ReLaTo 12 RaStReAdOr

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El olor a humo se podía respirar a kilómetros de distancia. Yo sabía perfectamente que se trataba de la cazadora de sangre dulce.

Al parecer no había dejado de correr desde que escapó. Y por el trayecto eliminaba a los que eran como yo, que llevaban vagando en el mundo hacía bastante rato. Aunque me atrevería a asegurar que la mayoría eran neófitos, o algunos que no llegaban más allá de los cien años.

El olor a carne chamuscada, entre las cenizas, era inconfundible para mi agudo olfato. Pero eso me era irrelevante; el aroma que verdaderamente me interesaba percibir, era tan sutil y esquivo, que debía poner toda mi atención para detectarlo. Cuando apenas podía identificar una muy débil estela de su rastro; me aferraba a ella hasta que se alejaba lo suficiente, de los demás olores que lo anulaban aunque no por completo, y a partir de ahí, comenzaba mi persecución nuevamente.

El rastro me condujo a una ciudad no muy grande, pero lo suficiente para que un pequeño clan estableciese su residencia en ella. Aunque no había nada que advirtiese la presencia de los míos en esta ciudad; y por el fuerte rastro de su aroma sabía que ella todavía se encontraba aquí, pero no entendía el porqué. Y eso me picaba la curiosidad hasta la comezón, y ya pasaba el siglo que no conocía lo que era eso.

Me guié por su aroma hasta una taberna, un poco lúgubre y se percibía que de mala reputación también. Perfecta para mí y los míos. Entré y me resguardé en un rincón oscuro, a examinar el lugar. Detecté a uno de los míos en la barra de bebidas. Por su actitud supe que él se había percatado de mi presencia, y quizás pensara que querría disputarle su territorio; así que para tranquilizarlo levanté mi copa acompañada con un gesto de saludo inclinando mi cabeza, lo que le daría a entender que estaba de paso. Además, el verdadero peligro para él, lo representaba la belleza sentada al otro lado de la barra, que había empezado un juego de inocente seducción; y a la cual él había sucumbido.

Es que a veces olvidamos que la muerte, se disfraza de una bella y seductora mujer.


Retazos (relatos y micro-relatos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora