Cap. 3

110 12 2
                                    

La cena se dió algo incomoda, Shawn me miraba de vez en cuando, pero yo no podía sonreir, pues no quería que la comida se saliera de mi boca. El único que rompía el silencio era Manuel con sus preguntas acusadoras, y no lo culpo, tiene sus razones. Es decir, una amiga de su hija es fan de su hermano, debe de pensar que me aprovecho de ello. Pero es duro que no me ofenda.

-¿Entonces vienes de Latinoamérica?- pregunta Manuel sin dejar de mirar su plato.

-Así es- afirmé un poco indecisa. Traté de mirar a Shawn de reojo, pero Manuel contraatacó rápido.

-¿De dónde exactamente?- Esta vez miraba a Shawn que se encontraba en otro mundo, él y la comida, sólo eso.

-El Caribe- había dejado muchas cosas atrás y no quería revivir el dolor. Amo de dónde vengo y no me avergüenzo de mi natalidad, pero dejé amistades, familiares, y a mi chico, y duele recordar lo feliz que era. En Canadá todos eran muy buenos y amables, pero aún dolía lo que dejé atrás. Decir el nombre de mi hogar me dolía, pero quería ser aceptada por el padre de Shawn, debía sacarle de la mente sus dudas sobre mi.

-¿País?- Aaliyah me sujetó la mano, sabía lo que estaba sintiendo. Karen iba a decir algo en ese momento, pero Manuel la calló con un ademán que hizo con la mano.

-Puerto Rico- dije con la voz ronca, todos los recuerdos volvieron. La vez que me despedí, la vez que mi mejor amiga se enojó por no impedir que me fuera, la vez que mi novio y yo tuvimos que utilizar las palabras "así es mejor, para no lastimarnos", la vez que el avión despegó y sentí un hueco en el corazón. Quería estallar en llanto, pero resistiría.

-¿Porqué eres amiga de Aaliyah?- dijo seguido de tomar un bocado de comida.

-¿Señor?- miré a Shawn sin rodeo, su expresión era difícil de descifrar, tenía el rostro gacho.

-Eres fan de Shawn, ¿no?- esto ya me dolía lo suficiente para que continuara.

Empujé mi silla hacia atrás.

-No vine hasta aquí para que me humillara de esta forma, ni siquiera vine por mi voluntad. No soy el tipo de chica que se anda aprovechando de las personas, fui muy bien criada para que me vengan con estas cosas. Soy amiga de su hija porque ella me ofreció su amistad, y soy fan de Shawn porque amo su música. Me duele que me hagan hablar de dónde vengo porque me hace recordar a las personas y lugares que dejé. Me disculpa usted si le he parecido grosera, pero no voy a soportar que me humillen, no de nuevo.- dije esto bebiéndome las lágrimas. Nadie dijo nada, Shawn, Aaliyah y Karen tenían la cabeza gacha. Justo antes de salir por la puerta me volteé.

-Gracias por la comida Karen, lamento no poder quedarme- dicho esto, me fui.

Hacía frío, la noche era muy fría para andar caminando por las calles sin abrigo. Mi casa quedaba 4 calles más abajo así que creo que resistiría, además quiero aclarar mis pensamientos. Los faroles alumbran vagamente, fácil podría perderme, pero iba en dirección correcta, o eso creo. Una calle antes de llegar a la mía no aguantaba más, me arrodillé al frente de un farol, y rompí en llanto.

Mi chico, mi ex novio, duele aún recordar las palabras de mi amiga. George aún después de nuestro rompimiento seguía hablándome como si no hubiera pasado nada, como si sólo estuviera de vacaciones. Así 6 meses, luego nada. Mi amiga me dijo que ya tenía un remplazo, fotos evidentes. Él me respetaba, ni siquiera me tomaba de la mano si yo no quería, es gracioso, porque con mi reemplazo en las esquinas hacía cosas que te hacen revolverte en la tumba, tumba, pues al parecer había muerto para él.

No paraba de llorar, había un frío violento, había olvidado mi teléfono junto a mi mochila en la casa de los Mendes.

-Soy una estúpida- me dije a mi misma bebiéndome las lágrimas.

Duele tanto recordar, duele mucho. Pero mi dolor es interrumpido por el sonido de un motor. Alcé la vista, era Shawn, ya no sentía la emoción de ver a mi ídolo, sólo quería estar sola llorando. Se agachó junto a mí.

-¿Quieres compañía?- dijo con una voz muy dulce.

-No- dije ronca, me levanté y seguí mi camino hacia casa. Durante el camino se escuchaba a lo lejos un constante motor, sabía que Shawn me seguía, en cierto modo me escoltaba a casa, pero mi humor no me hacía sonreír.

Llegué a mi calle, llegué a casa, busqué la llave de repuesto que se encontraba debajo de la alfombra de entrada, y proseguí a entrar a casa. Cerré la puerta, me percaté que mis padres aún no llegaban, debían de estar aún en el trabajo, llegaran tarde hoy. Me dirigía a el baño cuando sonó la puerta. La abrí y sin sorpresa era Shawn.

-Olvidaste esto- dijo extendiéndome mi mochila, la tomé y la coloqué en el suelo.

-Gracias- dije sin mirarlo a los ojos.

-También olvidaste esto- dijo mostrando mi teléfono, hizo ademán de entregármelo, pero rápido cambió de opinión encendiendo la pantalla. Había una foto de él sin camiseta, sentía como mis mejillas se incendiaban, aunque supongo que no soy la única chica en el mundo que tiene la misma foto de fondo de pantalla.

-Esto es injusto- sacó su teléfono y sin dar aviso me segó con el flash- Ahora estamos empate- me sonrió y me extendió mi teléfono.

-¿Qué haces?- dije por fin.

-Colocando mi nueva foto de fondo- dijo mirando su teléfono. Luego me miró y sonrió

-¿Porqué sonríes?

-Eres diferente, eso es bueno- suspiró- ¿me regalas una sonrisa?

-¿Disculpa?- dije sin creerme sus palabras.

Se acercó a mi mejilla y me susurró al oído-Sonríe, te ves horrible llorando- dicho esto se apartó.

No quería hacerlo, pero sonreí tímidamente reprochando mis emociones.

-Así está mejor- dijo seguido de bajar su rostro- siento lo de mi padre, es algo celoso, pero esta vez se excedió.

-Está bien, no importa, yo fui muy sensible.

-Fuiste valiente- dicho esto me besó en la mejilla y se retiró a su auto.

No pude evitar volver a sonreír, me di un baño y luego a la cama, puse a correr uno de los discos de Shawn y me quedé dormida con una gran sonrisa en mi rostro.

El Chico Perfecto: Tres Palabras Vacías - Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora