Historia 2 (Ficticia)

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Un día fui a la casa de un amigo, estábamos comiendo los 3 (Mi amigo, su hermana pequeña y yo) en una mesa pequeña. Los padres estaban en otra sala. Estábamos comiendo con su hermana porque sus padres habían obligado a mi amigo que comiéramos con ella.

No pude evitar notar que su hermana llevaba unas flats de color crema un poco más cerradas de las comúnes, no estoy muy seguro como se llamen.

Entonces estábamos comiendo cuando de pronto la hermana pequeña de mi amigo, que era muy chiflada al parecer, subió ambos pies a la mesa, estaban descalzos, ya que debajo de la mesa, aunque yo no pudiera ver, se las había quitado evidentemente. Eran hermosos y tenía las uñas pintadas de un color rosa muy lindo y limpio, igual que sus pies . Como yo estaba sentado en medio, las plantas de los pies de ella quedaron mirando hacia el plato de mi amigo, que estaba mirando fijamente hacia el televisor. La parte de atrás del pie de ella quedó encima de mi servilleta que anteriormente la había puesto adelante de mi plato. Mi amigo seguía mirando el televisor hasta que sin despegar la vista de la televisión le dijo que bajara los pies. Ella movió sus 2 pies de modo que quedaban pisando la mesa con la suela hacia abajo. Entonces el pie que se apoyaba en mi servilleta quedó como quería, aplastando con la suela mi servilleta. Mi amigo seguía mirando el TV, creo que era su programa favorito. Después ella al ver que su hermano no le prestaba atención, quitó sus pies de la mesa, que pasaron cerca de mi cara y trató de ponerse sus ballerinas, se levantó y yo aprovechando que mi amigo estaba viendo la Tele, alcancé a ver como ella metía su dedo en la parte trasera de la ballerina y metía su talón. Levanté la vista y vi la cara de desconcierto que tenía su hermana al mirarme. Supuse que notó que no despegué mi mirada de sus pies. Lo bueno es que ella volvió a mirar a sus pies para terminar de ponerse sus ballerinas. Yo no pude evitar mirar sus pies. Cuando volví a subir la mirada ella me miró con desdén y se fue. Por fin yo aparte la vista de sus pies mientras ella salía. Agarré la servilleta que seguramente debía de oler un poco a sus pies y me la puse en la boca intentando disimular que la olía, cuando estaba olíendo la servilleta noté que ella aún no salía, se detuvo un momento para verme, se miró los pies con una sonrisa pequeña y después a mi, inmediatamente se volteó y salió.

Sentí que ella sabía que me gustaban sus pies. En otras historias más adelante les contaré como fueron mis otras visitas a la casa de mi amigo.

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