Día 4

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Esta mañana desperté, otro día común y corriente, otra noche sin saber de ti y otra mañana anhelando saber de ti. Algo a lo cual me había acostumbrado ya, ese sentimiento ya se me hacía muy conocido.
De la nada escucho que mi teléfono suena, me extraño al ver la pantalla, era él. Sin pensarlo dos veces contesto y pongo mi cara de boba sonriente al escuchar su voz. Algo se sentía raro en él, pero no quise preguntar, solo escuchar.
Y pues si, lo que me temía pasó, tantos días, meses y años desperdiciados, todos echados a la borda, no podía creer haber escuchado esas palabras salir de su boca, todo me parecía un chiste. Uno de mal gusto.
Ahora no sé cómo me siento, terminó nuestra historia, pero, ¿será todo mejor ahora? ¿Habrá sido la mejor decisión? No miento, lloré, pero al soltar mi última lagrima no sabía por qué lloraba, no le encontraba el sentido.
Es de tarde y sigo preguntándome que ha sucedido, aún no entiendo bien, hasta que al fin lo asimilé, ya no estamos juntos.
Ahora me siento normal, ya no siento ningún tipo de dolor, me siento neutra, nada pasa por mi mente, ni el dolor ni la alegría.
Es como si me hubiesen quitado algo de encima, llena de coraje pero alivio a la vez, ahora me siento sola pero esta vez sí estoy sola.
Ahora me pregunto ¿será este realmente el fin? ¿Será que vendrá por más?
Creo que este será apenas el comienzo de una larga historia sin fin...

Amor, sinónimo de sufrimiento. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora