•Un amor idiota•

Capítulo V •Qué bello es Australia•

Para mí no se me hizo tan largo el viaje, se me hizo normal, así que llegamos, bajamos del avión y pude respirar profundamente el aire frío de Australia, en realidad no sabía si en Australia hacia frío o hacía calor, estaba confundida.
Estábamos en el aeropuerto esperando un taxi para que nos llevará a nuestra nueva casa.
Cuando al fin hizo mi padre la parada a uno, subimos nuestras maletas en el cajón de atrás, y luego nosotros subimos, fue un camino ni tan largo, y ni tan corto, así que no era necesario ponerme mis audífonos.
Estábamos en un semáforo en rojo, cuando vi pasar un coche carísimo deportivo azul, adentro habían 4 personas y parecían ser hombres, yo me los quedé viendo, en realidad eran lindos, uno tenía el cabello rubio, otro lo tenía rojo, otro tenía un cabello largo y ondulado y el que iba manejando, era moreno, con un cabello chino, negro y con un mechón rubio, ellos estaban en su mundo, iban fumando e iban bebiendo cerveza, hasta que uno se me quedó viendo y me sonrió, creo que se dio cuenta que los observaba, así que rápidamente me voltee, el que me había mirado era el del mechón rubio, en serio ese fue el semáforo en rojo más largo de mi vida, pero a mí no me importaban los chicos, me daba igual, a mí nadie me gustaba, nadie me llamaba la atención, yo solo me preocupaba por mí y ya, así que a los chicos del deportivo no les tomé importancia.
Ya eran las 7:34 de la tarde y recién llegábamos a nuestra nueva casa, desempacamos todo, obvio yo escogí la habitación más obscura, entré en ella y bote mis maletas a la cama, me recosté por un rato, y luego entra mi madre a mi habitación.
-Hija, recuerda que mañana por la mañana entrarás a tu nueva escuela, así que párate temprano. Dijo mi madre.
-¿Qué? ¿Nueva escuela? ¿Enserio?. Le respondí con un tono enojada.
-Ay Nia, no quiero pelear contigo, y sí, si iras a una nueva escuela, duerme bien, hasta mañana.
Mi madre no me dejó terminar de hablar, ya que había cerrado la puerta.
Hice un tipo de gruñido porque estaba harta, pero quería dormir así que puse mi alarma a las 6:30, ya que la hora de entrada a mi nueva y fastidiosa escuela era a las 7:00 a.m