No hay mal que por bien no venga

223 9 0
                                    

Estamos en marzo, mi época menos preferida, otoño frío, odio ese clima.
Empezamos otra ves la Universidad junto a Gonza, está vez no habrá nada que nos aparte de nuestro objetivo, terminar nuestros estudios, medicina.
Ya llevábamos dos meses ahí, y la verdad nos iba bastante bien.
Respecto a la nueva vida en esa ciudad al principio fue difícil, pero poco a poco nos fuimos acostumbrando, fuimos aprendiendo algo de inglés, no sabemos todo pero algo si.

Recuerdo ese día como si hubiera sido ayer, recuerdo esa mañana como la más horrible de Toda mi vida.

- Gonza Gonza te sentís bien? - le pregunté apenas estábamos entrando a la universidad.
El pobre no pudo ni responder mi pregunta, cayó al piso totalmente ahogado por una tos horrible, estaba completamente morado en el piso, sin poder respirar.
Caí sobre el pidiendo ayuda, gracias a Dios inmediatamente lo cargaron en un auto y junto a él íbamos al hospital, mis ojos estaban rojos, no podía verlo así, cada vez estaba más morado, estaba irreconocible, se moría en mis brazos.
Apenas llegamos aún Gonza tenía los ojos entre abiertos
- No me dejes por favor - lo rogaba entre sollozos.

Lo tomaron unos enfermeros rapidamente y se perdieron en una sala, yo quedé sentada ahí perdida, llorando.
Tomé mi celular y hablé a sus padres, quienes en menos de 15 minutos estaban ahí, igual de destrozados que yo, por horas nadie salió a decirnos nada, sólo a tomar los datos yo moría de desesperación.
Tres horas después salió un doctor
- Familia de Gonzalo Gravano - obviamente que toda esta conversación era en inglés.
Nos levantamos - aquí - dijimos al unísono.
- no podía respirar y tuvimos que intubarlo lo dormímos, no iba a aguantar si no -
Al escuchar eso rompí en llantos, la cosa más hermosa de mi vida casi se iba de mis brazos.
- Y como está doctor? - decía entre sollozos su madre.
- aún no está fuera de peligro, tuvimos que inducirlo a coma y está con el oxígeno 100%, hay que ver cómo mejora, y recién esperar a que despierte -
- Porque razón pasó esto? Que tiene? - preguntaban desesperados
- no lo sabemos, hicimos muchos estudios pero ninguno arroja nada certero, pero lo más probable es que sea gripe A.-
Apenas escuche eso caí en el piso, mi primo había muerto de gripe A, a el también lo indujeron a coma, y nunca despertó.
- Ya está hijita - me decía la mamá de Gonza mientras le abrazaba.
Yo tenía que consolarlos a ellos, pero no podía, de sólo pensar que no volvería a verlo me destrozaba el corazón.
El doctor se fue, y nosotros permanecimos en silencio en todo momento, ninguno paraba de llorar, todos se echaban culpas, pero culpa de que?, si ni si quiera sabíamos lo que tenía.
La noche caia y una enfermera se nos acercó a darnos una 'buena noticia'
- El joven Gonzalo, ya está respirando por si mismo, bajamos el oxígeno a 35% , con permiso - dijo y se fue.
Los tres sonreímos al escuchar eso, sus pulmones se estaban destapando, y ya podía respirar sólo.
- Mica, vamos a casa - me tomo del hombro el Papa de Gonza
- no no voy a ir quiero quedarme aquí -
- no podemos, el doctor dijo que cualquier cosa nos llamarían -
- Pero estamos lejos, si algo pasa no estaré aquí a tiempo -
- nada va a pasar Mica -
- no no me voy a ir -
- bueno, está bien, hagamos esto, aquí al lado hay un hostal, nos quedemos ahí, necesitamos dormir -
Estaba por responder pero lo que salió de mi boca no fueron palabras, sino bocanadas, estaba por vomitar, quizá había sido porque tenía mi estómago vacío.
Recuerdo que vomitaba sin parar, unas enfermeras vinieron y un doctor me atendió.
- Si, como lo pensé - dijo sonriente - está embarazada de 5 semanas -
- que? - dije sorprendida
- Si señorita está embarazada - se limpió las manos y se fue.
Yo quedé ahí, sin decir nada, como iba a decirles?, y con Gonza asi? No sabía si estar feliz, o si estar triste.
No puedo esperar a que el despierte pensaba en mi mente se va a poner muy feliz
Acariciaba mi abdomen, no podía creerlo, pero debía olvidarme de eso por el momento.
Salí del consultorío y sus padres estaban ahí en la puerta.
- Como te sentís mi amor? - pregunto su madre.
- Bien - respondí - tenía muy vacío el estómago - menti.
- Bueno ahora vamos a comer algo , a Gonza ya le bajaron a 5% el respirador, seguro despierte está noche -
- enserio? - dije muy feliz
- si hija - dijo sonriente
Por fin podía estar feliz, por mi bebé y por Gonza, moría de ganas por decirle que seríamos padres.,quería contarles a mis suegros, pero seguramente ellos me matarían o no se como lo tomarían, aún éramos muy chicos para cuidar de un bebé.
Cuando salimos de cenar fuimos al hostal a descansar un poco pero sólo fueron 4 horas, porque el doctor ya nos dijo que Gonza había despertado.
Me levanté súper feliz, desayune algo porque si no estuviera embarazada me iría sin un solo bocado.
Llegamos y nos dijeron que podíamos pasar a verlo, entramos los tres.
- Hijo mío - se escuchó a su madre entre llantos y risas, abrazo y beso a Gonza, yo me mantenía a un costado aunque moría de ganas de comerlo a besos.
Su padre lo saludo, y apenas terminó de hacerlo es doctor pidió hablar con ellos así que salieron rapidamente.
- Mi amor - me apresuré hacia el
- Te amo - me dijo apenas llegué
- Yo más - lo bese
- porque lloras? - me pregunto entre risas.
- Me asuste - dije entre sollozos
- Tranquila ya pasó - me abrazo y podía sentir su corazón latir
- Como que tranquila me moría si te pasaba algo -
- Si me pasaba algo podías encontrar a alguien más galán - bromeó
- No seas idiota, el bebé no iba a poder conocerte - dije y me tape la boca
- Bebé? Que bebé? - dijo algo confundido
- A nada nada -
- Micaaaa - me miró fijamente
- ay siempre lo arruinó esperaba decírtelo de otra manera, estoy embarazada -
Apenas termine de decirlo me planto un beso, lloro de la emoción, no podía creerlo se podía ver que estaba muy feliz.
- No puedo creer que vamos a ser abuelos - interrumpió una voz desde la puerta, al mirar estaban ahí los padres de Gonza entre lágrimas.
- es lo mejor que nos pueden haber dado - entraron entre risas y llantos, a abrazarnos.

En ese momento estaba desconcertada con su actitud pero después entendí porque no reaccionaron mal.

Gonzaela A Nachoela - No Sueltes Mi ManoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora