas y lastimaban su piel; tenía varias cortadas demasiado profundas y un pedazo de su cola no la tenía. Le quedaba poco tiempo de vida, así que lo cuidamos y curamos hasta que estuviera bien; lo dejamos en libertad, pero él se sentía a salvo y no quería irse. Tuvimos que obtener un permiso especial para que se quedara en el instituto.

Su nombre proviene de una leyenda de un "Dragón Mítico" que se enfrentaron los antiguos líderes para mantener la paz. Era un Dragón sorprendente, temida por muchos y respetada por otros, era tan poderosa que destruyo templos legendarios en pedazos y difundió oscuridad con solo un grito. Algunas cosas eran exageradas, porque solamente era un cuento para niño. El nombre de este Dragón era Elite, era una hembra, por lo que muchos se negaron a ponerle ese nombre, cambiándolo por Eliot.



~•~




Cuando llegamos a su oficina, accedí primero, cordialmente mi Superiora me dejo pasar, y detrás de ella cerró la puerta.

—Bien, toma asiento. —Me dijo mientras ella se dirigía a su asiento, en su escritorio, dejo aquellos portafolios enfrente de ella; tenían un logo algo familiar, de color dorado por todo el centro de la portada. Mientras yo me sentaba enfrente de ella; había ocultado mis alas con un hechizo de camuflaje, que dejaba pasar la luz, igual que un espejo, logrando la apariencia de una chica normal; cuando estaba en el instituto lo hacía para que los demás estudiantes se acostumbren a la apariencia calmada y no tan ruda de daban mis alas siempre que las mostraba.

—Dime. —Estaba nerviosa, me sudaban las manos, estaba un poco inquieta, parecía que me iban a castigar o algo parecido –muy típico de mí- logrando que tuviera que acomodarme varias veces sobre mi asiento, para "estar más tranquila".

—No pasa nada, tranquila, es algo... —Dejo de hablar para observarme, me veía de pies a cabeza, como haciendo un recorrido sobre toda mi persona, buscando algún defecto o algo fuera de su lugar.

— ¿Algo?... —Dije, logrando captar su atención de nuevo.

—Algo, eh, "sorprendente", si así lo quieres ver. —Dijo, volviendo en sí, tomando uno de los portafolios en sus manos y entregándomelo.

The Dragons [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora