Capítulo II •Estoy harta de mis papás•

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Cuando llegue a casa, llegue agotada, solo quería dormir, así que subí a mi habitación, (puesto que no había nadie en mi casa), me acosté en mi cama, me coloqué mis audífonos y empecé a escuchar Green Day y Nirvana.
Yo ya estaba entrando en sueño, ya estaba apunto de dormirme, hasta que mi mamá abrió la puerta y entró, y me dijo:
-Hola hija, baja te tenemos que decir algo.
-Aja. Conteste somnolienta.
Me levante, me hice una coleta, aunque no sabía ni por qué lo hacía, ya que tenía el cabello corto, me llegaba hasta los hombros, los pelitos de atrás se me salían, y solo me podía poner pasadores para que se viera un poco decente.
Baje, mis papás y mi hermano Issac estaban sentados en el sofá de mi casa, tuve un mal presentimiento.
-Toma asiento. Dijo mi padre.
-Bueno hija, queremos decirte que... Se quedó en silencio y dijo que no podía hacerlo.
Yo en realidad estaba muy confundida, no sabía lo que estaba pasando.
-Hija, tal vez esto, te moleste mucho o solo te enorgullezcas de nosotros...Dijo mi madre y se quedó sin palabras.
-Lo que quieren decir es que a papá lo ascendieron en su trabajo. Dijo Issac.
-Ahhh, y ¿luego qué? Dije muy confundida.
-Hija, lo que te tratamos de decir es que tenemos que mudarnos. Dijo mi madre.
-Esperen, ¿qué? Dije gritando.
-El director de enseñanzas me dará vuelos y me dieron una casa en Australia, Sídney Australia, trabajaré el tiem...
-¡¿Qué?!, ¡Australia! Dije gritando y enojada, y no dejando terminar la oración de mi padre.
-Hija, hija, cálmate, cálma...
-¡¿Cómo quieres que me calle papá?! Dije desesperadamente.
-Es solo por unos meses. Dijo mi mamá tratando de tranquilizarme.
Sin duda empecé a llorar, por que iba a dejar todo lo que más quería; a mis amigos, a mi mejor amiga Daniela, a mis maestros, a mi escuela, al lugar de mi infancia, todo.
-Nia solo serán por unos meses. Dijo Issac.
-¿Y qué? ¡Para mí unos meses, son años! Respondí sarcásticamente.
No pude más, subí rápidamente a mi habitación, llorando, conteniendo las lágrimas.
Azote la puerta, cerré con seguro, fui rápido a mi closet y tome una caja negra que estaba en la esquina cubierta con cobijas, la puse sobre mi cama y tome mis navajas, mientras lloraba , colocaba la navaja sobre mi piel, hundiéndola a mi piel, podía observar como la sangre salía en gotas, la sangre se resbalaba sobre mi brazo, y pensaba en todas las cosas malas que mi desgraciada vida me ha dado, yo, tengo un pasado tan horrible, la cual quedó marcado en mí para siempre.

•Un amor idiota•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora