Día 6

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Aquí estoy, como siempre pensándote y deseándote, es que no hay otra cosa que pueda hacer.
Hoy las ganas de escribirte se me hacen más intensas, aunque sea un pequeño "Hola" quiere escaparse de mi teclado. ¿Qué me pasa? Yo no soy así, siempre he sido la mujer más dura para los hombres, la más deseada por darse a desear, la más encantadora por siempre rechazar y la más buscada por nunca caer. Ésta definitivamente no soy yo, estoy en otro planeta y en mi mente se ha quedado una pequeña niña herida con deseos de saber de ti, de hablarte...
¿Por qué es tan difícil para mí olvidarte mientras ya tú lo hiciste?
Aún no entiendo qué pasó en esa llamada ¿por qué no hablé? ¿Por qué no dije nada y solo te escuche?
Quizás eso haya sido lo mejor, quizás sea mejor guardarme todo lo que tengo dentro, pero mi interior me dice que tengo que decírtelo de frente. Si tan solo no fueras un cobarde poco hombre y me dieras la cara, JA no sabes lo mal que la irías a pasar...
Necesito verte, pero ya no es por deseo, ahora es por rabia e impotencia, a medida que más lo pienso mi cabeza va entrando un poco en razón. Mi corazón tiene que olvidarte y yo me encargaré de que lo haga. Y te juro que NUNCA MÁS volverás a mi vida, de ti ni la hora quiero saber, no más.
Marcaré la diferencia y te daré a conocer mi verdadera yo, prepárate, porque te tengo guardada la peor tempestad que nunca habías visto...

Amor, sinónimo de sufrimiento. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora