'Volver'

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Habían pasado tres meses desde que pronosticaron el cáncer de Gonzalo. Mi barriga apenas se empezaba a mostrar, ya los pantalones no me abrochaban, y estaba más anchas de caderas.

Me hubiera encantado haber disfrutado de mi embarazo a pleno, yo estaba feliz porque lo que mas quería en mi vida era tener un hijo con el, pero no podía disfrutarlo a pleno, no sabiendo que Gonza en cualquier momento se ira.

El ha sido muy fuerte, a cumplido al pie de la letra las indicaciones estuvo siendo muy responsables y se notaba en su rostro las ganas de ganar la lucha. Pero con ganas no bastaba, esa horrible enfermedad lo consumía, se lo notaba cada vez más cansado, más flaco, sin fuerzas, pero aún así tenía un hermosa sonrisa en su rostro.

- Estas siendo muy fuerte amor - le sonrei cuando salió de las quimioterapia

- Gracias - me respondió en llantos, le dolían mucho, me partía el alma verlo así.

- Te amo - lo abraze y me beso como nunca.

- Yo las amo más - me sonrió

- Ahora vamos que si no no llegamos - me tomo de la mano y salimos rapidamente.

Cuando llegamos a la maternidad privada, el doctor nos dijo que lo que esperábamos era un nena, como bien el siempre lo dijo.

- sos un brujo - le dije entre risas a el.

- viste? Yo lo presentí, sabía que era una princesa - beso mi abdomen.

Cuando llegamos a casa los padres de Gonzalo estaban ahí, Armando valijas.

- Que pasa? - dijo Gonzalo sorprendido

- Tenemos que ir a Argentina - dijo casi en llantos

- Que sucede? - dije alterandome

Nadie respondió nada, la mamá de Gonza se rindió a los pies de él, no paraba de llorar.

- mamá por favor me asustas - dijo el

- Hijo mi mamá falleció, tenemos que ir -

- lo siento mucho mamá - la abrazo - ahora armamos los bolsos -

- está bien mi amor - lo dejo y siguió en lo suyo.

Armamos sin decir nada, cada uno sus valijas, no sabía si quería volver o no, iba a ser totalmente extraño, estaba muy bien aquí, pero no quería ser un problema así que simplemente no me quedaba de otra que ir., que volver.

En no más de dos horas ya estábamos sobre un avión, Gonza en la mitad del vuelo se durmió y pude notar lo morado que tenía sus ojos, me asuste mucho y aun faltaba mucho por llegar.

Me levanté asustada hacia donde estaba su madre, pero ella me tranquilizo.

- es normal Mica, el doctor lo dijo - me dijo con los ojos en llantos.

Ahí es cuando caí que definitivamente estaba avanzando demasiado rápido. Me acurruque junto a él, con mi oido en su pecho, y podía sentir cada latido, ese era el sonido que quería escuchar toda mi vida.

Cuando llegamos a Buenos Aires, estábamos todo entumecidos sentí una presión en el pecho, y sabia que era por tantos recuerdos, suspire y baje junto a los demás. Apenas tocamos el suelo subimos a un taxi quien rapidamente nos llevó a la sala de velorio.

No había mucha gente, pero si lo suficiente como para sentirnos observados. Saludamos a todos los familiares, Gonza no era tan pegado con ninguno por lo que casi no le afectaba mucho la situación, su abuela casi nunca lo veia, así que cariño hacia ella ni tenía. Después de saludar nos sentamos en uno de los sillones, todos miraban asombrados a Gonzalo, era como si resien se estarían enterando de que el tuviera una enfermedad.

Estuvimos todo el día ahí, nos partía el alma ver el dolor de su madre quien nos pidió que fuéramos a un departamento pero no accedimos queriamos estar ahí.

- Lo siento mucho - se poso una mano en el hombro de la madre de Gonza.

Ella al ver quien era lo abrazo muy fuerte, siempre le guardo un gran cariño a el, al mejor amigo de la infancia de Gonza, Ignacio.

Tanto Gonzalo como yo mirábamos a la distancia, el con algo de bronca y yo con dolor, recordé el día que me dejó ahí tirada como si yo le diera asco.

Apenas se percató de nuestras mirada se acercó a nosotros, con los ojos destrozados al ver el aspecto de gon.

- Gonza - se acerco y lo abrazo, pero el no siguió ese abrazo.

- Nacho - dijo casi sin ganas.

Yo me di la vuelta y me fui a la cocina, no iba a quedarme si el estaba ahí, podía sonar egoísta pero me ardía hasta la punta de los dedos su presencia.

Poco después Gonza llegó, y tomó un te conmigo.

Estábamos ahí, hablando con algunos de sus familiares que estaban por ahí.

- Gonza, Gonza estas bien - tire la taza de té al suelo, y justo al lado calló Gonza.

- una ambulancia por favor - grite y empeze a ver gente corriendo. Otra vez Gonza tuvo una descompensacion, otra vez le faltaba el aire.

Pude ver cómo dos tíos lo alzaron, y lo llevaron a un auto, yo con la vista nublada, en llantos quise seguir por atrás pero me había mareado, pare por un minuto y todo volvió a la normalidad.

- Mica quedate porfavor - vi entrar a su mamá al auto y por fin se marchó a toda velocidad.

Me desplome en el piso y empeze a llorar sin importarme el lugar en donde estaba.

Apenas toque el suelo sentí unos brazos en todo mi alrededor, Nacho estaba ahí secando mis lágrimas, no me importó sacarlo, no tenía fuerzas ni ganas, sólo me abrazo tan fuerte que por un momento olvidé todo lo malo que estaba pasando.

Gonzaela A Nachoela - No Sueltes Mi ManoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora