Cap. 1

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Por si las dudas, estamos en el 2018.

...Y bueno, estoy nerviosa, hoy al salir de clases voy a conocer a Shawn Peter Raul Mendes, Dios, no me lo puedo creer.

Estoy en clase con mis pensamientos perdidos en lo que pasará en la tarde. Gracias a Dios el tiempo pasa de prisa, ya era la hora de recreo.

-¡Alejandra hoy es el día!- gritó Aaliyah corriendo desde el pasillo de los aulas dirigiéndose hacia mi.

-Si, ¡huya!- dije alzando mis manos con una falsa emoción.

-¿Oye, qué pasa? Creí que era tu sueño conocer a mi hermano- dijo colocando su mano en mi hombro, con un tono de voz más tranquilo.

-No quiero meter la pata, ya sabes como soy, ¿y si actúo de una forma que le desagrada?

-Sólo actúa naturalmente, si actúas como realmente eres estoy segura de que no lo vas a asustar- dijo con una sonrisa dulce en el rostro.

-Gracias amiga- suspiré y le devolví la sonrisa.

Fuimos a almorzar a la cafetería, luego de hablar un rato volvimos a nuestros respectivos aulas.

Digamos que el resto de las clases se fueron aburridas, aburridas en serio, no pude atender nada, por más que tratara de atender no podía. Los maestros hablaban con un tono de voz tan aburrido, me dormían con su pasta al hablar.

Desperté con el sonido del timbre que indicaba la hora de salida, me había quedado dormida.

-Alejandra espero que haya estado muy reconfortante tu siesta- dijo la profesora con cara de pocos amigas.

-Em... Sí, lo estuvo, prometo no volver a hacerlo- dije recogiendo mis cosas, tomando mi mochila y encaminándome a la puerta de salida.

Salí de la vista de la profesora lo más antes posible, no quería que me pusieran detención hoy, hoy no, hoy sería una tarde diferente. Me encontré con Aaliyah de camino a la salida.

-¿Lista?- me dijo Aaliyah con una radiante sonrisa notablemente más emocionada que yo.

-Sí- suspiré- Lista

Nos quedamos al frente del instituto esperando a Karen, la madre de Aaliyah. No tardó mucho en cuanto llegó, entramos al auto, sentía cómo mi estomago hospedaba cientos de mariposas.

-Hola Alejandra, ¿cómo estás?- me dijo Karen con un tono de voz alegre.

Aveces solía bromear con mis amigas de Latinoamérica en que tenía puntos acumulados con mi futura suegra. Pero por favor, solo un milagro haría que me lograra casar con su hijo.

-Bien- le contesté colocándome en cinturón de seguridad.

Aaliyah no paraba de mirarme y reír, mi cara debía de reflejar mis sentimientos. Al entrar por la calle de la casa de los Mendes sentí unas breves náuseas.

«Okay, Alejandra tranquilízate, no es para tanto. Sólo voy a conocer a Shawn Mendes, no es para tanto, tranquila, respira. Recuerda tirarte fotos, sólo una, no vallas a ser acosadora, y actúa natural, es todo.»

Allá vamos. Ya habíamos llegado, Karen apagó el auto, abrí la puerta y bajé del auto. Le di la vuelta al auto para estar junto a Aaliyah, ella me sonrió.

-Sólo cálmate, recuerda no desmayarte- dijo graciosa.

Gracias a ese comentario pude vaciar algo de mi emoción en risas.

-No lo haré- dije tratando de respirar

Aaliyah me dio unas palmaditas en la espalda y me dió un leve empujón hacia la puerta de la casa.

«Vamos Alejandra tranquilízate, tienes 17 años no actues como una niñita de 6 entrando a una juguetería.»

Karen abrió la puerta con una leve sonrisa en su rostro. Luego por la insistencia de Aaliyah logré entrar a la casa.

El Chico Perfecto: Tres Palabras Vacías - Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora