-¿Por qué te enojaste Ian?-Cuestioné tratando de encontrar su mirada.
-No me enojé Emma-dijo aún sin mirarme.
Después de que él receso se terminó entramos a clases pero aún seguía sin localizar a Ian ni a Sebastián. Hasta la hora de la salida que detuve a Ian a la fuerza.
-¿Entonces?-Tomé sus mejillas y me miró-Prometo no hacerlo más, lo único que quiero es verte feliz, y divertirnos juntos Ian-El también tomo mis mejillas.
-Es que...no me enojé Emma-Suspiró-Me dolió que lo besaras por que estás creciendo, ya no eres la niña que yo conocí. ¿Recuerdas la primera vez que nos vimos?¿Recuerdas como nos conocimos?-Sonrió con tristeza-Estabas sentada en aquel árbol lleno de hojas a tu alrededor, con un libro entre tus piernas, tu ceño fruncido concentrada en él libro que tu padre te acababa de comprar él día anterior, él libro que siempre habías querido. Yo estaba jugando en él parque, jugando fútbol y él balón golpeó tu cabeza y calló en tu libro, me insultaste. Recuerdo como movías tu boca pero yo no prestaba atención por que estaba admirando lo hermosa que eres. La niña más bonita que había visto. ¿Lo recuerdas? Pero me e dado cuenta de que ya no eres aquella niña de 11 años que conocí en aquel árbol, ya tienes 16 apunto de cumplir 17, y luego 18, 19, 20. Vendrán los novios, los hijos. Y....que lo besaras fue como un golpe bajo para mi, por que eres mi hermanita y te amo-Me abrazó.
-Ian-Enterre mi cara en su cuello.-Lo siento, no quise hacerlo. Perdoname, yo también te amo Ian-Lo abracé con fuerza.
-Nunca tengas novio Emma. Solo te quiero para mi-Sollozó
-Te amo-Tomé su cabeza abrazándolo más fuerte.
-Yo te amo más, bebé-.Pronunció antes de plantarme un beso en la mejilla.
Al separarnos me miró sonriente.
Nos despedimos y me fui directo a mi casa.
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Coloqué mi vetido negro con flores rosas y unos tenis converse completamente de blancos.
Tomé mi teléfono y lo metí en los bolsillos del vestido y salí de mi habitación para después bajar las escaleras y sentarme en él sofá a esperar a Alexis.
–Hola, mamá–Saludé a mamá cuando entre de la cocina, todavía no llegaba Alexis y me dio un poco de sed.
Ella ya había vuelto de la casa de mis abuelos, ellos viven a dos horas de aquí.
No contestó y siguió mirando su teléfono.
Tomé un vaso con agua y lo comencé a tomar. Mamá río en su lugar aún viendo su teléfono.
–Mamá, me voy, voy a salir con Alexis–Pronuncié, ella me miró.
–Y Thomas, ¿ya te olvidaste de él tan rápido Emma?–Levantó una ceja.
–Mamá, tuve una cita con él solo por que papá me lo pidió –Rodé los ojos salí sin esperar respuesta.
Cuando salí de la cocina tocaron él timbre.
Abrí la puerta encontrándome unos hermosos ojos azules.
–Hola–Sonreí.
–Hola–Me dio una sonrisa de labios cerrados.–¿Vamos?–Me tendió la mano. Asentí tomando su mano y caminando hacia él auto.
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Llegamos al centro comercial y bajamos del auto.
–¿Que vamos a hacer aquí? –Cuestioné una vez que tomó mi mano.
–¿Sabes patinar?–Cuestionó, Sonreí negando.–Bien..te enseñaré, no tengo problema con eso–Sonrió
Quedé en silencio y caminamos.
Al llegar, la señora que atendía nos pregunto nuestro numero de zapatos y nos dio un papel. Entramos y un señor nos pidió él papel, nos entregó unos patines y nos los comenzamos a poner.
Cuando entramos a la pista solo me quedé parada ya que Alexis había soltado mi mano.
